¿Qué hay bajo el montículo del aparcamiento de Parque Principado?: «Muchos usuarios del centro comercial lo desconocen»

Cristina Centeno
Cristina Centeno REDACCIÓN

SIERO

La zona de la necrópolis se encuentra aislada del aparcamiento del centro comercial.
La zona de la necrópolis se encuentra aislada del aparcamiento del centro comercial. GOOGLE MAPS

Durante la construcción del complejo, hace más de un cuarto de siglo, se localizó la necrópolis tardorromana de Paredes. El hallazgo fue puesto en valor y se protegió frente a la urbanización del espacio, pero la mayoría de asturianos que van de compras ignoran su magnitud. La arqueóloga ovetense Otilia Requejo, responsable de las excavaciones, rememora su importancia

18 feb 2024 . Actualizado a las 09:29 h.

En el aparcamiento del centro comercial Parque Principado, al que cada día acuden cientos de asturianos, se puede observar a simple vista un pequeño montículo aislado de las plazas de estacionamiento que llama la atención de quienes entran por la parte norte. Pero, ¿a qué se debe la conservación de esa zona verde con cubos en mitad de un párking? No es un capricho de los constructores ni tiene nada que ver con asuntos de diseño. Bajo esos mil metros cuadrados de superficie se encuentran los restos de la necrópolis tardorromana de Paredes, un hallazgo de gran importancia histórica para Asturias que muchos desconocen pese a encontrarse en uno de los lugares más transitados de la región.

Fue descubierto en 1997, coincidiendo con la construcción del gran complejo. Antes, la zona ya se había catalogado como de riesgo arqueológico, puesto que cuando se construyó la autopista «Y» en los años 60 se localizaron restos de industria lítica prehistórica y se tenía conocimiento de la aparición de materiales romanos en el entorno de la parcela donde se iba a elevar Parque Principado. Se trata de un antecedente clave para que se llevara a cabo un control arqueológico de la zona durante todo el proceso de obras. Para ello, se organizó un equipo multidisciplinar con arqueólogos, restauradores, topógrafos, geólogos, biólogos y químicos que trabajaron sobre el terreno durante un año. Realizaron además de manera paralela otros estudios y análisis de laboratorio del material encontrado.

Imágenes de las excavaciones, en la parte superior, y de la recreación de una de las tumbas, en la inferior.
Imágenes de las excavaciones, en la parte superior, y de la recreación de una de las tumbas, en la inferior.

Pero, ¿qué relevancia tiene el hallazgo? La arqueóloga ovetense Otilia Requejo, responsable de las excavaciones y directora de la Oficina de Bienes Culturales del Arzobispado en la actualidad, lo recuerda. El momento de uso de la necrópolis se sitúa entre la segunda mitad del siglo IV y principios del VI. Así lo establecieron los estudios sobre las características de las tumbas, los materiales arqueológicos hallados y el Carbono 14.

«Es importante porque por primera vez en Asturias se registró una necrópolis completa e intacta de ese período, cuyo estudio permite obtener una fotografía precisa y completa de la sociedad de ese momento: su organización social, actividades económicas, cultura material y relaciones comerciales, mentalidad y prácticas funerarias, así como las condiciones paleoambientales», explica Requejo.

Una curiosidad: no se conservaron restos óseos 

La arqueóloga ovetense recuerda que durante las excavaciones se identificaron un total de 49 elementos arqueológicos: 36 de ellos eran enterramientos y los 14 restantes, estructuras relacionadas con los rituales funerarios: hogueras, pozos y depósitos de ofrendas. «La tipología de las tumbas se ajusta a los tipos característicos de época romana. Se trata de tumbas en fosa, revestidas y cubiertas con materiales cerámicos constructivos; el cuerpo se inhumaba en un ataúd de madera con elementos metálicos y el difunto se introducía vestido, con sus objetos personales e incluso con sus utensilios profesionales. En todas las tumbas se introducen, además, recipientes de cerámica y vidrio destinados para comer y beber», detalla.

Una de las piezas más interesantes de las encontradas en la necrópolis contenía productos de cosmética.
Una de las piezas más interesantes de las encontradas en la necrópolis contenía productos de cosmética.

Un ritual funerario que tenía que ver con la mentalidad romana sobre la muerte y el mundo de ultratumba, puesto que «se creía que la vida continuaba en cierta manera después y se pensaba que los espíritus de los difuntos tenían hambre y sed. Por ello debían disponer de sus objetos personales y había que proporcionarles bebida y comida», apunta. Por eso, en todas las tumbas aparecen recipientes de cerámica y vidrio. Y, ¿qué contenían estos recipientes? Para descubrirlo se utilizó una técnica pionera en aquel momento con la que se identificaron restos de legumbres, productos de salazón, grasas animales y «un alimento a base de leche, miel, huevo y cereales, una papilla muy popular en época romana denominada puls pulmentum».

Además, esta investigación arrojó también un dato «excepcional y muy curioso» de esta necrópolis, al localizarse en el interior de una de las tumbas femeninas un producto de cosmética, «tipo colorete», así como collares de pasta vítrea. Y al contrario de estos detalles, sorprendió que no se conservara ningún resto óseo en el enterramiento. Algo que «resultaba llamativo» y motivó un estudio para entender el fenómeno,. «A partir de los análisis realizados se pudo comprobar que la acidez del suelo en ese espacio concreto había favorecido la desaparición de los restos óseos y también de las maderas de los ataúdes», aclara Otilia Requejo. 

Un hallazgo puesto en valor y que se puede visitar

Todo el que vaya a Parque Principado puede recorrer la zona de la necrópolis y conocer su historia a través de los paneles instalados. Un descubrimiento que condicionó la construcción del aparcamiento del centro comercial, puesto que «la conservación de los restos arqueológicos era prioritaria». Por eso fue necesario reducir las plazas de párking previstas inicialmente, para acotar y proteger el espacio del enterramiento.

En el espacio, de más de mil metros cuadrados, se mantuvo la cota original y se desarrolló un proyecto de puesta en valor. En él, recuerda Requejo, «se identificaron en planta la posición de las diferentes tumbas y se reconstruyó la más importante de ellas, realizada con mampostería de ladrillo y cubierta de tégulas, recreando en su interior la inhumación y las ofrendas funerarias». 

Existen paneles que informan a los visitantes del hallazgo y su relevancia.
Existen paneles que informan a los visitantes del hallazgo y su relevancia. GOOGLE MAPS

En ese proceso se llevó a cabo también un tratamiento paisajístico para favorecer el aislamiento de la zona de la necrópolis frente al aparcamiento y al centro comercial y se instalaron una serie de paneles que explican las excavaciones y los resultados que se obtuvieron para que todo el que acuda al centro comercial pueda conocer mejor la historia del lugar.

Sin embargo, admite Otilia Requejo, son «muchos» los usuarios de Parque Principado y los asturianos que «desconocen la existencia de este interesante testimonio arqueológico de nuestra historia». Por eso, la investigadora cree «interesante» incidir en la divulgación de la necrópolis tardorromana de Paredes. Entre las actuaciones, apoyaría que los paneles informativos se coloquen también en las zonas más transitadas del centro comercial para que quienes se encuentren con ellos conozcan su presencia y se planteen visitarla. 

Además de poder visitar la zona, algunos de los materiales se conservan en el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo. Se trata de materiales constructivos como tégulas o ladrillos, la colección de cerámicas, objetos de vidrio, utensilios metálicos y elementos decorativos que se pueden ver en las salas dedicadas a la cultura romana.