Texto de análisis
16 nov 2021 . Actualizado a las 23:09 h.No sale de una para meterse en otra. Los problemas con las bajas en la plantilla del Real Sporting de Gijón siguen dificultando el día a día de un equipo que trata de salir sin éxito del pozo en el que se encuentra. Si ya preocupaba especialmente la situación de un ataque rojiblanco bajo mínimos, la noticia del positivo en el test de antígenos de Uros Djurdjevic no ha hecho más que rebosar un vaso al que ya le habían caído demasiadas gotas. De nuevo, panorama incierto para un David Gallego que ya tuvo que acudir al filial para completar su última convocatoria y para dar paso a perfiles jóvenes que cubriesen la larga lista de ausencias del primer equipo. Tres debutaron el pasado viernes frente a la Real Sociedad 'B', uno de ellos, Álex Oyón.
El joven atacante gijonés (18 años, nacido en 2003), ha llamado la atención por su juventud y desempeño esta temporada en el filial de Sergio Sánchez en la Tercera RFEF. En los 13 partidos que ha disputado con el segundo equipo rojiblanco hasta la fecha ha hecho 5 goles, aunque sus temporadas más prolíficas se encuentran en el juvenil sportinguista, de donde llega con más de 30 dianas entre estas dos últimas campañas.
Si bien se le suele ubicar como delantero, por perfil no es la prototípica referencia para jugar como único punta. Es un futbolista que encaja con el rol de segundo delantero, acompañando a un jugador más adelantado, o a lo sumo una especie de falso 9 si se ubica solo en el centro del ataque. Esto se debe a ser un estilo de jugador más técnico que físico. Es un generador de ventajas a partir del control, algo en lo que destaca especialmente, lo que le permite salir con una primera idea muy clara en la cabeza y con la capacidad técnica para después ejecutarla. Es por ello que se desenvuelve bien en espacios reducidos y brilla por el desequilibrio que otorga a las jugadas desde el mencionado control así como desde la conducción.
Un futbolista más habilidoso y escurridizo que corpulento y fuerte en los duelos, y es que precisamente ahí reside su principal flaqueza. Es un futbolista joven al que aún le queda por desarrollar, pero si bien tener más físico no significa tener más tonificados los músculos sino saber utilizar el cuerpo para sacar ventajas de él, Oyón no destaca ni por una cosa ni por la otra, pues ni tiene el músculo ni se excede protegiendo el balón, algo que en una categoría como la Segunda División le puede costar adaptar a su juego. Eso sí, lo busca compensar desde su agilidad y electricidad, la cual desprende en cada toque de balón. Un futbolista que en ocasiones tiende a caer a banda, y es que gusta de participar en el juego y de buscar esos espacios que le permitan tener situaciones de uno para uno.
Interpreta igualmente bien los momentos para atacar al espacio con desmarques de ruptura, pero muestra especial inteligencia en el área para saber sacar provecho de las situaciones de ventaja, de ahí su gran sensibilidad para el gol. Sabe ubicarse en la zona de castigo y aprovechar las situaciones de peligro que se le presenten, algo para lo que ayuda su buen manejo de las dos piernas. Eso sí, si bien su ejecución suele ser fructífera, en ocasiones parece que puede tomar decisiones más óptimas para el colectivo, un aspecto interpretativo que debe ir puliendo, como es normal a su edad. Con todo ello, Oyón se presenta como un futbolista algo diferente por perfil a lo que tiene -no digamos ya disponible- David Gallego para su ataque, con lo que toda prueba vendrá bien a este adolescente que empieza a dar sus primeros pasos en el fútbol profesional.
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