Análisis estadístico del debut
20 nov 2022 . Actualizado a las 23:06 h.El de este sábado supuso su debut en liga con el primer equipo del Real Sporting de Gijón. Un estreno amargo, puesto que además de quedarse sin una victoria que se tuvo al alcance de la mano, Marcos Trabanco salió inevitablemente en la fotografía de los dos goles encajados. Más allá de ello, contextualizado con un partido complejo y un rival enfrente de gran nivel como es José Arnáiz, Abelardo alabó el trabajo del guaje en su primer día, rescatando su papel en defensa y en ataque.
Al margen de los errores en los goles, que comentaremos, en el apartado estadístico lo cierto es que el encuentro de Trabanco estuvo dentro de sus parámetros normales, también incluso si los comparamos con los datos obtenidos por Guille Rosas o Pol Valentín en encuentros con similar número de minutos jugados.
Empezando por el plano asociativo, Marcos fue el jugador de la defensa que menos participó en la construcción de juego, algo habitual con la importancia que tiene Cote en ese aspecto. El guaje intentó 27 pases con un positivo 81% de acierto en la entrega. Si bien cuantitativamente podría aportar más, el hecho de ser su primer partido en Segunda División también debe valorarse.
Además, en ofensiva, algo que destacó Abelardo, Trabanco supo leer varias situaciones para incorporarse al ataque en el momento idóneo e incluso en alguna acción sorprendiendo a su par por la espalda. Se entendió especialmente con Rivera, que surtió de varios envíos diagonales para que el canterano pudiera subir a zona de tres cuartos y poner el centro. Intentó 4, cifra que habitualmente promedia en el filial y que supera a la que proyectan Rosas y Pol. Faltó algo más de acierto (25%), con dos buenas situaciones en las que o se quedó corto o se le fue directamente por línea de fondo, pero también firmó el centro que dio lugar a la primera gran ocasión del partido para los rojiblancos en botas de Campuzano.
En este aspecto, por cerrar la cuestión con balón, sí es cierto que le pudo faltar algo más de participación en ataques posicionales, puesto que tan solo logró dar dos pases hacia el último tercio, completando ambos, pero dando cuenta de su poca participación en el juego combinativo de los suyos, una cifra inferior a la habitual en su rol. Apareciendo y sorprendiendo funcionó, pero tiene margen para aportar más soluciones con balón en estático. Del mismo modo, tampoco intentó ningún regate ni tuvo duelos ofensivos, otro síntoma de esta pizca de atrevimiento que con mayor confianza podría aportar como hace en el filial.
A nivel defensivo, la cara y la cruz: sumó un buen número de recuperaciones (7, con 3 de ellas en campo rival) y apenas contabilizó pérdidas (2), ambas en situaciones de presión sin evidentes probabilidades de éxito. Números que sostienen y aguantan la comparativa con el resto de laterales diestros de la plantilla. Sin embargo, los duelos marcaron negativamente su partido: de 12 duelos defensivos tan solo resultó vencedor en 5 de ellos, un 42%, cerca de un tercio por debajo de sus números habituales y de los que contabilizan los jugadores que desempeñan su rol.
Esa cuestión de los duelos se evidenció en ambos goles, en el primero cuando mide mal la trayectoria de un envío largo a su par, pierde de vista el cuero y termina haciendo falta para frenar el avance del rival hacia el área. Hecho que le supuso una tarjeta amarilla que posteriormente le condicionaría en la acción del segundo gol, cuando le ganan una carrera al espacio, no puede frenar a su rival con falta y acaba siendo superado en un uno para uno en el área al tapar un centro que no llegaría al tratarse de un amago. Dos acciones que empañan su actuación, pero que deben servir como aprendizaje, analizando también lo que hizo bien en sus 80 minutos de juego para seguir con su formación y desarrollo como futbolista hacia el mundo profesional.