Artículo de análisis
14 ago 2022 . Actualizado a las 21:24 h.Momento de analizar el estreno del Real Sporting de Gijón en la temporada 2022/2023 de la Liga Smartbank. Un debut que se saldó con empate por 1-1 en el campo del Mirandés. Los chicos de Abelardo fueron claramente de menos a más en el partido, realizando una primera parte muy pobre y poco ambiciosa, subsanada con el gol a balón parado de José Gragera, y un segundo tiempo más reconocible que marca el camino a seguir para los rojiblancos. Analizamos en 4 claves algunos de los aspectos destacados que explican el resultado final en Anduva:
Imprecisos en zona de iniciación
Sorprendidos por la presión alta y al hombre del Mirandés, durante toda la primera parte el Sporting siempre estuvo muy lejos de encontrar una deseada rápida circulación de balón y muy cerca de cometer errores en campo propio que pudo pagar caro. Imprecisiones con la pelota en zona de iniciación que principalmente llegaron por la falta de percepción de los 360 grados por parte de los mediocentros Pedro Díaz y José Gragera a la hora de no frenar la jugada y darle continuidad a la misma, además de que los jugadores que estaban cerca de la pelota no se movían de forma constante para ofrecer soluciones sólidas y equilibradas.
Por muchos momentos el poseedor del balón no disponía de la tranquilidad necesaria para tomar una correcta decisión debido a que ninguno de sus compañeros más cercanos no le sostenían por detrás. Una vez que el Sporting mínimamente conseguía impregnar cierta velocidad a la circulación de pelota en campo propio se producían nuevas pérdidas ya que los pases no eran limpios, rápidos ni precisos. El Mirandés captó y neutralizó la sistemática manera de sacar el esférico desde atrás por parte de unos rojiblancos que, a excepción de una acción sin consecuencia alguna en el minuto 5 y una vez dispuesta la aparente intención de jugar en corto para atraer y sorprender, no exploró los caminos profundos con Djuka y Cristo a las espaldas de unos defensores locales adelantados.
Duelos perdidos en segundas jugadas
El Sporting apenas pudo acumular un par de contraataques con decisión en la primera parte por, entre otros factores, no mostrarse ganadores en las segundas jugadas tanto cerca de propia portería como lejos de ella. A pesar de que Cristo retrasaba su posición para formar un 1-4-5-1 en la defensa de los envíos largos del portero local, el Mirandés no dejó de generar superioridades posicionales en el centro del campo para salir vencedores en dichos duelos. Además de estar mucho más intensos y agresivos, los rojillos fueron más intuitivos y tácticamente inteligentes para ocupar espacios vacíos y corregir rápidamente unas extensiones de césped que en el caso de los asturianos siempre iban un segundo por detrás para llegar al balón.
Intención de la presión
La cara del Sporting cambió sustancialmente tras volver de los vestuarios a partir de la implementación de una presión que desprendía una intención más agresiva. Los de Abelardo, mostrándose más activos en la recuperación de balón en campo contrario y confiando en la anticipación de un Insua que fue uno de los jugadores más destacados del partido, pasó de esperar a provocar el error del Mirandés con una mayor intensidad en la reducción de espacios hacia la pelota y ya con el mensaje interiorizado de que la acción defensiva realmente no termina hasta que se haya recuperado y conservado sólidamente el balón.
Generación de peligro por carriles exteriores
En la segunda parte el Sporting también se convirtió en un equipo menos previsible de defender para el Mirandés fruto de la exploración de la amplitud y la mayor alternancia de pasillos, tipo de pases y de ritmo. La entrada al terreno de juego de Nacho Méndez, juntándose por carriles interiores con Gragera, Zarfino y Djuka, fue fundamental para que los locales se cerrasen más por dentro y de esa manera se generase tiempo y espacio para que Guille Rosas, Pol Valentín y, sobre todo, Juan Otero pudieran desequilibrar por fuera con mayor convicción y peligro.
Los cambios
Zarfino por Pedro Díaz: Impreciso con el balón y tácticamente algo desordenado, en el tiempo de descanso Pedro Díaz dejó su lugar en el once al debutante Gio Zarfino. El uruguayo contribuyó en el adelantamiento de unos metros de la presión rojiblanca y piso más altura en el campo que el sierense, siendo de esa manera una preocupación más para los defensores locales y una solución más en campo rival para el Sporting.
Pol Valentín por Queipo: Cansado tras realizar un importante desgaste físico y ser protagonista en la conducción de las pocas transiciones ofensivas hilvanadas por el Sporting hasta esa hora de juego, el canterano Dani Queipo dejó su puesto a un Pol Valentín que entró para reforzar con un doble lateral con Guille Rosas la banda por donde más peligro estaba creando el Mirandés. Aunque acabó el partido de lateral izquierdo, el catalán fue vital por el flanco derecho al, además de cortar la hemorragia defensiva, ser incisivo en la creación de situaciones de 2vs1 por fuera y en la generación de centros peligrosos.
Nacho Méndez por Cristo: Positivos 20 minutos de Nacho Méndez que supo aportar cosas diferentes a las que había desarrollado Cristo en los anteriores 70 minutos de encuentro. Cayendo a ambas bandas para generar superioridades, pisando el área rival y juntándose con y sin balón por dentro con sus compañeros, el luanquín se erigió como una pieza importante para que los jugadores desequilibrantes de banda obtuvieran un mayor protagonismo en zonas más determinantes.
Gaspar por Cote: Con la duda de si este cambio se hubiese producido de la misma manera en caso de que el gol de Juan Otero no hubiera sido anulado por el VAR, la realidad es que el canterano, situándose como extremo en banda natural y pasando a Pol Valentín al lateral izquierdo, no pudo aportar mucho en fase ofensiva en los pocos minutos que estuvo sobre el tapete de Anduva.
Nota a Abelardo y el resto del cuerpo técnico
Suficiente. Primer examen que, al equipo, además de dejar patente que existe un gran margen de mejora, le ha servido para aprender cuáles son esas bases reconocibles desde las cuales empezar a construir. La segunda parte es, en general, la línea a seguir. En el primer tiempo los de Abelardo se mostraron poco preparados para hacerle frente a las respuestas y contrarespuestas del Mirandés.
Los de Joseba Etxeberria, con un marcaje al hombre en presión adelantada, dejaron ‘desnudos’ y sin capacidad de respuesta a unos rojiblancos que como pudieron sobrevivieron en el marcador hasta el descanso. En el entretiempo tuvo que intervenir el Pitu y sus cambios, tanto a nivel de sustituciones de jugadores como en lo emocional, surgieron un efecto positivo. Aun así, todavía queda mucho por mejorar para ser un equipo más competitivo en cualquier situación previsible e imprevisible que se les presente a lo largo de la temporada.