La única cofradía gastronómica de mujeres de España está en Oviedo: «No está cerrada a hombres, pero ninguno pidió entrar»

LA VOZ DE OVIEDO

Aránzazu Soto y Gema Blanco, presidenta e integrante de la cofradía gastronómica Doña Gontrodo, en su sede.
Aránzazu Soto y Gema Blanco, presidenta e integrante de la cofradía gastronómica Doña Gontrodo, en su sede.

Doña Gontrodo es un caso singular en el país como agrupación de este tipo cien por cien femenina. Tras el «corte en seco» que supuso la pandemia en su actividad, han logrado sobrevivir y retomar su labor de guardianas gastronómicas con un gran capítulo, nuevas incorporaciones y el homenaje a María Luisa Llavona

10 mar 2024 . Actualizado a las 09:17 h.

La cofradía gastronómica Doña Gontrodo de Oviedo es la única de España integrada únicamente por mujeres. Y no es algo que recojan sus estatutos, ni corresponde a que sus integrantes se nieguen en redondo a incluir a hombres entre sus miembros. Tan solo es cuestión de historia. Porque sus primeras impulsoras eran, precisamente, las mujeres de los integrantes de otra de estas agrupaciones que sí era cien por cien masculina.

«Doña Gontrodo nació como cofradía femenina porque ellas querían pertenecer a la de los Quesos, pero no las dejaron porque era de hombres. Les acompañaban a todas partes, a las comidas y a los viajes, pero les dijeron que no podían entrar. Entonces decidieron crear la suya propia, no por distinguirse ni diferenciarse como exclusivamente femenina», explica Aránzazu Soto, la actual presidenta del colectivo. 

Nació cien por cien femenina como respuesta a una cien por cien masculina. Pero esa condición no está en los estatutos. Eso sí, tanto Aránzazu Soto como Gema Blanco reconocen que pese a no estar cerrada a hombres, «hasta la fecha ninguno pidió entrar, pero en los estatutos no pone nada de que tengamos que ser solo mujeres». 

Aránzazu y Gema forman parte de la nueva generación que ha cogido las riendas de esta cofradía gastronómica para evitar su desaparición. Su historia se remonta a mediados de los años 80, aunque no hay una fecha clara de fundación. Es más, aunque existen documentos como un menú de 1991 con el nombre de la cofradía y ya tenían uniformes que dan fe de su existencia, no se registró oficialmente hasta bien entrado el nuevo siglo. Concretamente, fue en el año 2006 cuando se constituyó, se redactaron unos estatutos y se formó la junta directiva. 

Al frente estuvo, hasta la pandemia del coronavirus, María Luisa Llavona. «Sin ella no hubiera habido cofradía desde hace muchos años, eso es así», reconoce su sucesora en la presidencia de Doña Gontrodo. Por eso fue nombrada presidenta de honor en el último gran capítulo, que se celebró hace justo un mes. «Fue la que tiró por la cofradía siempre, por lo que nos tomamos este primer gran capítulo tras la pandemia como un homenaje hacia su figura», remarca.

Ese acto supuso una especie de resurrección para Doña Gontrodo después del «corte en seco» que supuso el confinamiento y las posteriores restricciones sanitarias. En la actualidad son 11 integrantes, alguna de las cuales se remonta a las primeras citas de la cofradía gastronómica. Junto a ellas hay una nueva hornada de «gontrodas», como se las conoce. Su actividad principal es reunirse para comer una vez al mes, además de asistir a los actos del resto de cofradías y organizar cada dos años —coincidiendo con número par— su propio capítulo.

Esa «reunión de amigas» se mantuvo, pero el gran capítulo de este año fue el primero desde hace seis. «En la pandemia tuvimos que parar y en 2022 empezamos a juntarnos de nuevo para comer», explica Aránzazu. Ella llevaba por entonces una década como cofrade y en aquel momento entraron dos nuevas integrantes, una de ellas Gema. Tras ese parón tuvieron que renovarse y hacer los papeleos correspondientes para poner al día las cuentas y formar una nueva junta directiva. Ya en septiembre pudieron empezar a organizar el capítulo de 2024, que se celebró en Las Pelayas. 

«Lo único que teníamos muy claro es que la cofradía no tenía que morir. Entonces nos pusimos manos a la obra para trabajar y que esto continuara. La verdad que el capítulo salió bien, que era nuestro primer objetivo y fue difícil, porque empezamos de cero. Ahora toca ponerse a diseñar el resto de actividades del año»

Su premisa era que Doña Gontrodo siguiera adelante. «Lo único que teníamos muy claro es que la cofradía no tenía que morir. Entonces nos pusimos manos a la obra para trabajar y que esto continuara. La verdad que el capítulo salió bien, que era nuestro primer objetivo y fue difícil, porque empezamos de cero. Ahora toca ponerse a diseñar el resto de actividades del año», apuntan.

Su actividad se centra en la cultura y en la gastronomía. Siempre intentan promocionar «la cocina tradicional y los productos de kilómetro cero» y lo hacen principalmente en Oviedo, donde se vienen celebrando la gran mayoría de sus comidas. Destacan que la oferta de la ciudad es buena y que «la cocina tradicional también tiene que evolucionar y hay mucha gente haciendo propuestas de vanguardia pero con productos que tenemos aquí al lado de casa, y eso también está muy bien».

Fue casualidad que su resurgir coincidiera con el año en el que Oviedo ostenta el título de Capital Española de la Gastronomía, pero también califican como positivo este hecho. «Coincidió así, porque cuando empezamos a hacer el papeleo y a retomar la actividad de la cofradía todavía no se sabía, solo que presentarían de nuevo la candidatura. Pero nos ha venido bien, es sí», reconocen. Además, admiten que será algo provechoso para la ciudad porque «está todo lleno» por lo que auguran que «está yendo muy bien». 

«Hemos congeniado muy bien»

Su unión se ha convertido en una amistad. «Tenemos muy buena relación entre nosotras», reconoce Gema, que entró a través de una amiga: «Me aceptaron y aquí estoy», cuenta. Lleva poco tiempo pero está perfectamente integrada en el grupo, en el que las propias componentes deciden sobre las nuevas incorporaciones. «Hemos congeniado muy bien y hay un vínculo entre nosotras. Estamos abiertas a nuevas integrantes pero lo que no vamos a permitir es que entre alguien a romper eso o a hacer discordia», reconocen. 

También tienen una relación positiva con el resto de cofradías gastronómicas tanto de Oviedo como del resto de la región. La mayoría ya son mixtas, aunque siguen existiendo las únicamente masculinas. «Nos respondieron muy bien al capítulo, nosotras teníamos una expectativa y la verdad es que se desbordó. Todo el mundo nos apoyó para que Doña Gontrodo no desapareciese y vino gente prácticamente de todas las cofradías de Asturias y de otras de fuera», celebran.

Ese apoyo supuso un espaldarazo para la nueva junta directiva, dispuesta a seguir tirando del carro y que la cofradía no desaparezca. Además, «en Oviedo siempre hay algo relacionado con la gastronomía», defienden, por lo que continuarán luchando por ser las guardianas de esta tradición culinaria a través de diferentes actividades sobre las que ya están manos a la obra.