El técnico que apostó por Insua con 16 años analiza al fichaje del Sporting, petición de Abelardo

Francisco Rodríguez

SPORTING 1905

Pablo Insua con la bufanda del Sporting
Pablo Insua con la bufanda del Sporting Real Sporting

Ramallo destaca el  liderazgo sereno y pausado que aporta al vestuario

27 jul 2022 . Actualizado a las 11:14 h.

Pablo Insua se ha convertido en el primer fichaje de la era Orlegi en el Real Sporting de Gijón y de un Gerardo García que de esta manera avanza en la confección de la defensa de cara a la temporada 2022/2023. Incorporado con la carta de libertad procedente de la Sociedad Deportiva Huesca y firmando un contrato que le unirá al club rojiblanco hasta 2024, el central gallego de 28 años era una prioridad para un Abelardo que aún demanda el aterrizaje de al menos dos más jugadores para esa parcela del campo donde el técnico asturiano se hizo un nombre en el fútbol europeo. Uno de ellos será Izquierdoz, pendiente del papeleo final, una vez pasado el reconocimiento médico.

Insua empezó a darle patadas a un balón y a demostrar su talento en el equipo de su pueblo, el CSD Arzúa, donde siendo alevín de último año fue captado por el Deportivo de La Coruña. A partir de la etapa de infantil, Pablo iría subiendo las escaleras de Abegondo de manera rápida y sólida hasta poder debutar con el primer equipo gallego con apenas 19 años. Dicho premio hubiera sido difícil de conseguir sin su sacrificio ni el de sus padres quienes, de manera alternativa, lo llevaban cuatro veces a la semana a la Ciudad Deportiva del conjunto blanquiazul en un trayecto en coche que entre la ida y la vuelta sumaba 180 kilómetros y 2 horas de duración. Posteriormente, el nuevo futbolista del Sporting realizaba el mismo recorrido en autobús teniendo de compañero de asiento a Álvaro Lemos, actual lateral derecho de la Unión Deportiva Las Palmas.

Sin quizás ser consciente de ello, llegó un punto en el que siendo cadete de último año y jugando en categoría juvenil Pablo Insua demostraba una altísima preeminencia con respecto a sus compañeros y la cual se convirtió en un problema para la última fase de su formación. De ello se dio cuenta y le busco una solución Tito Ramallo, por aquel entonces entrenador del filial del Deportivo y quien lo hizo debutar en Segunda B con 16 años: “Él venía de tener una superioridad muy grande en la categoría juvenil en la que jugaba y en nuestros entrenamientos estaba un poco acomodado. Cuando llegó al filial pensaba que podría mantener los niveles de presión que tenía antes. En aquel momento sí que fue uno de los elementos en los que tuvimos que trabajar con él para que subiera la intensidad de su nivel de entrenamiento porque no le llegaba con el mismo nivel de exigencia que tenía antes”. Aunque, el técnico gallego reconoce que está “convencido que después de todo su recorrido ese aspecto ya lo tiene totalmente superado”.

La circunstancia de adelantar procesos y poner a un chico de 16 años a competir como titular en el filial de todo un Deportivo en Segunda División B era una decisión que conllevaba consigo mucha responsabilidad, aunque Ramallo afirma que “el caso de Pablo fue sencillo. Era un chico al que se le veía las condiciones de una manera muy clara tanto a nivel técnico como táctico y físico. Es de esos jugadores que rápidamente no tienes dudas a la hora de hacerle dar pasos de una forma mucho más rápida hacia ese nivel profesional, que cuando estás trabajando en una cantera quieres que lleguen el mayor número de jugadores posibles. Luego el tiempo demostró que fue un acierto por parte de todos”.

Uno de los aspectos que más debe dominar un central por su contexto de acción es el sentido de la responsabilidad en sus movimientos y decisiones, algo que para Ramallo es “indudable” que lo posee Insua. Otro bastión que ya engloba al futbolista en su generalidad es la madurez, un pilar que uno de los grandes conocedores de la cantera del Deportivo tuvo que moldear en la figura de Pablo: “En ese proceso de formación del jugador nosotros asumimos que la única manera de adquirir esa madurez era poniéndolo a jugar, a pesar de que podía cometer errores que a nivel del corto plazo a lo mejor podía no ser bueno, pero que a medio y largo plazo como objetivo de cantera estaba por encima de lo demás, así que no había dudas”. Mismo proceso que llevó a cabo con el primer equipo en Primera División al debutar seguidamente nada más y nada menos que en los campos del Barcelona, el Atlético de Madrid y el Athletic Club de Bilbao.

En el próximo mes de septiembre cumplirá 29 años y con 182 partidos a sus espaldas en el máximo nivel Pablo Insua, “un chico muy reservado, pero siempre muy educado y respetuoso con tanto los compañeros como con el cuerpo técnico”, está llamado a ser uno de los líderes del vestuario rojiblanco en forma de ejemplo para los más jóvenes. “Pablo entró en un equipo donde había muchos pesos pesados, jugadores que luego llegaron al fútbol profesional y él era el más joven de todos. Por lo tanto, eso se lo fue ganando poco a poco y ya en su última etapa en el filial sí que demostraba una capacidad de liderazgo. Más que un liderazgo sonoro, era un liderazgo sereno, pausado y desde la prudencia más que desde otra cosa”, recuerda el primer técnico profesional que apostó decididamente por la última incorporación del Sporting.

El rumbo que vayan tomando los propios partidos y la temporada hará que el Sporting tenga que defender en muchos momentos cerca de su portería y en otras situaciones lejos de su guarida. Al respecto, Ramallo avala la adaptación de Insua a ambas disposiciones, aunque reconoce que si se tiene que decantar por alguna de las dos cree que “defiende y se maneja mejor cuanto más lejos esté de área propia. Fíjate que no es lo normal en los centrales, pues los centrales con más limitaciones lo que quieren es defender menos espacios, estar más amparado y más cerca de la frontal para tener alrededor menos elementos que no domine. En ese sentido, Pablo, cuanto más lejos estuviera del área más seguro se mostraba en sus decisiones y en su manera de interpretar el trabajo que realizaba”.

Desde que lo dirigiera en el Deportivo Fabril hace más de 10 años hasta la actualidad Ramallo ha detectado una evolución en un Insua que “ya es un jugador hecho, maduro y con muchísima experiencia. Tiene 3 ascensos y experiencia en el extranjero. De aquel chico con expectativas que todos vimos y que primero las demostró aquí en el Depor y luego fuera, pues ahora ha quedado un muy mejor jugador”. Un futbolista que por condiciones debería estar asentado en una superior categoría, pero cuyo camino ha sido entorpecido de forma indomable al haber sufrido diferentes y duras lesiones: “La pena de Pablo, y eso lo tengo tremendamente claro, han sido las lesiones. Si no hubiera tenido esas roturas del cruzado que tuvo, estaríamos hablando de uno de los centrales más importantes en el fútbol español. A veces esas cosas son difíciles de controlar. Realmente es el único aspecto que ha limitado a Pablo”.

Insua iniciará en agosto esta nueva etapa junto a sus compañeros, un momento decisivo para relanzar su carrera hacia niveles de exigencia individual y colectiva que está convencido que se puede volver a alcanzar. Para lograr dichos objetivos tendrá a su lado el apoyo de Abelardo, pieza vital por su experiencia en la posición de central, capacidades como entrenador e insistencia en su incorporación para que el gallego hiciese un esfuerzo en Huesca para lograr su desvinculación y se decantara por la propuesta rojiblanca con la premisa de ascender por cuarta vez en su trayectoria a la Liga Santander.