El objetivo de los rojiblancos es acabar lo más arriba posible en la tabla
03 may 2023 . Actualizado a las 21:00 h.La primera plantilla del Real Sporting de Gijón encara este mes de mayo las 4 últimas jornadas del campeonato de liga 2022/2023 con el objetivo principal de certificar la permanencia. Algo que podría darse este mismo fin de semana sumando en el duelo del domingo frente al Villarreal 'B' y esperando un tropiezo del Málaga, que marca actualmente la zona de descenso. Sea como fuere, se confirme su estancia en Segunda División más pronto o más tarde, lo ajustada que está la clasificación abre otra lucha que se extenderá hasta el final de curso, y es que la posición final en la tabla puede tener una repercusión mayor a 700.000 euros para el Sporting según el puesto en el que finalice.
Si bien la sensación no es la misma finalizando en octava posición que en la decimoctava, el impacto económico a futuro también se ve alterado de manera reseñable. El Sporting se ubica actualmente a 5 puntos del Burgos, que ocupa la octava plaza, produciéndose ahí un salto hacia arriba que casi imposibilita el alcance de los rojiblancos. Por debajo, más allá de la zona de descenso, la salvación la marca como decimoctavo precisamente el próximo rival de los de Miguel Ángel Ramírez, un Villarreal 'B' que está a tan sólo 2 puntos. De conseguir mantener la categoría, ese es el amplio abanico de posiciones que puede terminar firmando el Sporting al final de curso.
¿Cómo repercute esto en lo económico? Pues bien, basándonos en los datos de la temporada pasada -los de la actual saldrán a finales del presente año 2023-, en LaLiga Smartbank se repartieron unos ingresos totales de 158,47 millones de euros -excluyendo las compensaciones por descenso-, cifra muy cercana a la de la 20/21 (160,5 millones) y que permiten establecer estimaciones muy aproximadas para los números que corresponderán a la presente 22/23. LaLiga establece un reparto de este dinero para la categoría de plata de la siguiente forma: un 70% (110,9 millones) se reparte a partes iguales entre los 22 conjuntos, lo que equivale a una cifra cercana a los 5 millones de euros por salir a competir, a su vez, otro 15% se divide por la llamada "implantación social", donde el Sporting suele salir muy favorecido, ya que se computa un tercio de esta cantidad a través de los ingresos por venta de abonos y taquillas durante los últimos 5 años, mientras otros dos tercios se centran en las audiencias por televisión, cerrando, por último, con el 15% restante (23,77 millones) que se repartirá en base a la posición liguera de la campaña que actualmente nos atañe.
Para calcular cuánto le corresponde a cada posición, LaLiga marca un reparto porcentual que va reduciéndose de manera escalonada hasta la última posición. Así, los tramos van desde el 15,45% que le corresponde al que finaliza como campeón hasta el 0,23% del último clasificado. En base a ello, el decimoctavo clasificado, con un 1,14% de los 23,77 millones que corresponden a esta partida, se embolsaría unos 271.000 euros, mientras que el decimoquinto, la posición actual del Sporting, se adjudicaría unos 432.000 euros.
Un diferencia que se amplía al mirar más lejos en la tabla. La octava plaza, ubicada a 5 puntos actualmente y que se puede considerar dentro de los escenarios realistas, aunque con inferior probabilidad, se garantizaría una cantidad ligeramente superior al millón de euros, por lo que la diferencia entre ser octavo o decimoctavo es de unos 730.000 euros, cantidad que tiene en juego el Sporting en este próximo mes y que en una categoría como la Segunda División sirve para marcar importantes diferencias a nivel presupuestario. Pero para lo cual, cada punto cuenta.
Segunda sólo se lleva un 10%
Para hacernos una idea de la gran diferencia que existe entre estar en Primera o Segunda División, este reparto se realiza otorgando el 90% de los ingresos totales a la máxima categoría (1426,86 millones), mientras los 158 millones citados anteriormente para la categoría de plata tan sólo hace referencia al 10% restante. Por ejemplo, los equipos que menos ingresaron en Primera el año pasado consiguieron 6 veces más que el Sporting, que sigue siendo de los más potentes de la categoría en este sentido -excluyendo las ayudas por el descenso-. Los cálculos por méritos deportivos, eso sí, resultan más sencillos en la categoría de plata, pues si bien la posición final de los equipos de Segunda repercute año a año y es más fácil conocer qué cuantía se reflejará en las cuentas de los clubes, en Primera se realiza de manera ponderada respecto a las posiciones de los últimos 5 años, dando mayor peso a las temporadas más próximas en el tiempo y siendo más complejo de aproximar.
Comunicado oficial del arbitraje español
Desde el estamento arbitral del fútbol, queremos mostrar nuestra preocupación por el incremento de violencia verbal y física que están sufriendo nuestros colegiados, acentuado muy especialmente en los últimos meses. Es difícil ejercer nuestra labor en un escenario con insultos, presiones, amenazas, y agresiones. Todo ello por, presuntamente, cometer errores arbitrales en el “fútbol aficionado” y, lo que es más grave, en el “fútbol base”, categorías que a todas luces deberían considerarse de ocio y formativas.
Desde los clubes e instituciones se defienden los valores que a través de la formación se inculcan dentro del fútbol, pero, sin embargo, podemos ver vejaciones, amenazas y agresiones a personas que están formándose, cuyo único “delito” es ejercer su pasión como árbitros, en muchos casos menores de edad, que intentan realizar su labor de la mejor forma posible.
Obviamente, somos conscientes de que cometemos errores y lamentamos cuando se producen, pero tenemos derecho a equivocarnos. Los árbitros se esfuerzan en mejorar, están obligados a superar pruebas físicas y técnicas y demostrar periódicamente sus conocimientos, dedicando mucho tiempo a prepararse para dar lo mejor de sí mismos cada fin de semana. No debemos obviar que los árbitros se juegan los mismos objetivos que los clubes, la posibilidad de ascender o descender deportivamente al finalizar la temporada. Resulta sorprendente la facilidad con la que se descalifica o, lo que es peor, se pone en duda la honestidad de todo el colectivo arbitral.
Lamentablemente, las situaciones de violencia se repiten, llegando incluso a normalizarse conductas agresivas inexcusables. Nos referimos a la manera en que se justifican faltas gravísimas de conducta que atentan contra la deportividad y los valores del deporte. Consideramos que es momento de reflexionar, de que todos los que formamos parte del fútbol -deportistas, técnicos, clubes, directivos, aficionados, medios de comunicación y árbitros- nos planteemos unir fuerzas para acabar con esta lacra y nos tomemos muy en serio lo que está pasando, y así mismo, pedimos la máxima implicación de las instituciones oficiales y de nuestra clase política sin distinción de partidos, ya que todo esto afecta a un bien tan preciado como es nuestro deporte, por lo que pensamos que ha llegado el momento de evitar, entre todos, un incidente con final irreversible.
Debemos censurar y perseguir las actitudes agresivas, luchar para evitar que personas violentas sigan formando parte del deporte y de dejar de alentar el odio y la violencia en las redes sociales y en los medios de comunicación. Por todo ello, pedimos que se conceda a esta situación la importancia que merece, que se trabaje para sancionar de forma ejemplar este tipo de situaciones y lograr con ello una protección acorde con lo que un juez deportivo merece. Es momento de parar esta campaña de desprestigio continuo hacia los árbitros, que lo único que genera es cuestionar la honradez y honorabilidad de todo el colectivo.
Para terminar, es nuestro deseo que este escrito conduzca a una reflexión seria y profunda sobre el tema. Nuestro único objetivo es no tener que lamentar ningún incidente más de los ya acaecidos, lo que podría llevarnos a adoptar medidas drásticas e inmediatas que repercutirían directamente en nuestras competiciones, obligándonos a no exponer la integridad física de nuestros colegiados.