
El asturiano debuta con triunfo frente a un complicado rival
24 nov 2018 . Actualizado a las 13:54 h.El nuevo entrenador del Real Sporting de Gijón ofrece brotes verdes en su primer encuentro al frente del conjunto asturiano.
No es hora de echar las campanas al vuelo, ya que el partido fue muy igualado y se pudo decantar para ambos lados; de hecho, la buena actuación arbitral en jugadas polémicas frente a un público echado a las armas evitó un resultado en contra. No obstante, sí se trata de una importante dosis de ilusión, ya que los rojiblancos volvieron a competir y a ganar lejos de El Molinón - Enrique Castro Quini siete meses después; para colmo, en casa de un invicto Granada, el equipo que mejor está jugando en Segunda División y al que nunca se le había ganado en Los Carmenes.
La propuesta inicial
José Alberto apostó por un 4-3-3 que por momentos se convirtió en un 4-1-4-1 y en el que incluyeron hasta ocho novedades en su alineación, algunas de ellas de forma obligatoria por las bajas.
Mariño en portería, defensa de cuatro para Geraldes, Peybernes, Babin y Cordero. Los zagueros sufrieron más de la cuenta con los centros laterales, acción donde los atacantes locales ganaron un número importante de duelos, sin lugar a dudas el punto más negativo de la noche y que debe mejorarse. Además, Peybernes tuvo un encontronazo en la primera parte que finalizó con tarjeta amarilla, aunque su color virtual era el naranja por rozar la agresión.
En el aspecto positivo y pese a que los laterales no tuvieron su mejor día en el capítulo ofensivo, se notó que tanto a Geraldes como a Carlos Cordero -debut correcto- les quema menos el balón en los pies que a hombres como Molinero y Canella, lo que ayuda a ganar confianza y verticalidad en la construcción de las jugadas. A su vez, mención aparte merece Mariño, que con sus pases al hueco de campo propio a campo rival repartió como juego como el mejor Xabi Alonso.
Por delante de ellos y como hombre ancla se colocó Cofie, que realizó hasta 17 acciones defensivas, resultando un jugador fundamental a la hora de ofrecer equilibrio al equipo. El plan pasaba porque los hombres más adelantados ensuciasen la salida de balón rival y el africano "barriese" los balones divididos por detrás. Más allá del gran gol anotado, si evita sus desconexiones temporales y consigue explotar mejor su visión vertical para romper líneas de presión con pases largos, puede ser un gran jugador para el Sporting.
A su vera se encontraban Nacho Méndez y André Sousa, que, curiosamente, se repartieron el trabajo. El asturiano fue el conductor y agitador del juego ofensivo, el más creativo; mientras el portugués no estuvo nada fino con el cuero en sus pies, pero realizó un mayor trabajo sucio. Como curiosidad, Méndez tuvo tendencia a irse hacia el perfil izquierdo pese a jugar como interior derecho. Ambos se esmeraron en desarrollar un triángulo de alta presión complementando a Djuka, que volvió a realizar un gris encuentro y apunta a la suplencia, su rostro de impotencia en el banquillo lo decía todo. El serbio pisó más el área rival que con Rubén Baraja, pero no logró anotar gol en sus dos disparos a puerta.
En los extremos se situó a Carlos Carmona y a Traver. El de Mallorca disparó el doble de veces que Djuka, así como el valenciano se quedó en tres oportunidades. En el capítulo defensivo se han contabilizado 11 acciones para Carmona, por 7 de Traver, mientras en su aportación al juego ofensivo -más allá del gol de falta-, ninguno estuvo especialmente acertado, aunque el capitán buscó con mayor vehemencia hacer jugar a sus compañeros y echarse al equipo a sus espaldas, ofreciendo pausa con el marcador a favor.

Los cambios
Blackman por Djuka. Cambio de hombre por hombre que hizo revivir al Sporting. La zancada y su capacidad para pelear balones y fijar a la zaga rival hizo recuperar la verticalidad al Sporting, ofreciendo aire y unas líneas más adelantadas. Está llamado a la titularidad por su trabajo para el equipo, pero también por su cualidad para generarse opciones de disparo, estuvo cerca del gol.
Pablo Pérez por André Sousa. No estuvo tan acertado como el inglés, pero ayudó a mantener la intensidad y aportar verticalidad. Tuvo en sus botas una posible asistencia. Cambio ofensivo.
Robin Lod por Carlos Carmona. Entró al campo en los minutos finales y no tuvo gran incidencia en el juego.
Balón parado
Mal en defensa, bien en ataque. El equipo perdió la marca en más de un balón parado que pudo costar goles en contra, los arrastres y pantallas locales hicieron daño al Sporting. A nivel ofensivo se vio que el equipo tenía claro cómo defendía el Granada y se buscaron sus puntos débiles.
Nota final para José Alberto y su cuerpo técnico
Notable. A nivel global se vio a un Sporting más vertical, con mayor capacidad para tocar el balón, más intenso, con cambios acertados, más hombres pisando área rival y con una mejor presión frente a un complicado rival. No se llegó a la perfección, pero son unos cimientos interesantes, teniendo en cuenta que José Alberto solo ha dispuesto de cuatro días de entrenamientos.


