Una placa en los jardines de Villa Magdalena homenajea a estas víctimas, representadas por el último superviviente Vicente García Riestra
14 dic 2018 . Actualizado a las 16:53 h.Vicente García Riestra está apunto de cumplir 94 años. En enero de 1944 fue obligado a subir a un tren que lo condujo hacia lo que parecía una muerte segura: el campo de concentración de Buchenwald. Durante los quince meses que pasó allí tuvo que aprender a convivir con la muerte. Pero no solo él, miles de españoles acabaron hacinados en estos campos y, enconcreto, 28 de ellos eran ovetenses. Vicente es el único superviviente. Hoy ha acudido nuevamente a Oviedo desde su domicilio de Périgeux, en Francia, para homenajear a los fallecidos.
Los jardines de Villa Magdalena acogieron este mediodía un acto conmemorativo en el que tuvo lugar la inauguración de una placa que recoge los 28 nombres de los ovetenses que pasaron por aquel campo de exterminio de Mauthausen entre los años 1940 y 1945. «Nos quitaron la nacionalidad española. Hemos sido apátridas y han muerto como apátridas», recordaba Vicente García, que mostraba su carta oficial de apátrida. El nonagenario explicó como el gobierno de Francisco Franco no acudió al rescate de los españoles liberados tras el cierre de los campos. «Todos los países enviaron personales para ver a sus gentes, nosotros estamos aquí esperando», criticó.
Vicente García tuvo la oportunidad de rehacer su vida en Francia, donde su madre y sus hermanos vivían. Ahora, con nacionalidad francesa, recuerda a su padre, enterrado en una fosa común del cementerio de Oviedo, y a su hermano Pepe, «que aún está tirado en alguna cuneta», afirma. Emocionado, aseguraba no haber pedido nunca nada al gobierno español, tan solo reconocimiento por los familiares asesinados. «Nos han abandonado completamente», lamentaba.
Durante el acto, también intervino la concejala de IU que declaró que este acto «es en defensa de la humanidad contra la barbarie». Wenceslao López, también presente en el acto, ha indicado que la colocación de esta placa tiene un valor especial en este momento. «Tristemente, las ideologías ultras vuelven a enseñar sus fauces en Europa», lamentaba. «Esta placa es un tributo modesto, pero detrás de esta piedra está el apoyo y el respaldo de todo el municipio».