El equipo rojiblanco, sin fútbol, gana (1-2) en Soria abrazado a un nuevo cambio táctico
04 mar 2019 . Actualizado a las 13:08 h.Parecía que la depresión no tendría fin pero el Sporting menos Sporting ganó al fin en Los Pajaritos. Transformado para la cita, el equipo rojiblanco, inmerso en una crisis de confianza todavía mayor que de resultados, con todos los jugadores lejos de su mejor versión, venció convertido en un perfecto antagonista.
Ganó y lo hizo dos veces, primero para frenar un abismo sin fin y después para reconocer el mérito del acierto de José Alberto en entender el partido que se jugaría en Soria. El técnico, ayer sí, ganó el pulso a López Garai, en una hora y media de partida de ajedrez.
La ansiedad por ganar ha obligado a dejar de lado la lucha por el estilo. Si en los primeros partidos, el Sporting de José Alberto parecía casado con una apuesta ofensiva, ayer, en cambio, fue un equipo que dejó a un lado su modelo para ganar el partido. Fue la victoria más Barajista desde el salto al primer equipo de José Alberto.
Se olvidó de la ciencia ficción, para castigar el fútbol uniforme del conjunto de López - Garai. No disputó el centro del campo y la idea, conforme al resultado final, resultó ser un acierto. Más ordenado, distinguido por un sistema más hermético y con menos libertades, el Sporting, camaleónico en su propuesta, fue un equipo pragmático, disciplinado.
La propuesta inicial
El técnico demostró haber estudiado el plan de López Garai -elogiable pero previsible- y maniató el encuentro conforme a una propuesta abrazada al orden y al compromiso. No fue el Sporting caótico de los últimos encuentros, más bien todo lo contrario. Silenció la libertad y anarquía de sus talentos -no jugó Nachó Méndez y Robin Lod estaba lesionado- para formar con dos líneas de cuatro y el tándem Alegría y Djuka, dos islas dispuestas a hacer esfuerzos kilométricos.
También hubo un componente de suerte. O de nervio. Los goles fueron tan rápidos que evitaron al equipo pensar demasiado. Nada más salir al verde, Salvador, tras un perfecto ejercicio de 9 de Alegría, el mejor, encontró la red. La jugada, que se había ensayado en El Molinón a puerta cerrada, salió bien. Y solo dos minutos después del golpetazo de Diamanka, Alegría encontró la suerte que merecía sus méritos. Un pase a Uros que terminó en el gol que se perdió en Las Palmas. No entró la las islas pero en Soria, casi sin querer, besó la red. Cosas del deporte rey.
Los cambios
Obligado a un esfuerzo máximo, también angustiado al comprobar que la victoria estaba tan cerca, los cambios respondieron a oxigenar al equipo. Pablo Pérez, primero en la banda, ayudó más en el centro, Traver inclinó un par de ataques y Sousa se preparó para reemplazar a Salvador ante el Almería.
Balón parado
José Alberto había alertado que cambiaría la táctica y el Sporting mejoró en la respuesta defensiva. Y tuvo ocasiones para demostrar su aparente debilidad, porque Geraldes, ayer muy irregular, se empeñó en hacer faltas cerca del área propia. No hubo sensación de desorden, aunque el gol de Diamanka llegó en un fallo en cadena tras un saque de banda. Aspecto a mejorar.
Nota final para José Alberto y su cuerpo técnico
Bien. Nada brillante pero efectivo. El Sporting ha perdido toda la confianza del mundo para ser descarado pero, al menos, ganó tres puntos. Se mudó de piel para silenciar al equipo de Garai y dejó a dos delanteros en ataque para desnudar las carencias defensivas locales.