Texto de opinión
17 oct 2022 . Actualizado a las 13:23 h.Muchas veces el fútbol es cruel y no entiende de merecimientos. A base de pico y pala y de mantener una gran regularidad en el torneo doméstico donde más se demanda dicha estabilidad, la pasada temporada el Eibar desarrolló una película de claro ascenso directo, pero este deporte tan impredecible les tenía guardado un final dramático.
En la última jornada y en la primera eliminatoria del play-off de ascenso, a los de Garitano se les escapó de las manos el regreso inmediato a la máxima categoría que tan cerca vieron en el devenir del curso. Lejos de buscar nuevas fórmulas, el club armero ha apostado por dar continuidad a la misma identidad reconocible de los últimos años. Como visitantes les está costando reiniciar a los guipuzcoanos, pues la primera victoria lejos de Ipurua no ha llegado hasta su quinta oportunidad con un reciente triunfo por 1-2 en el campo del Ibiza.
Sobre el papel parece un claro 1-4-2-3-1, pero en la práctica en fase ofensiva el Eibar en realidad parte más desde un 1-4-3-3. En su centro del campo y en construcción el canterano rojiblanco Sergio Álvarez ocupa una primera altura, Pereira se mueve unos metros por delante escorado al perfil izquierdo y Javi Muñoz se sitúa entre líneas y entre zonas por el costado derecho. Sin ser radical en ello, los de Garitano emplean el juego largo desde el portero como una vía directa para plantarse rápido en campo contrario. Ubicados en un 1-3-3-1-3, siempre es el punta quien finalmente se sumerge en la disputa, pero con anterioridad intentan despistar y desajustar al rival con un movimiento de amago de ir al duelo por parte del hombre más centralizado en la línea de apoyo más cercana o en la última línea que pugna por la prolongación.
En caso de salir en corto el Eibar maneja diferentes variantes. Dependiendo del nivel de presión rival, los armeros intentan avanzar de inicio con un 1-2-3-2-3 en el que forman triángulos que favorecen la localización de líneas de pase diagonales al poseedor. Los centrales se hunden en área propia, mientras que Sergio y los laterales, estos últimos muy abiertos de arranque para generar espacios interiores y ganar profundidad, se sitúan en una segunda línea. También acostumbran a emerger desde un 1-3-1-4-2 o un 1-3-3-4 con Stoichkov interiorizando mucho su posición como un punta más. Sergio, incrustándose entre los centrales, y Tejero o Imanol son quienes pasan a completar la primera línea de tres en la salida.
El Eibar dispone de diversos mecanismos de progresión exterior que son facilitadas por la numerosa acumulación de jugadores en zonas interiores, siendo el central Arbilla y ambos laterales muy influyentes en fase ofensiva. Por banda derecha los armeros suelen buscar situaciones de cuarto hombre para ganar y conquistar la espalda del lateral zurdo rival. El extremo derecho baja en apoyo para dársela de cara al ‘tercer hombre’ y Javi Muñoz ataca con una diagonal dentro-fuera el espacio generado por fuera, o incluso puede ser el punta quien lo aborde con un movimiento circular. Por su parte, por el flanco izquierdo crean el contexto necesario donde Arbilla sea capaz de conducir para atraer, dejar libre a Imanol y conectar con éste con un pase medio o largo diseñando un espacio útil por delante de la carrera del veloz lateral zurdo.
Se trata de uno de los equipos de la categoría de plata que más centros acumula por partido, y eso en parte es debido a que sabe cómo propiciar correctamente dichas situaciones. Si avanzan por un costado, encadenan pases cortos en ese perímetro y de repente realizan una conexión de giro para que el lateral del lado débil reciba con el tiempo y el espacio suficiente para enviar el balón al área de la mejor manera posible. Tejero e Imanol poseen una gran capacidad técnica en el centro y una muy buena interpretación a la hora de determinar la fuerza y la trayectoria que necesita el centro dependiendo de la zona en la que reciban. El lateral derecho recepcionará más veces al pie y en carriles intermedios para también facilitar situaciones de 1vs1 por fuera de Corpas, mientras que su homónimo es más propenso a recibir balones al espacio y por caminos exteriores. Igualmente, al sumar tantos jugadores por dentro, el Eibar es capaz de cargar el área rival y dividir los espacios de remate con hasta cuatro hombres.
En fase defensiva el Eibar varía de dibujo en función de donde situé el bloque. Manejándose notablemente en las distintas alturas de campo, si presionan alto alternan su estructura entre el 1-4-2-3-1 y el 1-4-4-2, siendo Javi Muñoz en este último sistema quien se posiciona a la par del punta. Ya en un bloque medio caminan entre el 1-4-1-4-1 con Sergio como pivote único y el 1-4-2-3-1, mientras que cerca de su portería el canterano rojiblanco y el brasileño viven muy cerca de los centrales para permitir con seguridad sus eventuales salidas de zona. En líneas generales, el conjunto armero es muy sólido sin el control del balón cosechando esfuerzos activos e intensos. La primera línea de presión defiende el balón buscando obligar al adversario a jugar en largo, y los demás compañeros están atentos para dificultar la progresión enemiga.
Tras la recuperación el Eibar toma diferentes soluciones en base a la zona donde se inicie esa acción de transición ofensiva y cómo se encuentre estructurado el rival. Si roban en zona alta buscan progresar verticalmente ocupando los tres carriles con dos jugadores de banda que actúan a pierna natural, mientras que, si se produce en campo propio, salvo que el rival esté volcado, suelen sacar el balón de esa radio de agobio con varios pases de seguridad hacia atrás con la premisa de conservar, ordenarse e impregnarse de calma. Por su parte, en la transición ataque - defensa hay que destacar el gran equilibrio que aporta el doble pivote formado por Sergio y Pereira. Si la pérdida se lleva a cabo cerca de portería contraria los jugadores cercanos reducen espacios sobre el balón, mientras que si se produce unos metros más atrás habitúan a temporizar cerrando caminos cortos y a reorganizarse.
Para defender las jugadas ofensivas a balón parado del rival el Eibar acostumbra a meter a todos sus hombres en área propia con un marcaje colectivo combinado, dejando a Stoickhov y al punta responsabilizados del primer palo, y a Corpas ocupándose de la zona del punto de penalti. Por su parte, en el ABP ofensivo el Real Sporting de Gijón debería estar muy atento a las llegadas de Tejero o Imanol como tercera ayuda en corto para realizar centros desde carriles intermedios. En el banquillo Gaizka Garitano cuenta, entre otros recursos, con la excelsa capacidad técnica de Aketxe en la mediapunta, un desequilibrante Yannis Rahmani por banda y la capacidad del delantero zurdo Quique de responder tanto dentro del área como recibiendo caído en banda derecha.