Las cenas de Navidad de las empresas llenan los restaurantes de Oviedo: «Hemos dado ya unas cuantas»
LA VOZ DE OVIEDO
Los establecimientos hosteleros de la ciudad llevan varias semanas con la agenda completa para los dos fines de semana anterior a Nochebuena. Ante el lleno total, grupos de amigos y compañeros de trabajo adelantan las tradicionales comidas de Navidad o incluso las posponen para después de Reyes
02 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Si hay una época del año que es sinónimo de reencuentro, alegría y diversión esa es, sin duda alguna, la Navidad. En estas fechas tan especiales, por lo general, la gente suele hacer un paréntesis en su rutina para pasar tiempo de calidad con sus seres queridos. Pero esta costumbre de reunirse va más allá del entorno familiar. Hay quienes aprovechan la ocasión para juntarse también con los compañeros del trabajo y dar así la bienvenida a las fiestas.
Como si de una tradición más se tratase, al llegar las Navidades, las empresas suelen reunir a todos sus empleados en torno a una gran mesa para que disfruten de un ambiente agradable, estrechen aún más si cabe los lazos afectivos y se olviden por un rato de sus obligaciones laborales. El fin de semana después del puente de la Constitución y el anterior a Nochebuena es cuando principalmente tienen lugar estas cenas.
Es por este motivo que los restaurantes de Oviedo llevan desde hace semanas con la agenda llena para los días 13, 14, 20 y 21 de diciembre. Es además «prácticamente imposible» encontrar alguna mesa para cenar con compañeros del trabajo o mismamente con amigos en fechas próximas a las señaladas. Tampoco al mediodía suele haber huecos libres, puesto que son muchas las personas que han decido cambiar la noche por el día para poder tener una buena sobremesa sin necesidad de preocuparse por la hora. «Antes era todo cenas pero ahora la gente prefiere ir a comer para después disfrutar del tardeo», apunta el hostelero Iván Hortal.
Para evitar quedarse sin sitio, las personas encargadas de organizar estos encuentros tratan de reservar con bastante antelación. Los más precavidos, según aseguran los hosteleros de la ciudad, ya se han puesto en contacto con los respectivos restaurantes en el mes de octubre. Los que tardan en pegar el telefonazo, si no logran encontrar un hueco para el fin de semana, optan por juntarse en torno a una buena mesa por semana. No les importa tampoco tener que reunirse un mes antes de la Navidad o después. De hecho, varios restaurantes de la ciudad señalan que ya han atendido a grupos de amigos o de compañeros del trabajo, e incluso cuentan con citas para enero.
Al tratarse de un número grande de comensales, con el objeto de facilitar el trabajo en la cocina y asegurar que todos coman al mismo tiempo, los restaurantes de Oviedo diseñan diversos menús en los que marcan los platos a degustar, sin la opción de escoger entre ellos. Estas propuestas gastronómicas rondan los 30 euros por persona. Pero puede llegar a duplicarse su precio si incluyen elaboraciones que precisen más tiempo o determinados ingredientes. Aún así se trata de opciones bastante económicas, teniendo en cuenta que incluyen entrante, primer y segundo plato, postre y bebida. En algunos casos en el montante hasta va incluida la copa de después.
Los hosteleros ovetenses notan cómo esta filosofía de juntarse por Navidad va calando cada vez más en la sociedad. De hecho, este año la celebración de cenas con amigos y compañeros de trabajo se adelantó «muchísimo». Así lo asegura el presidente de la Asociación de Sidrerías de la calle Gascona. Pedro Caramés señala que los diversos negocios del Bulevar de la Sidra de Oviedo han recibido reservas en octubre, aparte de servir ya «muchas cenas de grupo» en este mes de noviembre.
«Como diciembre está prácticamente lleno hay quienes incluso pasan las cenas para enero, sobre todo, para después de Reyes», dice el propietario de La Finca y El Ferroviario, que ve con buenos ojos que la gente quede para celebrar. «Entiendo que reunirse para comer con familia, amigos y compañeros de trabajo es muy satisfactorio», reconoce el empresario asturiano.
Los menús que se sirven en la calle Gascona durante estas fechas se sitúan entre los 30 y los 35 euros. Aunque dependiendo de los platos que se oferten, evidentemente, el precio puede ser mayor. Que exista este tipo de propuestas cerradas para Caramés es algo fundamental ya que facilita el trabajo en los fogones. «Si vienen 25 personas a comer y cada uno pide un plato diferente de la carta lo único que se consigue es saturar la cocina. Ahora bien, si el cocinero sabe que van a venir 25 personas y que las 25 van a comer chuletones pues ya lo va a tener preparado», dice.
A pesar de tratarse, por lo general, de grandes grupos de clientes, el presidente del Bulevar de la Sidra no considera que haya riesgo de existir reservas fantasma. Las no show, según él, se suelen dar cuando hay una mayor afluencia de turismo en la ciudad. En este caso, «suele ser gente de casa que no falla». «Además te dejan un contacto pues vas confirmando con ellos cuántos comensales van a ser porque normalmente desde que hacen la reserva y vienen a cenar sube o baja el número», apunta.
En la Puerta de Cimadevilla, la Leyenda del Gallo y El mono que lee han atendido ya también a alguna que otra cena de empresa. Y desde hace semanas tienen completa la agenda de varias jornadas de diciembre. «El 13, 14, 20 y 21 lo tenemos todo lleno», asegura Iván Hortal, propietario de estos tres establecimientos del casco antiguo de la ciudad. El hostelero ovetense nota además, en comparación con el año pasado, que hay más reservas para comer al mediodía.
«Hay un claro cambio de hábito. Antes era todo cenas, mientras que ahora la gente prefiere más bien ir a comer para después disfrutar del tardeo», dice. Tal es así que en sus restaurantes —situados en la calle Cimadevilla, Altamirano y en la plaza de Riego, respectivamente— están sirviendo «en proporción, más comidas que cenas».
Para quienes opten por juntarse con amigos y compañeros del trabajo, ya bien sea en horario diurno o nocturno, en alguno de estos locales, Iván y su equipo han diseñado varios menús para que elijan. El precio oscila entre los 29 y los 45 euros por comensal. «Hay alguno que incluso incluye la copa de después», apunta el hostelero.
Con el objeto de evitar reservas fantasma, todos los grupos tienen que dejar una señal a modo de fianza. «Luego pasa lo que pasa, que reservan en varios sitios, eligen luego uno y te avisaban el día antes», dice, no sin antes reconocer que llegará un momento en el que los restaurantes se verán obligados a pedir la tarjeta para poder guardar una mesa. «De alguna forma habrá que justificar el plantón», manifiesta.
Desde que fue el puente de Todos los Santos, la Sidrería El Bosque no ha dejado de acoger cenas de empresas o de grupos de amigos. «Ya hemos dado unas cuantas», asegura Diego Javita, quien aprovecha para calificar estos pasados fines de semana como «muy buenos», en cuanto a número de comensales se refiere. «Para mi el mes de noviembre fue el mejor desde hace unos cuantos años», confiesa el hostelero.
Hace además semanas que completó la agenda de fechas claves del mes de diciembre. «El fin de semana del 13 y el del 20 ya lo tengo lleno para el servicio de cenas. También tenemos bastantes mesas reservadas para Nochevieja y estamos empezando a recibir llamadas para Navidad, porque también abrimos ese día», precisa el propietario de esta sidrería situada al final de la calle Gascona.
Ante el lleno total, son varios los grupos que optan por acudir a comer a esta sidrería al mediodía. «En comparación con otros años hay más gente que reserva directamente para el mediodía. Puede ser porque como por las noches se llena y al tratarse de mesas grandes lo tienen más complicado para conseguir sitio o también porque prefieren después tomar algo tranquilamente», apunta el hostelero que ha diseñado una serie de menús cuyos precios se sitúan entre los 28 y los 45 euros.
Por el momento y a diferencia de otros compañeros de profesión, Diego Javita no está aplicando ningún tipo de medida para evitar las reservas fantasma. Eso sí, cuenta con que no se presente algún comensal. «No es habitual que te falle una mesa entera pero sí suele pasar que sean menos personas de las que dicen en un principio, en el momento que hacen la reserva».
Cuando sí suele tener no show son en fiestas como San Mateo o celebraciones en las que no es habitual que se junten grandes grupos de gente. «Es muy raro que te dejen tirado mesas grandes, por lo menos a mi nunca me pasó. Alguna pequeño sí pero bueno por el momento prefiero no aplicar ninguna medida», confiesa.
Alguna que otra reserva ha recibido en sus restaurantes Joaquín Trigueros pero no es hasta que pase el puente de la Constitución cuando el propietario del Mesón La Comtienda comienza a recibir a un gran volumen de clientes. A partir de esta fecha y al igual que la mayoría de establecimientos de la capital asturiana es cuando tienen lugar las populares comidas y cenas de empresa o de grandes grupos de amigos.
Estas reuniones, en resumidas cuentas, se han convertido en la oportunidad perfecta para romper o saltarse la rutina, compartir tiempo de calidad con aquellas personas que rara vez vemos fuera del entorno laboral o a menudo y celebrar la llegada de la época más especial del año.