«Orlegi y Ramírez recuperan la sonrisa de la afición del Sporting con su proyecto y el proceso»

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

Miguel Ángel Ramírez, Alejandro Irarragorri y David Guerra.
Miguel Ángel Ramírez, Alejandro Irarragorri y David Guerra. Real Sporting

Artículo de opinión

09 oct 2023 . Actualizado a las 10:48 h.

Semanas de felicidad para la afición del Real Sporting de Gijón de la mano del proyecto tejido por el Grupo Orlegi, una sonrisa que no desaparece del rostro de los sportinguistas incluso tras el mazazo que ha supuesto la derrota en Santander frente a más de 4000 seguidores rojiblancos. Un estado de ánimo no recordado desde los tiempos de Rubén Baraja en 2018 peleando por el ascenso directo.

Queda mucha liga por delante, la suficiente incluso para que todo se vuelva a torcer, pero tras un año al frente de la SAD asturiana, el proceso mexicano empieza a dar sus frutos después de una primera temporada en la que se vivió de lo heredado, para lo bueno y para la malo, así como de varias decisiones tomadas sobre la marcha al desembarcar en verano.

Pese a que en ocasiones se criticó a La Voz de Asturias por ser menos duros que otros medios con Orlegi y Miguel Ángel Ramírez, en realidad simplemente se les estaba dando un tiempo prudencial para trabajar en el proyecto viendo que tenían sentido varios de los argumentos que exponían. Ahora se podría sacar pecho al respecto, pero lo cierto es que costó mantener la fe y es de aplaudir la notable confianza de Irarragorri, David Guerra y Gerardo García en dar continuidad a un entrenador cuyos resultados no han llegado hasta casi un año después.

Lo más popular de cara a vender abonos y ganarse el aplauso fácil habría sido despedir al técnico canario al acabar la temporada, o bien cuando tuvo la propuesta para regresar a Ecuador, pero tomaron el camino complicado de apostar por un trabajo que solo sus ojos podían ver en el día a día de la Escuela de Fútbol de Mareo.

En ese sentido, su fase más impopular llegó con la venta de Pedro Díaz a la segunda francesa, el tercer traspaso en su corta etapa. Sin desmerecer al jugador asturiano, que ojalá triunfe en el país vecino, creo que pocos nos acordamos ya de su gran golpeo de balón, algo utópico en agosto y que demuestra el buen ojo de los gestores, además de su capacidad para tomar decisiones por duras que parezcan.

El capítulo de las lesiones es otra de sus victorias silenciosas. Muchos se rieron de ciertas decisiones como la mejora de los terrenos de juego y del novedoso departamento de Ciencias Aplicadas al Deporte, algunos incluso con tintes racistas, y la realidad es que pese a la alargada plantilla del primer equipo la enfermería por fin está sin inquilinos salvo el expediente X de Axel Bamba, que ya venía de lejos (que nadie me llame gafe como aparezcan ahora dos roturas musculares de golpe...).

No obstante, no todo es color de rosa y convendría solucionar en el mercado invernal las carpetas de Jeraldino y de Jordan Carrillo; la primera por la necesidad de reforzar la delantera y la segunda por ocupar una siempre interesante plaza de extracomunitario. En el fútbol todo da mil vueltas, pero las sucesivas decisiones al respecto del cuerpo técnico invitan a pensar en la elevada dificultad de ver a ambos sobre el césped marcando diferencias.

En cualquier caso, gracias Orlegi, gracias Miguel Ángel Ramírez por devolvernos la sonrisa, ya faltan unas horas menos para volver a disfrutar en El Molinón - Enrique Castro 'Quini'.