El cántabro suma 5 titularidades consecutivas
23 nov 2020 . Actualizado a las 23:04 h.Gana adeptos. Con el Real Sporting de Gijón en dinámica positiva, crecimiento constante y la plantilla elevando sus prestaciones, Saúl García ha logrado encajar a la perfección en el modelo de David Gallego, otorgando al técnico rojiblanco una nueva alternativa de garantías al costado zurdo de la línea defensiva. La contratación del cántabro, rodeada de escepticismo en un primer momento, ha logrado aumentar la competencia, premisa en su llegada, y comienza a despejar dudas sobre su titularidad con el paso de las jornadas.
Los laterales rojiblancos tienen alternativas de altas prestaciones, una situación de la que se beneficia el conjunto. La tendencia del primer tercio de temporada apunta a un escenario llamado a extenderse en el tiempo. La alineación rojiblanca comienza a repetirse de carrerilla entre los seguidores del equipo, las mínimas variaciones quedan ligadas al plan de partido para cada jornada y en el grueso del once titular toma peso Saúl García. Incorporación, en forma de cesión, en el escuálido mercado previo al inicio de campeonato, que se asienta como el elegido para la banda izquierda del entramado defensivo tras sumar 5 jornadas consecutivas en la foto inicial.
Tras la fulgurante aparición en el inicio de campaña del canterano Pablo García, descabalgado del once sin errores en sus prestaciones, el lateral zurdo se ha llevado gran parte de las miradas inquisidoras del entorno sportinguista. La lupa, sobre Saúl, reemplazo del joven local. Avalado por la experiencia en la categoría y la elección de David Gallego, sin discusión alguna hasta el momento en la toma de decisiones del técnico, el cántabro ha ido cambiando dudas por certezas con la suma de minutos. Aparcadas las comparaciones, la solvencia defensiva, el equilibrio y la capacidad para medir sus apariciones en campo contrario acallan el ruido externo.
Sin ruido, a base de trabajo, en Mallorca, la confirmación. Sobre el verde de Son Moix despachó Saúl su actuación más convincente, conformando junto a Aitor una banda zurda de impacto. El lateral logró reducir a la mínima expresión la aportación de Jordi Mboula, una pareja de baile de uñas afiladas, que abandonaba obligado la pista tras una tarde a la sombra del cántabro. Su sustituto no corrió mejor suerte, quedando en testimonial la aparición del recambio en el extremo, un Murilo al que no se le vio más que en el momento de saltar al terreno de juego. Envuelto en una destacada labor coral, Saúl no desentona, se asienta y despeja dudas, mientras en la recámara aguarda un suplente circunstancial de plenas garantías.
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