Texto de análisis
17 jul 2022 . Actualizado a las 03:55 h.Fue el segundo fichaje en confirmarse, y aunque no venía a cubrir una necesidad imperiosa en la plantilla, sí llegó para representar un perfil que no se tenía. Gio Zarfino arribó al Real Sporting de Gijón para sumar aliento al centro del campo de Abelardo Fernández. El futbolista uruguayo firmaba por 2 temporadas con la escuadra asturiana y firmó el transfer a coste cero al acabar su contrato en el Alcorcón el pasado 30 de junio.
El futbolista uruguayo sumó esta pasada temporada 30 partidos, siendo su campaña más prolífica en cuanto a producción goleadora desde que llegara a España hace 5 años: 7 tantos y una asistencia. En total, Zarfino acumula más de 100 partidos en Segunda División a sus 30 años. El centrocampista encaja en la doble idea de Abelardo de incorporar jugadores con carácter y profesionalidad para el vestuario así como reforzar una medular que el técnico gijonés encontraba debilitada. Por sus años residiendo en España, Zarfino ya tramitó la doble nacionalidad, con lo que no ocuparía plaza de extracomunitario, algo positivo al dar margen a Gerardo García para gestionar las futuras altas.
Así juega Gio Zarfino
Zarfino es un futbolista que resulta tentador para caer en tópicos ligados habitualmente a nacionalidad y estilo de juego. No caer en ellos resulta tedioso, pero en su descripción encontraremos varios de esos puntos tan característicos. Para comprender mejor qué tipo de futbolista es y por qué ocupa un perfil inexistente en la plantilla, lo mejor es compararlo con lo ya conocido. El uruguayo es un centrocampista de amplio recorrido e ida y vuelta, un pulmón que siempre despunta entre los jugadores con más kilómetros recorridos a lo largo de los 90 minutos. Esto nos trae de primeras a la mente a Pedro Díaz, que habitúa a encabezar ese ránking entre los rojiblancos. En lo que se refiere a mapas de calor o al campo que es capaz de abarcar, se asemeja mucho al sierense; una especie de 'box to box' clásico inglés con mucha llegada a zonas próximas al área rival. Sin embargo, es en el plano asociativo donde más se distancia del asturiano, no teniendo tal capacidad organizativa o el característico cambio de orientación de Pedro. Su pase y su técnica están lejos de la suya, tomando decisiones menos arriesgadas orientadas a dar continuidad al juego, pues no es un futbolista sobre el que hacer recaer el peso creativo del equipo.
Es por tanto un perfil con ciertas similitudes con Pedro, pero a su vez un perfecto complementario de este. ¿Cómo es eso posible? Porque, a pesar de sus buenos números ofensivos -especialmente esta última temporada-, donde más destaca Zarfino en cuanto a métricas es en el desempeño defensivo. Es aquí entonces donde toca mirar hacia Christian Rivera y José Gragera. El uruguayo, como ya se comentó en el párrafo anterior, es un futbolista con mucho más recorrido, es decir, mucho menos posicional que los asturianos. Sin embargo, es en ese dinamismo donde reside su virtud defensiva. Es un elemento que sirve para presionar muy alto, una faceta que Abelardo precisamente valora y mucho, teniendo entre sus puntos fuertes el de medir muy bien los tiempos para encimar a un receptor de espaldas a la jugada, como habitualmente juegan los pivotes rivales. Intenso en los duelos, sin andarse con rodeos ante cualquier acción con balón dividido o castigando mucho un mal control rival, su capacidad para abarcar campo hace que defienda muy bien en horizontal por delante de la línea defensiva. Es por ello que destaca sobre todo en métricas defensivas en comparación a los jugadores en su puesto sobresaliendo en datos como efectividad en las entradas o en 'tackles' (segadas).
Con todo ello, y en esto sí que mejora a Pedro en ese sentido defensivo, Zarfino posee una gran inteligencia táctica. Abarca mucho campo, pero lo hace con sentido, siempre buscando la recuperación de la posesión. Precisamente de ahí surge su buena lectura de los tiempos para presionar, pues no es habitual que pierda el sitio aunque lo veamos aparecer por muchas zonas del campo diferentes; siempre buscará un propósito con sus movimientos tanto en ataque -al que se incorpora con decisión- como en defensa, tanto al presionar como al hacer coberturas tácticas. Como detalle, tanto en ataque como en defensa, es un activo muy valioso en el juego aéreo para imponerse en acciones a balón parado.
Vídeo con algunos de sus goles (donde no se incluyen los dos que le hizo al Sporting entre el Tenerife y el Alcorcón)
Un centrocampista idóneo para acompañar en el doble pivote a un jugador más creativo u organizador, pues es ahí donde reside su gran debe, o bien para actuar algo más liberado por delante; no pensando en un mediapunta -no posee la técnica para jugar en espacios reducidos entre líneas- pero sí en ese 'todocampista', con galones para subir y bajar. Un híbrido en características a lo que son los Pedro Díaz, Christian Rivera o José Gragera. No viene a sustituir un rol concreto, sino a complementar la medular de Abelardo. Un perfil necesario con la experiencia y el carácter adecuado para un vestuario que adoleció de ello el curso pasado.
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