Syria, la emblemática droguería del centro de Oviedo con más de seis décadas de historia
![Esther Rodríguez](https://img.lavdg.com/sc/4IUcioq2EWYzPesPu2XZprXhubg=/75x75/perfiles/1624362600771/1624364710021_thumb.jpg)
LA VOZ DE OVIEDO
![Antonio González Álvarez lleva 28 años al frente de Droguería Syria, un negocio familiar impulsado por su progenitor](https://img.lavdg.com/sc/rMeXiVW5dpb5ugPPMCZkoI_aBOg=/480x/2023/02/21/00121676985885714338106/Foto/3.jpg)
Antonio González Álvarez está al frente de este negocio que atraviesa momentos muy complicados. El propietario del comercio situado en la calle Covadonga asegura que «si no se hace nada, el pequeño comercio va a desaparecer»
28 feb 2023 . Actualizado a las 09:51 h.Aunque resulte utópico, el pequeño comercio vivió durante varios años su edad dorada. Una época que se queda en el recuerdo de muchos comerciantes que a día de hoy ven como sus ventas cada vez van a menos. La elevada subida de los precios, sumada al cambio de modelo de consumo y a la pérdida del poder adquisitivo de la mayoría de las familias lleva a que mantener las puertas abiertas de una tienda local sea un auténtico reto. Antonio González Álvarez está totalmente convencido de que en menos de 10 años los negocios tradicionales habrán desaparecido. «Quedarán cuatro contados», asegura. No obstante, él sigue luchando contra viento y marea por continuar con la actividad de la Droguería-Perfumería Syria, en Oviedo, donde todavía es posible encontrar artículos de toda la vida como la espuma de Patrico, la cosmética de Bella Aurora o los productos de mantenimiento de madera de Avel.
![Así luce la entrada de la Droguería Syria, situada en la calle Covadonga, en Oviedo](https://img.lavdg.com/sc/LeYMiPGpVwQ2Y9cz16LHjtnNmLU=/480x/2023/02/21/00121676985979168281933/Foto/2.jpg)
Los inicios en la droguería
El emblemático establecimiento, situado en el número 19 de la calle Covadonga, cumple nada más y nada menos que 68 años en este 2023. Fue el padre de Antonio González quien tomó en el año 1955 las riendas de este negocio que antiguamente también era una droguería. «Mi padre trabajaba en una fábrica de pinturas y como antes en las droguerías se vendían muchas pinturas porque las personas se encargaban del mantenimiento de la madera, los muebles y las ventas, pues vio la oportunidad de cogerla», señala González antes de confesar que aunque su progenitor conocía «esa parte» de la tienda, los comienzos no fueron nada fáciles.
«Tanto él como mi madre tuvieron que trabajar muchas horas. Además necesitaron pedir un préstamo porque la mercancía que ya había en la droguería la tuvieron que comprar. Vamos, que empezaron de cero y, como todos los principios, fue complicado, porque lo único que puedes hacer es intentar no perder dinero», resalta Antonio González. En este punto el droguero apunta que hoy en día es «difícil» entender la situación. «Yo, cuando a veces miraba lo que apuntaban en los libros, veía que solo habían vendido 35 pesetas en un día... Pero claro, no se puede comparar con el euro. De aquella, si te pones a pagar el alquiler, el préstamo y la mercancía, más lo que tienes que dejar para ti, las ganancias serían ínfimas», reconoce.
![En Droguería Syria aún se comercializan productos de cósmetica y perfumería](https://img.lavdg.com/sc/u4hoFJaXidxHxvXXWSF5CNe3Dp8=/480x/2023/02/21/00121676985953637711666/Foto/1.jpg)
Productos más demandados
No fue hasta el año 1995 cuando Antonio González se puso al frente del negocio familiar. Desde un primer momento mantuvo la misma línea de productos que comercializaban sus padres pero fue incorporando algunos nuevos para adecuarse a los nuevos tiempos y a la demanda. A día de hoy, de todos los artículos que se ofrecen en esta pequeña tienda del centro de Oviedo, los que más se comercializan son los de droguería. «No se venden todos los días porque es imposible, pero doy salida a muchos productos para el parqué, el suelo o para los muebles de madera de verdad. Además de limpiaplata o limpiametales. También la arcilla se vende muy bien», detalla Antonio González, antes de resaltar que «son cosas que tienen calidad y que no las encuentras en otros sitios».
En cambio, en Droguería-Perfumería Syria se despacha muy poco de perfumería y cosmética, solo «cosas muy puntuales» porque «hay mucha competencia». «Tú vas al Mercadona y tiene una sección de perfumería, cremas y maquillajes a unos precios que son imposibles. Vas al Lidl y pasa lo mismo, incluso en el Alimerka», apunta. Además, «trabajar las líneas de color es muy complicado porque a los pocos meses cambian, tienes que mirar lo que vendiste y lo que no, volver a mandar a la fábrica que te los compra a mitad de precio, y es bastante complicado. Antes había casas que tenía muchas barras de labios, sombras de ojos, coloretes… y era terrible. Cuando te venía el pedido, sabías que había cosas que no ibas a vender, y estabas tirando el dinero», confiesa.
Productos más caros pero de mayor calidad
La mayoría de los productos que se ofrecen en Syria son más caros que los que hay en las grandes marcas, pero la calidad no es la misma. «Hay gente que, por ejemplo, te dice que la cera es cara, pero claro, es de una casa que tiene todos los productos que parecen que son de lujo y cuyo resultado es muy bueno. Tú tienes un parqué o un mueble de madera bueno, de estos antiguos, y crees que con echarle cualquier cosa el mueble está superprotegido o lucido. Pues no. No se puede comparar el jamón de york con el jamón de pata negra porque no tienen nada que ver y eso hay gente que eso no lo aprecia, salvo la gente mayor que sí sabe qué es lo que realmente vale», lamenta Antonio González, quien a día de hoy vive momentos realmente complicados con la tienda.
![Algunos de los productos de limpieza del hogar que se comercializan en Droguería Syria](https://img.lavdg.com/sc/vYYaNVNDC4BW8e3F_MwG2qMpAA8=/480x/2023/02/21/00121676986006966770847/Foto/5.jpg)
«Yo ya llevo 28 años al frente de la droguería y de ellos la mitad fueron de crisis. Si coges una época de 2 o 3 años de crisis y lo demás son años que poco a poco van mejorando, pues bueno, ni tan mal; pero claro, cogimos la crisis financiera del 2008, que fueron varios años muy malos, sin ningún apoyo. Ahí era "o pagas o cierra", porque no ayudó nadie: ni el Ayuntamiento, ni el Principado, y mucho menos el Gobierno Central. Salimos adelante solos hasta que llegó la pandemia del coronavirus, que sí que es verdad que tuvimos ayudas, y menos mal, porque si no, lo más seguro era que hubiese tenido que cerrar. Pero luego llegó la guerra, la subida de los precios y este año, aunque llevamos poco, veo que va a ser malo también», lamenta Antonio González.
Perfil del cliente de la droguería
No obstante, a pesar de que con la crisis «son años prácticamente tirados porque no puedes ni invertir en la tienda ni ahorrar dinero por si viene otra época peor», Antonio González mantiene abiertas las puertas de Droguería-Perfumería Syria gracias a su fiel clientela. «Un porcentaje muy alto de la gente que viene aquí son personas mayores y claro, por culpa de la pandemia, se nota mucho que ha bajado el número. Algunos murieron, otros marcharon a mejores sitios o están viviendo ya en residencias, y yo lo noto. Es gente que lleva comprando 40 años. Cuando la ves entrar ya sabes lo que te van a pedir», asegura el droguero, quien detalla que son más mujeres que hombres quienes entran al establecimiento de menos de 20 metros cuadrados, además de acudir consumidores de «toda» la ciudad. «También hay gente de paso, pero bueno, por aquí cada vez pasa menos gente porque ya esta zona es todo peatonal, y el caso del boca a boca funciona, pero poco», apunta.
En cambio, por Syria no pasa ningún joven. «Hoy en día preguntas a cualquier adolescente qué es una droguería y tengo miedo de que no sepan ni lo que es. No quieren el pequeño comercio porque son gente que está acostumbrada a las pantallas y a comprar todo en las grandes cadenas, a pesar de que tú aquí no te puedes esconder, porque estas siempre. Tú vas a un gran almacén y por la mañana está alguien, por la tarde otro, incluso el mes siguiente otro distinto, pero en el pequeño comercio siempre das tú la cara. Entonces, es muy difícil intentar engañar al cliente; lo que haces es orientar hacia lo mejor que tienes y que le ayude a resolver ese problema», resalta Antonio González.
![Productos de perfumería expuestos en Droguería Syria](https://img.lavdg.com/sc/XKzEqXSG2nWt5Ugj-GQV_XzhIRc=/480x/2023/02/21/00121676986149214606447/Foto/4.jpg)
A pesar de ofrecer un trato más cercano y unos productos con una buena relación calidad-precio, lo cierto es que en la droguería, al igual que en resto de comercios de barrio o a pie de calle, transcurren las horas y «apenas entra gente». «Nunca me había pasado. Ahora ni siquiera vendo a principios de mes, que es cuando por lo general la gente tiene dinero porque acaba de cobrar, pero nada», confiesa Antonio González antes de resaltar que «cuando llegas a estas crisis, habiendo pasado la anterior en la que te quedaste descapitalizado porque todo lo que tenías lo gastaste, ya no te queda colchón y es duro».
Una situación que cada vez asfixia más. «Ahora, este año pagas más de cuota de la seguridad social, el alquiler es más, con el resto de recibos pasa lo mismo y claro, vas sumando gastos, pero tú vendes menos y los márgenes que tienes son más pequeños, porque los productos subieron, pero tú no te atreves a subirlos porque sino no los consigues vender. Entonces, a final de mes es muy difícil. No sabes cómo apañártelas para seguir, porque no tienes ayudas de nada y lo único que te funciona es arriesgar tu patrimonio para pedir un préstamo y aguantar con eso, pero no puede ser», señala.
Además, por si fuera poco, el relevo generacional «ya ni existe». «El comercio da igual de lo que sea, si tienes una tienda pequeña que te puede dar para comer, vivir sin grandes lujos pero tranquilo, no te lo coge nadie. Sinceramente es muy esclavo porque no tienes fines de semana. El sábado por la mañana trabajas, cierras por la tarde, pero cuando te das cuenta, ya es de noche. Lo único que te queda es el domingo, que muchas veces, sobre todo, en épocas de crisis estás todo el rato pensando ‘a ver si me llega una factura y no voy a tener dinero para ese día' o ‘a ver si el lunes vendo más para poder llevarlo al banco'. No desconectas casi nunca. Es un poco esclavo, pero bueno al final llevas toda la vida aquí ofreciendo un buen servicio».
Protección al pequeño comercio
Es por ello que Antonio González reclama a «todas las instituciones» locales, regionales y nacionales que protejan, aunque sea un poco, al pequeño comercio tradicional. «Llevas toda la vida pagando impuestos, dando vida a la ciudad y prestando un cierto servicio y ni siquiera te valoran. Se les cae la baba hablando de nosotros pero no saben el sacrificio que cuesta que mantengamos abiertas nuestras tiendas y además demos un buen servicio», implora antes de denunciar que las entidades competentes «solo miran por las grandes superficies», a pesar de que «aunque vayan a crear muchos puestos de trabajo van a destruir otros tantos más».
«Si no se hace nada, el pequeño comercio va a desaparecer», alerta el propietario de Droguería-Perfumería Syria, quien reconoce que al final de mes el rendimiento económico que se obtiene en estas tiendas tradicionales no da para «nada» y, por tanto, «no merece la pena estar tantas horas aquí rompiéndote la cabeza». «Normalmente es difícil que debas dinero a nadie porque siempre intentas pagar todo, pero ahora, como los beneficios son tan mínimos, hay momentos en los que no sabes qué hacer porque ves que no llegas a todo lo que hay que pagar. Y eso te mata mental y moralmente, ya que, como nunca te pasó, es muy duro», reconoce. Aún así, Antonio González sueña con poder jubilarse en su tienda. «Llevo toda la vida aquí y es lo que más ilusión me haría, pero veo que va a ser muy complicado. Aún me quedan ocho años y voy viendo que cada año que pasa es peor, así que no sé en qué parará esto», asegura.