El párroco sostiene que, si decidiesen trasladar los restos del dictador allí, no se podría negar porque es una propiedad privada
09 nov 2018 . Actualizado a las 14:08 h.La familia de la mujer de Francisco Franco, Carmen Polo, dispone de un nicho en la Basílica San Juan el Real de Oviedo, iglesia en la que se casó con el dictador el 16 de octubre de 1923. En nicho número 81 descansan los restos de Felipe Polo Flórez y Ramona Martínez Valdés, padres de la mujer de Franco, que falleció el 6 de febrero de 1988 y que está enterrada en un panteón familiar situado en el cementerio de Mingorrubio (El Pardo).
En declaraciones a Efe, el padre Javier, párroco de la Basílica, ha explicado que el nicho es de «reducidas dimensiones» y su uso está destinado como osario o para cenizas, lo que dificultaría la inhumación del cuerpo de Franco. «El problema que se plantea es que tendrían que reducir los restos de Franco a ceniza, ya que está embalsamando», ha subrayado el párroco. Además, ha apuntado que las normas de la Basílica indican que el nicho pasa por herencia al hijo primogénito, en este caso Felipe Polo Martínez Valdés, fallecido en 1979, y ahora sería propiedad del hijo mayor de éste.
El padre Javier ha apuntado que hasta el momento nadie se ha puesto en contacto con él para la posibilidad de que la Basílica recibiera los restos Franco, si bien ha afirmado que es ese caso no se podría negar ya que es una propiedad privada. El párroco ha recordado que en la Basílica, además de acoger la boda de Franco, también se celebró el bautizo de Carmen Polo y de su hija, María del Carmen Franco Polo.
Por otra parte, la Hermandad de Defensores de Oviedo se ha dirigido a la familia Franco para ofrecerle el panteón que posee en el Cementerio de El Salvador de la capital asturiana para acoger los restos del dictador. La Hermandad, que ha precisado que ha realizado este ofrecimiento a la familia a través de Luis Alfonso de Borbón, afirma en un comunicado que «la inhumación en su panteón estaría rodeada del honor y la dignidad que corresponde a los restos mortales del caudillo».
Apunta además que en dicho panteón se encuentran los restos mortales de «muchos defensores de la ciudad del asedio rojo en 1936». La Hermandad pretende con ello mostrar «su reconocimiento al que fue Capitán de la Cruzada que salvó a Oviedo -y a España- de caer en las garras de la barbarie roja, primero con su intervención directa en la Revolución de Octubre en 1934 y más tarde con motivo de la Liberación de la ciudad por las fuerzas nacionales a su mando».