Texto de análisis
01 nov 2022 . Actualizado a las 17:20 h.El Real Sporting de Gijón no obtuvo recompensa en forma de puntos en su visita al Ciutat de València. Ante una de las plantillas de mayor nivel de la categoría, los de Abelardo Fernández mostraron de nuevo una versión sólida, con buen manejo del contexto de partido salvo unos tramos concretos y competitiva ante un fuerte rival. Sin embargo, un error en el gol rival y la incapacidad de definir en el otro área sentenciaron a los asturianos con un resultado cruel. Analizamos la derrota ante el Levante a partir de 4 claves destacadas:
Presión ajustada al rival
Viene siendo una seña positiva que se repite en los últimos partidos. El Sporting está teniendo la capacidad de adaptar ciertas cuestiones colectivas de su juego a planteamientos o fortalezas particulares de sus adversarios. En este caso ante el Levante volvió a suceder, con el sistema habitual sin balón, pero con una instrucción que parecía clara y definida: tapar la línea de pase por dentro especialmente sobre su pivote, Iborra. El delantero del lado con balón iniciaba su carrera hacia el central en posesión del cuero mientras el otro retrasaba su posición para interponerse en la línea de pase hacia el pivote, situándose unos metros por delante de él. Una constante que se repitió durante un largo tramo del encuentro -mientras las energías aguantaron- y que ensució la salida de balón granota, forzándolos en muchos casos a jugar en largo balones que no terminarían ganando.
Como apunte, también se priorizó tapar el pase dentro a partir de los extremos, cerrados cerca de sus puntas para evitar ese envío vertical. Esto no siempre funcionó -no es sencillo-, pero la intención también se dejó ver de forma clara. Los pivotes, que al principio sí estuvieron algo más descoordinados, ajustaron e interpretaron quién y cuándo debía saltar sobre el jugador por dentro que ofrecía el apoyo, algo muy habitual en los de Calleja.
Solidez defensiva cerca de área propia
Punto positivo a resaltar la defensa prácticamente inmaculada cerca del área rojiblanca. Ya sea a la hora de defender esos envíos directos antes citados, donde Cali Izquierdoz, como acostumbra, se lleva la matrícula de honor en ese sentido, como para despejar centros laterales o evitar situaciones de finalización del rival. Con diversos participantes en esa línea por la desgracia de las lesiones, todos mantuvieron el nivel salvo en dos ocasiones; la que finaliza con paradón de Mariño y la desafortunada acción del gol.
Error puntual fatal
No se trata de señalar o buscar culpables, pues toda jugada de gol se puede rebobinar hasta un punto y en ella se le puede otorgar responsabilidad a muchos jugadores implicados. Rara vez un gol no viene acompañado de cierta dosis de error, pero en esta ocasión fue de suma importancia. Jorge De Frutos le ganó la acción a Cote en área rojiblanca para después, demostrando su inteligencia e instinto en el área, colar un disparo por una zona nada habitual. Mariño abrió la puerta tratando de anticipar un centro que no llegaría, un error que facilitaría el único gol del encuentro. No es el único motivo por el que el Sporting se quedó sin sumar en Valencia, pero sí es uno importante para explicar la derrota. De los errores se aprende.
Peligro por fuera sin definición
Las estadísticas no benefician al Sporting en materia ofensiva en este partido. Si bien sí remató hasta en 8 ocasiones fuera de los 3 palos, tan solo uno fue a puerta. No es que el cuadro de Abelardo estuviera desacertado en la definición, es que la gran mayoría de las mejores situaciones de gol terminaron sin remate. No faltó efectividad de cara a gol, sino de cara a acabar las jugadas. No fue un encuentro en el que el Sporting fuera un vendaval ofensivo, pero sí sumó varias jugadas de peligro por fuera, especialmente a partir de los centros laterales, que se sumaron a las acciones a balón parado como principal argumento en ataque. No es que faltara acierto al finalizarlas, es que en general faltó ejecutarlas.
Los cambios
Gragera por Cali. Cambio obligado por lesión cuando el argentino venía siendo de nuevo una gran noticia atrás. Salvo una acción clamorosa en la que le superó Pepelu, a Gragera se le notó fuera de lugar, pero cumplidor -teniendo en cuenta esto- con su cometido hasta la lesión.
Djuka por Campuzano. Refresco en la delantera con un cambio de perfil relevante. El balcánico apenas sumó un buen desmarque al espacio en el rato que tuvo, pero no logró cambiar la dinámica especialmente. Además, se llevó una amonestación por protestar.
Pola por Gragera. El guaje entró por la lesión del gijonés y cumplió en un duelo complicado ante Bouldini primero y Moraes después. Sólido por alto y valiente en las disputas, necesitado de algo más de contundencia en alguna acción concreta.
Pol y Jony por Cristo y Queipo. Refresco en los costados que tampoco tuvieron mayor incidencia en el desarrollo del tramo final.
Nota a Abelardo Fernández y el resto del cuerpo técnico
Bien. El cuerpo técnico ajustó su plan a las virtudes del rival, especialmente desde el plano defensivo, y funcionó en buena medida. Incomodó a un duro rival y tuvo en su mano buena parte del contexto de partido. Aun así, la segunda parte penaliza al equipo, que sufrió más atrás ya que el plan tuvo su continuidad hasta que aguantaron las fuerzas. Igualmente, siempre pudo dar más en ataque, aunque en esta ocasión al menos sí contabilizó situaciones de amenaza. Partido correcto con el que salir contento por ejecución, pero que no debe ser más que la base sobre la que seguir creciendo.