Texto de análisis
04 sep 2022 . Actualizado a las 23:00 h.Ya ha disfrutado de sus primeros minutos como rojiblanco, siendo el último refuerzo del mercado de traspasos de verano que hace escasos días dejamos atrás. A nivel estadístico no sumó ningún registro más, pero sí fue pieza importante en el tercer gol en la victoria del equipo en El Toralín con una buena presión sobre el meta rival. El Real Sporting de Gijón oficializaba el traspaso de Uros Milovanovic,el último día de mercado, asegurándose al punta balcánico por 3 temporadas y una extra opcional. El delantero centro, nacido en Duisburgo, Alemania, pero con pasaporte serbio, llega para reforzar el ataque rojiblanco y mejorar el juego aéreo a disposición de Abelardo Fernández, un perfil que ya había solicitado de manera pública el cuerpo técnico asturiano.
Se trata de un futbolista del FK Radnik Surdulica de la liga serbia cuya estatura ronda el 1,90 m. Actualmente tiene 21 años, pero en el próximo mes de octubre cumplirá 22 y ya ha sido citado en varias ocasiones por el combinado nacional Sub21, con quien suma 4 encuentros. Por consiguiente, podría perderse los encuentros de las ventanas FIFA, como ya ocurre con Uros Djurdjevic y Montenegro.
En la Superliga serbia, Milovanovic marcó 13 goles durante la pasada temporada, acumulando un total de 52 partidos en los que anotó 11 goles y logró repartir 2 asistencias en su trayectoria en la máxima categoría del país balcánico. En el presente curso 'Milo' ya disputó 6 encuentros ligueros, aunque no los disputó al completo, con hasta tres suplencias. El delantero pasó anteriormente por las categorías inferiores del OFK Belgrado, el Estrella Roja y el Levante UD, una experiencia en España que ayuda a romper la barrera del idioma y facilita la adaptabilidad a su nuevo país de residencia.
Así juega Uros Milovanovic
Por perfil, encaja dentro de esa idea que el propio Abelardo definió en una rueda de prensa durante el recién superado mercado de verano: delantero alto, que destaque desarrollando un rol como referencia para el juego aéreo y el fútbol directo y con capacidad de remate en el área. En definitiva, se trata de un perfil que complementa y completa la punta del ataque rojiblanco, siendo un prototipo de futbolista muy distinto a Cristo González o Víctor Campuzano, más etiquetados como segundo punta, y que guarda algunas semejanzas al tipo de jugador que representa su tocayo Djuka, pero mucho más especializado en otras cuestiones no tan del abanico del montenegrino, al igual que muchas otras cosas también los diferencian.
Sus principales cualidades encajan con esa idea de delantero que hemos definido. Milo puede jugar como único punta o bien acompañando a otro delantero, sirviéndose de su estatura para luchar en el juego aéreo con los centrales rivales, aspecto en el que destaca por sus buenas cifras. Lo hace tanto lejos del área, como objetivo de envíos largos ya sea para prolongar o para controlar y ayudar al equipo a asentarse arriba, como dentro de la misma, donde tiene buenas maneras para trazar movimientos agresivos en busca del remate alejándose de su marcador. Un cabeceador que sirve como recurso para finalizar los centros laterales, una de las armas más recurrentes en la ofensiva rojiblanca esta temporada con Abelardo al frente.
Más allá de esto, en cuanto a sus movimientos es un jugador que sin balón recorre muchas veces trazadas en horizontal, cayendo indistintamente a ambas bandas para servir de apoyo a sus compañeros en la construcción de juego. No es tan habitual verlo tirando desmarques de ruptura al espacio -aunque a veces lógicamente lo haga si lo demanda la jugada-, y es que la velocidad, sin ser lento, no es un aspecto que le permita destacar sobre los demás. En lo referente a cuestiones técnicas, su mayor virtud reside en la cobertura técnica, o lo que comúnmente se ha denominado como proteger el balón; hace un buen uso del cuerpo para aguantar el forcejeo con los rivales y mantener la posesión bajo su control, ya sea en situaciones con balones elevados, a media altura -donde destaca Djuka, por ejemplo- o a ras de césped,. Sin embargo, en su técnica con balón en cuanto a golpeos, conducciones o pases no destaca especialmente, siendo este un aspecto que deberá mejorar en una liga del nivel de la Segunda División española. Siendo diestro de pie dominante, no muestra recelo en finalizar las jugadas con su zurda, sumando varios goles de esta manera.
Por último, cabe destacar que es un delantero trabajador, algo que casa con la filosofía de Abelardo. Es comprometido en la presión, algo de lo que dejó muestra, aunque fuera en escasos minutos, este sábado en Ponferrada. Además, quienes lo conocen de cerca hablan muy bien de su mentalidad y profesionalidad, a pesar de la juventud que le acompaña (21 años), es suficientemente maduro para el entorno y el desafío al que deberá hacer frente ahora en el Sporting. Un proyecto de jugador para sumar en el presente y con vocación de futuro. Su adaptabilidad al fútbol español y al nivel de la Segunda División será una piedra de toque importante en su primera experiencia de este estilo lejos de la Superliga serbia.