Sergio Álvarez: «Echo de menos cosas del Sporting, no me cierro a volver. Soy un sportinguista acérrimo»
SPORTING 1905
Entrevista con La Voz de Asturias
20 dic 2023 . Actualizado a las 23:12 h.Ipurúa es sinónimo de reencuentros. Los hombres de Ramírez volverán a visitar el feudo armero y se medirán a un «sportinguista acérrimo». Sergio Álvarez (Avilés, 23 de enero de 1992) ejercerá una vez más como anfitrión para el equipo con el que debutó en el fútbol profesional, donde disputó 186 encuentros con la zamarra rojiblanca y donde se ganó el cariño de la afición durante sus años de servicio al club. Para el recuerdo de los sportinguistas quedará su latigazo en El Molinón que sellaba la permanencia del club en primera en 2016. Ahora, afrontando su sexta temporada en la SD Eibar, responde las preguntas de La Voz de Asturias en la previa del compromiso liguero del miércoles ante el Real Sporting de Gijón.
Por ahora, Eibar y Sporting estáis siendo rivales por el ascenso ¿Cómo ves al Sporting? ¿Qué partido te esperas?
Me espero un partido difícil. Desde que me fui trato de ver los partidos del Sporting y me considero un sportinguista acérrimo. Este año el equipo ha dado un paso adelante, están compitiendo muy bien. Son difíciles de ganar, no solo cuando van por delante y son superiores, también en partidos no tan brillantes, que otros años el equipo no sacaba puntos. Este curso sacan puntos en partidos que se ponen cuesta arriba. Hay jugadores como Gaspar o Hassan que generan mucho peligro. Va a ser bonito, en Ipurúa los partidos son bastante vibrantes, con ocasiones para los dos equipos. Seguro que veremos un buen espectáculo.
Tu salida del Sporting supuso un importante ingreso económico, ¿qué motivó el traspaso, la necesidad del equipo de vender o que tú querías un cambio de aires?
Fue un poco de las dos cosas. Yo llevaba muchos años en el Sporting y para mí habían sido años de desgaste físico y psicológico. Al final para una persona de allí, sportinguista, vivías más tanto lo bueno como lo malo, con mucha más intensidad. Cuando llegó la opción del Eibar yo quería que el club se llevara buen rédito económico, por mi formación y porque el Sporting es quien me ha permitido ser futbolista profesional y eso no lo olvido. Llegué en edad cadete y salí como profesional y eso es impagable.
Quería que al Sporting le repercutiera bien económicamente y para mí era un buen momento para salir porque estaba desgastado y necesitaba salir de casa. También como experiencia quería salir de Asturias, vivir otras cosas y a nivel personal me ha venido bien. La opción de jugar en Primera también era un aliciente importante, intentar jugar los máximos partidos en la máxima competición. Fue un poco de ambas, se alinearon todas estas razones.
En el Sporting llevabas toda la vida, ¿qué supuso anímicamente la salida y cómo fue tu adaptación a Eibar?
Fue muy emotivo, yo al Sporting le debo todo. Me formaron futbolísticamente y personalmente. El profesional que soy ahora, muy en parte es por todo lo que viví en Gijón. Les estoy muy agradecido y era triste dejar el Sporting, pero creía que era una oportunidad, estaba ilusionado por los nuevos retos y quería enfrentarlos con todas mis capacidades.
En Eibar me costó un poco, pese a que es un club fácil para trabajar, a nivel deportivo. La primera temporada no estuve a mi mejor nivel, era la primera vez que salía de casa, club nuevo… Teníamos una plantilla con una competitividad increíble y deportivamente no tuve todo el protagonismo que quería pero me sirvió para crecer en otras facetas. Eso también te hace valorar cuando te sientes importante, para dar lo mejor de ti cuando piensas que te acercas a tus límites y seguir mejorando. Todo esto ha servido para crecer y ser el jugador que soy ahora.
¿Qué tal te encuentras físicamente? ¿Cómo está siendo la temporada?
Bien, la verdad. Es ya mi sexta temporada en el Eibar, la tercera en Segunda división. Estas dos últimas temporadas el fútbol nos ha dado su cara más amarga, porque el final no fue todo lo bueno que hubiéramos querido y que hubiéramos merecido. Este año ha habido un cambio de entrenador, ha tomado las riendas Joseba Etxeberria y creo que está haciendo un gran trabajo. Quizás no estamos en posiciones tan altas como otras temporadas, pero sabemos que cuando se cuece todo es en las últimas 10 jornadas y hay que llegar fresco de piernas y de mente. Al equipo le costó un poco empezar pero ahora estamos cogiendo buena dinámica y se están viendo unas señas de identidad bien definidas.
Estos últimos años caéis en el playoff, ¿el objetivo este año es evitarlo y subir directos?
El objetivo es subir, ya sea directos o por playoff. Tenemos la experiencia de estos últimos años que nos tiene que servir para intentar llegar un poco más frescos al tramo final. Vernos ahora en playoff es bueno, pero somos ambiciosos y nos gustaría vernos más arriba. Tampoco nos tiene que inquietar mucho, hay que tener calma y hacer hincapié en el trabajo diario, que esta liga es muy larga. Hay que llegar al final con una dinámica positiva.
El Eibar es un club que suele recibir muchos elogios como institución ¿Cómo es trabajar allí? ¿Te parece un club diferente?
Me parece un club muy fácil para trabajar. Yo venía del Sporting que es una entidad muy grande, con muchos trabajadores, mucha masa social, mucha prensa. Eibar no deja de ser un pueblo de Guipúzcoa. La infraestructura del club es mucho más pequeña, nos conocemos todos, es un poco más familiar. Es fácil llegar y adaptarse porque es todo a menor escala.
En Gijón fuiste muy importante en los últimos hitos del club, el ascenso y la permanencia con Abelardo ¿Cómo fue vivir todo aquello desde dentro?
Inimaginable. Tengo un muy buen recuerdo, porque tuve mucha importancia y eso un jugador lo agradece, y también por las circunstancias, esas temporadas el club no podía fichar por la sanción, nos juntamos mucha gente de la cantera y esa complicidad entre nosotros y con la afición fue lo que nos llevó a alcanzar el objetivo. Se dieron unas circunstancias muy bonitas para disfrutar los jugadores y hacer disfrutar a la afición. Desde dentro fue una pasada, sentir el cariño de la afición era impresionante, un plus, y fue uno de los detonantes de haber cumplido el objetivo.
En la temporada 14/15, ¿la plantilla era conocedora de la situación tan dramática que vivía el club? Prácticamente era ascenso o desaparición…
A ver, desde dentro tampoco sabes al cien por cien la situación económica, pero estuvimos varios meses sin cobrar y obviamente sabes que las cosas no van bien. No sabíamos que era tan definitorio o que estaban tan tan mal, porque como la parcela deportiva iba bien, únicamente nos centrábamos en entrenar y competir, estábamos felices haciendo lo que estábamos haciendo aunque no cobráramos. Al ser futbolistas todos teníamos un poco de holgura económica y nadie iba a pasar hambre o penurias por estar sin cobrar unos meses. Disfrutamos el momento y nos dejamos llevar por la faceta deportiva.
En 2013, con Sandoval en el banquillo, estás muy cerca de irte al Córdoba. Al final no se cerró pero, ¿cómo recuerdas aquella operación?
Recuerdo estar de vacaciones, en Avilés, todavía vivía en casa de mis padres y tenía la maleta hecha ya, con todo lo que me tenía que llevar. Mis amigos me decían de ir a la playa y yo les decía que en cualquier momento tenía que salir disparado. Mi gente más cercana estaba al tanto de esa situación. Al final, no sé por qué no se dio, pero esa temporada es la que me ayuda a mí a consolidarme como jugador del primer equipo.
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Después llega Abelardo, que fue tu gran valedor al comienzo de tu carrera ¿Guardas relación con él? ¿Qué te pareció su segunda etapa en el Sporting?
Sí, guardo relación. Soy un poco desastre para hablar con la gente por el móvil, pero siempre que nos vemos hay una complicidad y un cariño muy grande por parte de los dos. Hemos pasado mucho tiempo juntos. Yo sé de la importancia y la confianza que él me ha dado y estoy súper agradecido.
Sobre su paso por el Sporting, Abelardo tuvo la valentía de coger al equipo en unas situaciones delicadas y cumplir el objetivo. Creo que no se le dieron del todo bien las cosas, el fútbol no es una ciencia exacta y los resultados marcan todo. Igual si se le hubiera dejado trabajar más, el resultado hubiera sido otro. Todos sabemos la manera que tiene de transmitirnos a los jugadores y lo que él ha sido como futbolista a nosotros nos motiva muchísimo. El Sporting en los últimos años ha tenido buenos proyectos, buenas plantillas y buenos entrenadores, pero no se consiguen los objetivos. Por supuesto, el Pitu es un icono y una leyenda del club como futbolista y como entrenador.
¿Qué te parecen los cambios de la nueva propiedad del Sporting?
Bien, lo que yo veo desde fuera me está gustando. Intentar reformar la ciudad deportiva para tener unas mejores instalaciones me parece fundamental. Soy de los que opina que si la gente del fútbol base tiene buenas condiciones, buenos profesionales y buenas instalaciones es importante no solo para el club, sino para la región. Parece que han venido para ayudar tanto al club como a la región y bienvenido sea. A ver si lo deportivo mejora un poco más, si el equipo consigue subir a Primera sería tremendo para todos y se mostraría el potencial que tiene como entidad el Sporting.
Cuando un compañero me pregunta por el club y les cuento todo lo que hay detrás, si van a jugar al Molinón o si entrenan en Mareo dicen “si este club estuviera en Primera división y tuviera potencial económico, estaría compitiendo con cualquiera”. Hay que dar con la tecla deportivamente, y con mayor margen económico intentar hacer un club fuerte, hay mimbres y hay muchas posibilidades.
De cara a futuro, ¿te ves terminando tu carrera en Eibar?
No me gusta ponerme objetivos muy a largo plazo porque tomo las decisiones según las sensaciones del momento. A día de hoy estoy súper a gusto aquí, pero igual en unos años quiero vivir otra experiencia, tengo otras inquietudes o mis circunstancias personales son otras. No te podría responder. Aquí estoy muy feliz, viviendo en el País Vasco estoy encantado, tengo amigos aquí y son gente estupenda, mi pareja también es feliz y estoy disfrutando de la experiencia. Lo que tenga que venir, ya vendrá.
¿Hay algún sueño que te falte por cumplir?
A mí si me dicen siendo un chaval que iba a ser profesional y que iba a tener esta carrera… ni en mis mejores sueños. He jugado en el Sporting, he ascendido y jugado en Primera división… Por decirte algo, me hubiera gustado jugar competición europea y escuchar el himno de la UEFA o de la Champions. Tampoco era mi objetivo vital ni el más importante, valoro más haber ascendido con el Sporting. Otro objetivo a corto o medio plazo es volver a jugar en primera división.
¿Tienes algún objetivo, que no pudieras alcanzar en su momento, que suponga una espina clavada para ti?
He vivido los descensos con el Eibar y con el Sporting. Con el Eibar fue duro, pero con el Sporting fue peor. Siendo asturiano, sportinguista de toda la vida, con todo mi entorno detrás, aquello fue muy muy duro, cuando ves que quieres y no puedes y que no acaban de salir las cosas. Fue la temporada que más sufrí.
¿Cuál es tu mejor recuerdo en el Sporting?
Me cuesta elegir uno, tengo tres muy marcados. Uno es mi debut en primera con el Sporting a los 18 años, en El Sardinero con Manolo Preciado. El segundo es el ascenso, recuerdo estar en el banquillo los últimos minutos contra el Betis, con las medias bajadas, sin botas y pensando “82 puntos y nos vamos a ir a playoff”. Estaba desfondado, no podía dar un paso más, no estaba preparado para jugar un playoff, estaba al límite físico y mental. Y fue mirar a la zona de la afición del Sporting y cantaron el gol, nosotros no sabíamos qué pasaba y ya nos dicen “gol del Lugo”. También recuerdo la llegada a Asturias, la gente esperando, el paseo al día siguiente hasta el Ayuntamiento…
Y por último te diría el gol de la permanencia contra el Villarreal, otro momento increíble porque la temporada fue muy complicada, la plantilla iba justa para la exigencia de primera división y al final ese gol que confirmaba la permanencia fue eufórico.
¿Con qué compañero del Sporting guardas mejor relación a día de hoy?
Pablo Pérez y Roberto Canella, compartí con ambos muchos momentos en el primer equipo y más que compañeros son amigos, hablamos muy a menudo para lo desastre que soy yo y les tengo mucho cariño y aprecio. Son grandes personas. A Canella, que se ha retirado, desde aquí quiero darle la enhorabuena por su carrera y todo lo que ha demostrado. Fue uno de mis jugadores a seguir y donde yo me quería ver reflejado en el futuro. Cuando estemos todos retirados andaremos por Gijón o por Avilés tomando algo y cenando tranquilamente.
Si en el futuro surgiera la opción de volver al Sporting, ¿considerarías la opción o esa etapa está cerrada?
No me cierro para nada. Echo de menos cosas del Sporting. En mi última renovación aquí, había rumores de que iba a volver pero no fue nada así. Mi representante en ningún momento me dijo que hubiera contacto con el Sporting. Si se diera yo lo valoraría, lo que tengo muy claro es que me tendría que ver en un momento de mi carrera bueno. No quisiera volver estando de capa caída o sabiendo que no puedo dar el nivel para aportar al club, me gustaría ir en un buen estado de forma. La gente tiene un buen recuerdo de mí y no me gustaría que una posible segunda etapa fuera peor que la primera.
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