Artículo de opinión
03 nov 2020 . Actualizado a las 19:12 h.En la serie Antidisturbios, al policía apaleado por unos ultras del Olympique de Marsella, sus compañeros le regalan una bufanda del conjunto marsellés. Lo que no te mata no te hace más fuerte, pero conviene no olvidar el origen de las cicatrices. El último encuentro entre Sporting y Castellón tuvo lugar en Castalia en junio de 2008 con los rojiblancos jugándose el ascenso. Aquel partido lo ganaron los locales e instantes después de que el árbitro señalara el final, dos goles sobre la bocina del Alavés frente a la Real Sociedad, situaron al conjunto asturiano a las puertas del ansiado ascenso, que terminaría rubricando a la jornada siguiente en El Molinón. Doce años después, la Real Sociedad es líder en solitario de La Liga Santander y el Alavés ha puntuado frente al Barcelona, a pesar de disputar bastantes minutos de la segunda mitad con un jugador menos. Y todos estos datos no significan nada más allá de la nostalgia respecto del pasado y la exigencia por el futuro que conviven en todo aficionado.
De Castellón es el periodista Enrique Ballester, que recientemente acaba de publicar Otro libro de fútbol (ed. Libros del K.O.), una compilación de sus famosas columnas semanales que llevan por nombre Barraca y tangana. Años atrás, en uno de sus artículos, Ballester escribió que «el mundo se divide en dos tipos de personas: las que ven la torre Eiffel en una película y dicen «mira, París», y las que nos quedamos la otra noche a ver el Perú-Nueva Zelanda». Hoy me veo con fuerzas para exponer mi particular visión del asunto y diría que el mundo se divide entre los que disfrutan de una tranquila sobremesa un día festivo y los que comprobamos de forma obsesiva la hora porque a las seis y cuarto juega el Sporting contra el Castellón. Espero que Enrique siga siendo de los segundos.
Liderato
El conjunto asturiano decidió alternar el guion que venía representando a lo largo de este primer tramo de competición y firmó una gran primera parte para terminar sufriendo en el segundo acto. Confirmó Gallego con su alineación la apuesta por un centro del campo dirigido por Gragera, Pedro y Manu García, así como del mismo modo manifestó su plena confianza en los canteranos Guille Rosas y Gaspar. Fue el propio extremo gijonés quien decidió probar desde lejos la destreza del exrojiblanco Whalley, que si bien detuvo el primer disparo no pudo después impedir que Djuka adelantara al Sporting en el marcador. Al filo del descanso, de nuevo Gaspar, tras un gran pase de Manu, se quedó solo frente al guardameta rival que logró, esta vez sí, repeler con su pierna derecha el segundo tanto de los locales. Tras el descanso, la segunda parte sería para un Castellón que se entregó al desborde de Fidalgo y al balón parado sin llegar a generar excesivo peligro.
La victoria del Sporting no impresionó al Espanyol, que asaltó por cero a tres La Rosaleda para recuperar el liderato. Los catalanes no solo aparecen en todas las encuestas como firmes candidatos al primer puesto sino que juegan para ello. Y no siempre se cumplen ambos presupuestos, pero tampoco siempre se tiene la fortuna (y la economía) para poder reunir en un mismo equipo a jugadores de la calidad de Embarba, Raúl de Tomás o Melendo.
Agitado, no revuelto
Los de Gallego avanzan con paso firme hacia el primero de los objetivos marcados al comienzo de la pretemporada, que no es otro que sumar los cincuenta puntos que aseguren la permanencia, y así después soñar con metas más ambiciosas. Tras diez jornadas disputadas, el Sporting se encuentra cómodo en una segunda plaza que hasta el momento ostenta por méritos propios. Y a falta de tantos encuentros aún por disputar no debería pesar el prometedor arranque liguero en los meses venideros. Las expectativas son culpables directas de buena parte de los problemas que rondan al ser humano, quien estuvo en Castalia en junio de 2008 lo sabe de primera mano. Conviene no olvidar el origen de las cicatrices.
Últimamente vengo pensando que la felicidad consiste en una mezcla de deseos o proyectos futuros no demasiado lejanos, pero tampoco tan inmediatos como para tener que preocuparte ya de ellos. Un cóctel difícil, agitado, no revuelto, que este Sporting viene sirviendo con bastante solvencia las últimas jornadas.
*Recuerda comentar la noticia en el foro que se encuentra debajo de esta publicidad