Los orígenes de Robin Lod, «el Messi de Pohjois-Haaga»

Andrés Menéndez

SPORTING 1905

Robin Lod
Robin Lod

Robin Lod, que sigue en proceso de adaptación en Gijón, fanático del deporte, creció en el barrio de Pohjois-Haaga, en Helsinki. Tras renunciar al hockey, su gran pasión, apostó por luchar por su sueño, jugar a fútbol

31 dic 2018 . Actualizado a las 18:37 h.

«Si me paso toda la carrera sin salir de mi zona de confort nunca podré saber si he dado todo lo que tengo dentro». Es invierno y el Sporting marchita su reconocido renacimiento angustiado ante la ausencia de un jugador diferencial. Muchos, aunque cada vez más en «bajito», detectan en el vestuario un talento distinto.

Tal fue el impacto de Robin Lod en verano (Helsinki, 1993) que en sus primeros entrenamientos sacudió incluso, a sus propios compañeros, sorprendidos ante el nivel de un jugador desconocido. Ahora, cinco meses después, mantiene de forma académica su discutible condición. Ha pasado de ser un completo desconocido a ser irreconocible.

Un deportista innato

Es 2001 y estamos en Helsinki. Un niño de ocho años empieza a destacar en el equipo de fútbol de su barrio, el Suurmetsän Urheilijat, conocido como SUMU. Robin, el pequeño de tres hermanos varones, mezcla sus dos pasiones: hockey sobre hielo y fútbol, primero en pista y después, pocos años más tarde, ya en campo.

Sus primeros entrenadores descubren que Lod, que recoge el apellido de su padre, ha nacido deportista. Capaz de practicar de todo y todo bien. En fútbol rápidamente destaca por encima de la media aunque sus primeros pasos tampoco invitan a pensar un futuro demasiado optimista.

El Pohjois-Haagan descubre al Messi de Helsinki

En Finlandia, un país donde el fútbol no es el deporte dominador, muy pocos niños pueden cumplir el sueño de jugar en una gran Liga de Europa. Robin, insistente en su objetivo, decide desechar el hockey y apostar por el balón. Se va al colegio Pohjois-Haagan, donde puede estudiar un bachillerato deportivo que le permite practicar fútbol por las mañanas y después entrenar con su equipo por la tarde. Fue la decisión.

 Lod, hasta ahora un talento más de su generación, explota. «En 2 años mejora de forma increíble. En el Pohjois-Haagan jugábamos a fútbol 3 mañanas por semana. Para nosotros era como Messi. Hacía lo que quería con el balón. Era distinto», explica Akseli Innanen, uno de sus compañeros en el colegio.

HJK y su debut con gol en el primer equipo

La progresión de Lod ya es imparable. Ficha por el HJK Helsinki, uno de los clubs más importantes del país. Robin empieza a quemar categorías a una velocidad de vértigo. «Por entonces ya jugaba con los de un año más. Llega muy joven al filial y ya todos hablaban del futuro que tenía», apunta Innanen. En el filial del HJK destacan dos jugadores: un jovencísimo Robin Lod y Joel Pohjanpalo, ahora en las filas del Bayer Leverkusen.

Empieza jugando como extremo diestro y prácticamente sale a exhibición por partido. Logra 14 goles y 17 asistencias y en 2011, con 17 años, debuta con el primer equipo. Robin juega 5 minutos y en su primera intervención logra marcar gol. Tenía la varita.

Grecia y un inicio complicado

Después de una cesión en el Vaasan Palloseura, Lod regresa ya como estrella al HJK. En su última temporada en Finlandia llega a jugar en todas las posiciones, excepto de central y portero. Ojeadores de todas partes de Europa se acumulan para ver al talento finlandés. El Panathinaikos se adelanta. El exfutbolista, Yannis Anastasiou, por entonces entrenador del equipo de la capital griega, se enamora de su fútbol. Pide su fichaje. Lod sale de casa.

Pero entonces todo sale mal. A sus 22 años Robin deja a su familia y pareja en Finlandia y escapa a Grecia, una cultura, un fútbol y, en definitiva, una forma de entender la vida absolutamente distinta. La adaptación es muy difícil. En pretemporada, cuando parecía que sería indiscutible, se rompe una costilla. Se confirman los peores pronósticos: dos meses de baja. El equipo acusa su pérdida y entra en crisis. Se queda fuera de Europa y el entrenador, Anastasiou, el avalista de Robin, es cesado. Los problemas siguen.

 Stramaccioni pide su salida

Llega un técnico italiano: Andrea Stramaccioni. El nuevo técnico tiene nuevos planes para el finlandés: solicita su salida en forma de cesión en invierno. «Robin estaba acusando el peaje del cambio de país, la lesión en la costilla y el cambio de entrenador. Todo parecía indicar que saldría pero se mantiene inalterable. Nunca se rinde. Es muy insistente», señalan en Grecia.

Logra reconducir su situación

Su mentalidad le impide tomar el cambio. Lod, incansable, estaba convencido de ganarse la oportunidad jugando. Pasa de la grada al once titular y se gana la confianza de Stramaccioni. Responde en el campo y deja a un lado su primera difícil adaptación a Grecia. «Cuando el fútbol funciona, todo lo que sucede fuera del campo también funciona. Si estuviera todo el tiempo en la zona de confort nunca sabría cual es mi versión», resume.

Robin ha logrado cumplir el sueño de tantos niños en Helsinki: llegar al fútbol español. Ahora Gijón espera que «el Messi de Pohjois-Haaga» pueda brillar también en El Molinón.