Carencias en la zona de ataque
09 ago 2019 . Actualizado a las 15:50 h.La mirada en el último tercio. El trabajo veraniego afronta su recta final en el Real Sporting de Gijón, únicamente resta una bala de fogueo. La cuenta atrás está en marcha, diez días para el primer envite oficial de la temporada y los nervios del debut aparecen en forma de dudas. El conjunto rojiblanco no termina de mostrarse aceitado como para afrontar con garantías desde el primer kilómetro el largo viaje de la Segunda división.
Con la columna vertebral definida, el esquema trabajado y las incorporaciones tomando ritmo, el esfuerzo estival, dobles sesiones, carga física y mucho trabajo, aparecen como escudo ante las dudas. A los rojiblancos, la hoja de ruta marcada, no les termina de llevar al punto de meta deseado, el gol.
Obviando los dos primeros encuentros preparatorios, ante conjuntos de tercera división, a los hombres de José Alberto López la capacidad de generar fútbol ofensivo se les supone, como el valor en la mili, aunque aún no se haya visto reflejada en el verde. Tres goles anotados en sus últimos cinco encuentros son un bagaje escaso y que amenaza con llenar de señales luminosas el panel de alarmas de Mareo.
El nuevo estilo combinativo, que pretende implantar el técnico rojiblanco, no prende de un día para otro. La pretemporada ha permitido observar un equipo ordenado, con disciplina táctica, una idea de juego y un preocupante atasco en la zona de ataque, un mal conocido y repetido en las últimas temporadas.
Los últimos amistosos han mostrado un equipo carente de vértigo, sin capacidad de sorpresa y una evidente falta de ocasiones de gol. Con la mirada puesta en Girona, urge encontrar soluciones en un ataque rojiblanco demasiado estático, sin desborde y fiado a la capacidad de generar de Manu García por el carril central y a la lucha sin cuartel de Uros Djurdjevic, escasos argumentos a diez días de comenzar el fuego real.
