Los rojiblancos suman 'una liga' sin voltear un marcador
05 mar 2020 . Actualizado a las 11:25 h.Otra vez la misma piedra. El camino del Real Sporting de Gijón esta temporada se ha ido haciendo a base de tropiezos. La falta de regularidad ha alejado a los rojiblancos de la fiabilidad necesaria para hacer gala del calificativo 'candidato' y las carencias se acumulan en la bandeja de asuntos pendientes de resolver. La escasa personalidad en el juego, pese a la evolución en ese sentido lograda con Djukic. El deficiente rendimiento de algunos de sus futbolistas. La nula pegada de sus atacantes. Los errores individuales que lastran la defensa. O la incapacidad para remontar un marcador adverso, momento en el que aparece la cara más endeble del equipo.
"Nos hemos precipitado por tener que remontar", apuntaba el técnico serbio tras la derrota en El Toralín. El tanto de Kaxe volvía a confirmar la tendencia. El Sporting no sabe remontar, ni en la tabla, ni un partido. Djukic señalaba el aspecto mental, "vas perdiendo, tienes que abrirte, el rival empieza a perder tiempo, tú vas poniéndote más nervioso. Suelen pasar estas cosas". No es un mal nuevo, pero bajo la dirección del serbio tampoco encuentra remedio. En las tres últimas temporadas de los rojiblancos en Segunda división sólo consiguieron voltear un marcador adverso en una ocasión. Babin insistía. "No hemos remontado ningún resultado adverso esta temporada. Tenemos que mejorar eso".
La última vez que la afición sportinguista pudo celebrar una remontada de los suyos lleva camino del primer aniversario. En el mejor momento del pasado curso, con José Alberto al frente del banquillo y los tantos de Peybernes y Carmona en el Arcángel de Córdoba. Era la jornada 30, la misma que se consumía este pasado fin de semana. Con anterioridad se habían cerrado las etapas de Paco Herrera, 18 encuentros de Liga, y Rubén Baraja, 40 partidos, sin lograr dar vuelta a una desventaja inicial en el marcador. Rubi, en Primera, marca el precedente anterior.
Con el equipo rival por delante, el bloqueo de los rojiblancos se volvía a hacer evidente ante la Ponferradina. Les cuesta un mundo asumir riesgos y sumar puntos. Sean goles tempraneros o tardíos, el equipo no encuentra capacidad de respuesta y el bagaje de éxito es triste. Cuando recibe el gol que abre el marcador resulta casi imposible pensar en poder llevarse los tres puntos.
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