El internacional dispondrá de un entrenamiento para preparar el partido ante el Tenerife
21 nov 2019 . Actualizado a las 12:04 h.Regresa el faro. El Real Sporting de Gijón recupera a su futbolista de mayor talento, la ventana FIFA se ha cerrado y Manu García vuelve a vestir de rojiblanco. Tras formar parte del once titular de la Selección sub 21 en los dos compromisos oficiales del combinado nacional, el mediapunta es esperado en Mareo como agua de mayo.
Una última sesión para preparar el importante duelo ante el Tenerife, es lo que le resta al conjunto rojiblanco. Una última sesión en la que se espera la presencia del '16', cuya influencia en el juego del equipo se hace más patente con sus ausencias. Sin embargo, la acumulación de minutos y kilómetros en las últimas fechas, abre un interrogante que el cuerpo técnico tendrá que despejar. ¿Debe ser Manu titular con un solo entrenamiento junto a sus compañeros?.
Titular y 67 minutos de juego, con gol, ante Macedonia el pasado jueves. De vuelta al once y 45 minutos más frente a Israel el martes, viaje y una cita de gran importancia este viernes. Tres encuentros en ocho días. A sus 21 años, Manu García comienza a vivir los rigores de un calendario ajustado al máximo para los futbolistas de élite. El premio de la selección obliga a redoblar esfuerzos físicos, con los riesgos que ello conlleva. La necesidad de triunfos no deja demasiado margen al descanso.
José Alberto López, al que no le sobran argumentos para renunciar a la calidad, deberá sopesar junto al futbolista el riesgo de su posible incursión en el once inicial. El mediapunta regresa con la carga en sus piernas normal tras dos duelos, pero sin problemas reseñables, por lo que se antoja una sorpresa que no sea de la partida ante los canarios, más aún siendo un partido como local, al abrigo de El Molinón, donde el ovetense ha brindado sus encuentros más completos, dejando muestras de su repertorio para superar las líneas enemigas y aceitar el oxidado juego de ataque rojiblanco.
El regreso de Manu García traerá consigo la vuelta al esquema habitual, aparcando la línea defensiva con tres centrales y dos carrileros, para volver al 4-2-3-1 en el que la mediapunta lleva el nombre del ovetense. La decisión, sencilla sobre el papel, está en manos de un técnico sin demasiado margen de maniobra, pero que es consciente del riesgo que supondría una ausencia prolongada por lesión del mayor talento del equipo.