Peñalba, 60 años del cierre de un café mítico

D.R.

OVIEDO

A la izquierda, la elegante entrada del Café Peñalba, en la calle Uría de Oviedo. A la derecha, la terraza del local
A la izquierda, la elegante entrada del Café Peñalba, en la calle Uría de Oviedo. A la derecha, la terraza del local

El emblemático local fue uno de los más elegantes y recordados de la hostelería ovetense, aunque solo duró algo más de tres décadas

16 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Pronto hará 60 años del cierre del café Peñalba, una mítico local del número 14 de la calle Uría que en su relativamente corta vida consiguió quedar para siempre en la memoria de la ciudad. El Peñalba abrió el 14 de agosto de 1929, cuando Enrique Álvarez Victorero funda el café que llevará el nombre de una de las cumbres de los Picos de Europa. Aún pervive la confitería del mismo nombre en la calle Milicias Nacionales.

Se trataba de un establecimiento elegante, con vistosas lámparas de cristal y vistas al Campo San Francisco, que generaba un espacio demandado sobre todo por la intelectualidad de entreguerras, que se acomodó perfectamente a aél y lo hizo suyo. Este hecho, junto a sus numerosos camareros con pajarita y sus famosas meriendas, serían los factores de su éxito.

El Café Peñalba de la calle Uría de Oviedo, durante la Guerra Civil. El edificio sufrió graves daños durante la revolución de 1934, como se aprecia en la imagen
El Café Peñalba de la calle Uría de Oviedo, durante la Guerra Civil. El edificio sufrió graves daños durante la revolución de 1934, como se aprecia en la imagen

El Peñalba era enorme: la zona de servicio y obrador daba al pasaje de Uría (hoy completamente reformado y mucho menos impresionante de lo que fue) y también estaba conectado a su confitería (la que aún está abierta actualmente, con sus famosos bombones).

Solo duró 33 años abierto el café. Sin embargo, durante ese periodo fue lugar de encuentro de muchas tertulias, como la operística de los Puritanos (que luego se tuvo que trasladar al Rialto), quizá algunas conspiraciones de la burguesía ovetense e incluso el título de una novela de Ricardo Vázquez de Prada. 

El Peñalba se ubicó en el local que anteriormente ocupaba la Brasserie del Hotel París, que ocupaba el gran edificio que hace esquina entre Uría y Milicias Nacionales. El París cerró en 1928. La familia Álvarez-Victorero, originaria de Colunga, ya tenía un negocio de hostelería a finales del siglo XIX en la calle Jovellanos, junto a la estación del Vasco. Desde su nacimiento, los propietarios dejaron claras sus intenciones: no se podía jugar a las cartas ni al dominó en las mesas, solo al ajedrez y las damas. Tampoco se podían acodar los parroquianos en la barra, que era de uso exclusivo del servicio.

Una imagen reciente del local que ocupó antiguamente el Café Peñalba, en la calle Uría de Oviedo, junto al pasaje
Una imagen reciente del local que ocupó antiguamente el Café Peñalba, en la calle Uría de Oviedo, junto al pasaje © Daniel Roig

Es muy famosa y repetida, aunque no haya testimonios directos, la anécdota sobre el Peñalba durante la Guerra Civil. Según la leyenda, durante el asedio a Oviedo, los republicanos bromeaban sobre «tomar café en Peñalba» como objetivo y símbolo de haber llegado al corazón de la ciudad. Durante la revolución de 1934 y la Guerra Civil el edificio sufrió graves daños, pero tras el conflicto, volvió a resurgir. Cuentan los que conocieron el Peñalba que en su último día los clientes se llevaron los menús y los cubiertos como recuerdo. El último café se sirvió el 30 de septiembre de 1962.