Las puntadas más solidarias de Asturias: una vecina de Lugones teje para ayudar a niñas de Etiopía
![Esther Rodríguez](https://img.lavdg.com/sc/4IUcioq2EWYzPesPu2XZprXhubg=/75x75/perfiles/1624362600771/1624364710021_thumb.jpg)
SIERO
![](https://img.lavdg.com/sc/Pwz3WDmf53Yl4D6m_zwEsa5sWHY=/480x/2023/12/01/00121701428044245800280/Foto/1.jpg)
Comenzó a hacer ganchillo para aliviar el dolor por la pérdida de su madre. «Por casualidades de la vida», ahora con esos trabajos busca recaudar dinero para devolver «un poquito» lo que este país africano le ha dado: ser madre. Ya ha ayudado a financiar la educación de dos jóvenes y ahora está inmersa en un proyecto que es su sueño «hecho realidad»
02 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Hay viajes que pueden llegar a cambiar la vida de uno para siempre. Y sino que se lo pregunten a Ana Blanco. Corría el mes de abril del año 2008 cuando la asturiana, junto con su marido, puso rumbo a Etiopía para encontrarse con sus dos hijos mellizos. Una vez en el país africano, algo le «picó» y la «contagió» de ganas de apoyar a los etíopes. Comenzó a colaborar en distintas ONGs para «devolver» también «un poquito» lo que este estado le ha dado: ser madre. Esta vecina de Lugones cada vez estaba más volcada en la causa hasta que un día decidió aprovechar su talento con las agujas de tejer para dar puntadas solidarias con las que mejoraría las condiciones de vida de los habitantes de esta nación situada en el cuerno de África.
A Ana Blanco siempre le había gustado tejer. De bien niña ya entrelazaba lana para hacerse algún calcetín, bufanda o incluso gorro. Su madre le había enseñado y disfrutaba haciéndolo. Sin embargo, por cuestiones personales, tuvo que dejar a un lado las agujas hasta que el destino decidió que era el momento de retomar esa pasión. Tras el fallecimiento de su progenitora, la sierense volvió a hacer telas a mano, ya que de esta manera canalizaba «un poco» ese dolor por la pérdida de su referente.
Decidió apuntarse a clases para perfeccionar aún más la técnica. En una de esas sesiones vio una muñeca hecha a ganchillo que llamó encarecidamente su atención. Hasta ese momento, Ana solo sabía tejer a dos agujas, pero como había quedado tan prendida de ese trabajo deliberó que tenía que aprender a hacer croché para intentar tejer su propia muñeca. Hizo una y desde entonces no ha parado.
![Ana Blanco realiza muñecas de ganchillo totalmente personalizadas](https://img.lavdg.com/sc/I5s9MF5b8NmrGdPZj6rgPj0uOMM=/480x/2023/12/01/00121701428117430617553/Foto/4.jpg)
«A los pocos días de terminar mi muñeca, en mi empresa hicimos unas jornadas sobre los talentos que teníamos. Yo llevé mis muñecas y les gustaron mucho a mis compañeros, quienes comenzaron a encargarme alguna», cuenta. Ante la buena acogida de sus trabajos hechos completamente a mano, Ana Blanco decidió que el dinero que recaudase de esas ventas iría «íntegramente» destinadas a la educación de Yayo, un etíope al que le tenía mucho cariño y admiración.
Este joven se cruzó en su vida en 2016, año en el que Ana viajó a Etiopía para que sus hijos conociesen sus raíces. «Visitamos toda la zona norte y en uno de esos pueblos, en Lalibela, conocimos a Yayo. Estábamos conociendo las iglesias cuando se nos acercó para vender una cruz de madera. Nos dijo que el dinero era para comprarse unos zapatos, así que se la compré. Al finalizar el recorrido me vino a enseñar sus nuevos zapatos y comenzamos a hablar», relata.
Tras intercambiar sus correos electrónicos, Ana y Yayo estuvieron mandándose correos electrónicos durante meses. Se escribían constantemente para saber uno del otro, de cómo les estaba tratando la vida. De esta manera, la sierense también estaba informada de cómo iba la situación en Lalibela y en el resto de Etiopía, algo que «agradecía» encarecidamente porque en cierto modo estaba en «contacto directo» con el país africano.
Hasta que un día recibió un mensaje en el que Yayo le informaba de que ya no podían seguir escribiéndose más. «Sus padres ya no tenían recursos para que pudiese seguir estudiando y tenía que volverse al poblado. Como allí no tenía conexión a internet no podíamos hablar más», cuenta Ana, quien se disgustó «un montón» tras conocer la noticia. Comenzó a darle vueltas a la cabeza a ver de qué manera podía ayudar al joven etíope y, por casualidades de la vida, una semana después, fue cuando comenzó a vender muñecas de ganchillo a sus compañeros de trabajo.
![La asturiana Ana Blanco, junto con un grupo de niñas etíopes](https://img.lavdg.com/sc/m0avYzoRk8juocfOh7F7o6izHgg=/480x/2023/12/01/00121701428051045668858/Foto/ana.jpg)
Como cada vez recibía más encargos, decidió formalizar la situación y creó, junto con su marido y su hermano, la asociación benéfica Soñando Muñecas. Aparte de ayudar económicamente a Yayo, Ana comenzó a sufragar los gastos en educación de un joven de 19 años y sus dos hermanos. A través de esta familia que vive en Turmi, la asturiana conoció Omo's Morningstar Children, un proyecto solidario impulsado por Aiko Gree cuyo propósito es ofrecer un futuro a 50 niñas etíopes que actualmente habitan en este poblado al sur de Etiopía.
«Cuando conocí el proyecto me di cuenta que era mi sueño hecho realidad. Inmediatamente me puse en contacto con Aiko porque siempre había querido participar en un proyecto colectivo», confiesa. Por este motivo, en septiembre de 2022 viajó junto con su marido a Etiopía, para conocer a Gree y a las niñas. Aprovechó también la ocasión para firmar un acuerdo de colaboración, comprometiéndose a que todo lo que recaudase a través de sus muñecas o los eventos que pudiesen organizar iría destinado a este proyecto que busca brindarles esas oportunidades que no tienen estas niñas vulnerables.
Un mercadillo solidario para recaudar fondos
A través de Soñando Muñecas, Ana y su familia buscan recaudar la mayor cantidad de dinero posible para poder no solo comprar una casa donde estas niñas etíopes puedan alojarse sino también construir un colegio para que en un futuro las mujeres puedan formarse. «Está lejos de poder conseguirlo pero por ello estamos luchando», asegura Ana Blanco, quien ha organizado para este domingo, 3 de diciembre, un mercadillo solidario.
![Algunas de las muñecas de ganchillo tejidas por la asturiana Ana Blanco](https://img.lavdg.com/sc/m06_ZOHbKHpeGCvZyZVSTw8ciD4=/480x/2023/12/01/00121701428101956808594/Foto/3.jpg)
El Centro Polivalente de Lugones acogerá en horario de 11.00 a 19.00 horas esta pequeña feria donde se pondrán a la venta las muñecas de ganchillo realizada por la sierense, así como las donaciones que ha recibido por parte de pequeñas empresas, particulares y colegios de la zona. «Hasta contamos con el apoyo del Club de Fútbol Eibar, que nos ha mandado cosas para venderlas», aplaude, antes de animar a todo aquel a pasarse por el recinto. «Esperemos que el mercadillo salga muy bien y que nos lleve a vislumbrar un sueño que hasta hace nada nos parecía muy pero que muy lejano», reconoce.
¿Cómo comprar estas muñecas de ganchillo?
También quien lo desee puede hacerse con sus muñecas a través de la página web de Soñando Muñecas e incluso mediante las redes sociales de la asociación benéfica. «Estaré encantada de recibir todos los encargos posibles porque tejo todo lo que se me pida. Desde muñecas de ganchillo personalizadas hasta mascotas o kits para bebés», precisa Ana Blanco, quien en un futuro no muy lejano quiere contar con un grupo de tejedoras solidarias.
![La sierense también teje kits para bebé a ganchillo](https://img.lavdg.com/sc/LioxJcUOCnFkCfh9aLzgsXSMUgc=/480x/2023/12/01/00121701428018045277228/Foto/2.jpg)
«Necesito tejer muchas muñecas y organizar muchos eventos para poder conseguir ese objetivo. Ahora mismo solo tejo yo y además no puedo tejer todo lo que me gustaría porque también trabajo. Pero bueno, sí que es verdad que alguna persona me ha donado alguna muñeca de ganchillo para venderla en el mercadillo», reconoce, antes de confesar que toda esa labor con un valor incalculable que está haciendo no le supone nada.
«Cuando haces las cosas que te hacen feliz no te parece que es tanto lo que realizas. Yo fui madre allí y cuando eres madre tus hijos lo son todo, sacas fuerzas para ellos donde no existe, entonces no tengo vida suficiente para agradecer a ese país la oportunidad que me dio de tener a mis hijos conmigo. Entonces todo esto es algo que me nace solo y soy muy feliz haciéndolo», resalta orgullosa, mientras sigue dando puntadas solidarias para que las niñas etíopes tengan al menos un plato de comida que llevarse a la boca.