Oviedo de miedo: una ruta por los misterios de la ciudad entre bruxas, xanas y fantasmas
LA VOZ DE OVIEDO
El casco histórico de la capital asturiana está plagado de leyendas que ni siquiera muchos ovetenses conocen y que se unen en una visita guiada
24 feb 2023 . Actualizado a las 09:48 h.Hasta comienzos del siglo XX, los ovetenses eran conocidos como gatos del forno. También en Oviedo está documentado el primer exorcismo medieval que se produjo en Asturias y cuenta la leyenda que los nuevos moradores de una vivienda de la calle Azcárraga oían cada noche la máquina de coser de su anterior propietaria, una costurera que había fallecido. Un buen número de historias que bien podrían protagonizar un programa de Cuarto Milenio y que son desconocidas para muchos de los habitantes de la capital asturiana.
Son solo algunos ejemplos de lo que descubren quienes participan en la ruta guiada por 'Oviedo de miedo', una iniciativa turística de Ser Asturianu que tiene por objetivo descubrir a vecinos y visitantes los secretos más misteriosos de la ciudad entre historias de fantasmas, bruxas, xanas y multitud de leyendas que de forma oral han ido pasando de generación en generación.
El recorrido comienza en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo, donde el historiador y guía Denis Soria cuenta la historia de su fundación por parte de «un inquisidor asturiano» para hablar después del juicio a la Llobera de Llanes. En el paseo no falta la leyenda de la Cruz de los Ángeles ni la de los Amantes del Rosal al acercarse hasta el Fontán, otro de los lugares de miedo en esta ruta por los ahogamientos en la antigua laguna.
Denis Soria diseñó esta ruta en 2020, después de realizar «un trabajo de investigación documental importante, consultar publicaciones y recopilación oral», asegura. Vio la posibilidad de poner en marcha estas visitas guiadas porque eran muchas las historias de Oviedo que ni sus habitantes conocían. «Son cosas que la gente de aquí desconoce y empiezan a ver de otra manera lugares por los que igual pasan todos los días», explica.
En horario nocturno, para completar ese ambiente misterioso, la ruta descubre también la historia del nazi de Oviedo, un exteniente de las SS que se refugió en la capital asturiana y murió hace poco más de dos décadas. Sobre este desconocido hecho se rodó el año pasado una película-documental, dirigida por José Antonio Quirós, que se estrenará próximamente.
Tampoco falta la parada en la calle Cimadevilla, donde todavía queda alguna tienda dedicada al azabache, un material íntimamente relacionado con la brujería. Por eso allí se recuerda la figura «de algunas de las bruxas más importantes de Asturias, como Adela Parrondo o la Bruxa de Brañavara». Entre las historias documentadas están los motivos que llevaron a bautizar a los ovetenses como gatos del forno, un gentilicio documentado hasta inicios del siglo XX y cuyo origen se remonta a un gran incendio que arrasó el centro de Oviedo a principios del siglo XVI y por el que los hornos de pan se trasladaron fuera de la muralla, «donde estaban los llagares de sidra».
También hay tiempo para hablar de la Cámara Santa y del Santo Sudario a los pies de la Catedral de Oviedo, «uno de los grandes misterios que se conservan en la ciudad», asegura Denis. Para acabar la visita llegan las historias de fantasmas, «concentradas en el mismo punto de la ciudad», entre el cementerio de Peregrinos y la plaza Feijoo. Se trata del encuentro fantasmal del monje gallego Jerónimo Feijoo y la historia de la costurera de Azcárraga, cuya leyenda cuenta que la máquina de coser se siguió oyendo en el piso tras su muerte, un sonido que cesaba cuando los nuevos propietarios se levantaban a mirar qué pasaba.
Durante los meses de invierno, el tour se realiza viernes y sábados, aunque una vez que se acerca el verano amplían los días para hacer frente a la demanda. «Lo llamamos ‘Oviedo de miedo' pero no es una visita de terror, nos basamos en la cultura tradicional y es apta para todas las edades», asegura el guía que la puso en marcha, quien anima a los visitantes a recurrir a empresas locales para realizar este tipo de visitas porque «van a ver las cosas de una forma mucho más auténtica».
