El mes de ayuno de Hassan y Bamba en Ramadán, así influye en su rendimiento según el Médico Jefe de FIFPRO

Dani Souto

SPORTING 1905

Axel Bamba y Haissem Hassan
Axel Bamba y Haissem Hassan Fotografías: Real Sporting / Montaje: Propio

Los futbolistas rojiblancos deberán seguir un plan nutricional especial

14 mar 2024 . Actualizado a las 12:57 h.

Resulta cada vez más frecuente encontrar en nuestro país deportistas que a estas alturas del año inician el Ramadán, un mes clave entre la comunidad musulmana. Un periodo en el que realizan un ayuno muy estricto y que llevan a rajatabla, como es en el caso del Real Sporting de Gijón, futbolistas como Axel Bamba y Haissem Hassan. Ambos deben seguir durante el próximo mes -desde la noche del pasado domingo hasta el 9 de abril- un plan especial de nutrición por esta circunstancia, buscando la menor influencia sobre el plano físico y del rendimiento.

En aplicación del Ramadán, los dos futbolistas del Sporting no pueden ingerir ni beber alimento alguno entre la salida y la puesta de sol. Esta alteración en el ritmo biológico habitual influye especialmente en tres aspectos, según el Profesor Dr. Vincent Gouttebarge, médico jefe de FIFPRO y ex futbolista profesional: la nutrición, la hidratación y, especialmente, el descanso.

Por un lado, la ingesta de alimentos cambia de forma muy importante durante el Ramadán. Bamba y Hassan, bajo la supervisión de la nutricionista del club, Silvia Fernández, deben llevar durante este mes una dieta adaptada a estas circunstancias. En cuanto a los nutrientes, ambos futbolistas tienen marcadas 4 ingestas a lo largo del día, siendo especialmente relevantes la primera de ellas, antes de que salga el sol en torno a las 6 de la mañana, cuantiosa en cantidad y rica en alimentos con alto contenido glucémico -como las patatas y el arroz- que son ricos en energía, para poder llevar mejor el esfuerzo del entrenamiento matinal, y otra mediada la tarde, con la puesta de sol, en un contexto en el que el cuerpo ha agotado sus reservas y se requiere la ingesta de alimentos ricos en hidratos y proteínas.

La hidratación es uno de los puntos más complejos de gestionar, especialmente en los momentos de mayor esfuerzo durante los entrenamientos. Una de las metodologías recomendadas por el Dr. Vincent Gouttebarge es «emplear estrategias de enfriamiento para detener la pérdida de líquidos a través del sudor, como toallas frías y enjuagues bucales con agua, mientras que las duchas frías posteriores a la sesión también pueden ayudar a reducir la pérdida de líquidos». Además, siempre bajo la supervisión de la nutricionista y el cuerpo médico del club, «debe considerarse la suplementación con sodio, así como evitar el café y el té».

Sin embargo, el punto más preocupante se encuentra en cómo este cambio en la rutina alimentaria afecta a la fase de recuperación y al descanso. «Al adaptarse a un horario biológico alterado, la alteración del sueño puede tener el mayor impacto. Su reloj cronológico es diferente al que está acostumbrado, y combinado con la falta de nutrición e hidratación durante el día, puede ser un reto para el rendimiento», explica el Dr. Vincent Gouttebarge.

¿Afecta al rendimiento y a la posibilidad de lesiones?

Si bien la aplicación del Ramadán no implica beneficios ni es óptimo en cuanto al rendimiento deportivo pues no aporta ningún valor añadido en este sentido, un correcto plan nutricional y de descanso ayudaría a evitar en mayor medida que afectara al rendimiento de los futbolistas, ya habituados durante su carrera a esta circunstancia. Además, también existe cierta adaptabilidad en los programas de entrenamiento para adecuarlos a título individual a esta casuística. Miguel Ángel Ramírez, en este sentido, tiene la experiencia de haber trabajado durante varios años en Qatar, conviviendo con plantillas de mayoría musulmana.

En el aspecto de las lesiones, según el Médico Jefe de FIFPRO, no existe un resultado concluyente al respecto: «No ha habido muchos estudios médicos que hayan analizado el efecto del Ramadán en las lesiones. Se han realizado dos -uno en Qatar y otro en Túnez-, pero ambos siguieron metodologías diferentes y hallaron pruebas contradictorias sobre la frecuencia de las lesiones sufridas durante el Ramadán en comparación con un periodo de tiempo regular. Así pues, en la actualidad no hay resultados claros y concluyentes que demuestren que el Ramadán conlleva un mayor riesgo de lesiones».