Cuatro notas en torno al fascismo

OPINIÓN

CESAR QUIAN

16 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

1. Casandra juntó las manos sobre el peplo a la altura del sexo y le dijo a Apolo que nunca la haría suya. Para Apolo, ejemplar ejemplo de la voracidad de su padre ante las hembras (tomando la forma de un toro blanco, Zeus raptó a Europa, como ahora nos la están «raptando» los toros bravísimos que salen de las noches más tétricas de la Historia), el cuerpo femenino ha sido creado para el asalto violento, receptáculo del deseo viril y de la simiente. Ante la oposición tajante de la joven, Apolo le dio un tormento: ser clarividente pero no creíble. Así, cuando Casandra le vaticinó a su padre Príamo que los aqueos destruirían Troya por la osadía de Paris de arrebatarle a Menelao, rey de Espata, a su esposa Helena, aquel no la creyó, nadie la creyó. Lo que sí sigue creyéndose hoy, pese a los 3.200 años transcurridos desde los hechos cantados unos 400 años después por el aedo Homero, es una idea en auge por la irrupción de los bravísimos y celebrados toros en las plazas españolas, es esa idea de la mujer como «descanso» del macho.   

2. Han pedido mi cabeza. A la propiedad de La Voz de Asturias le han pedido mi cabeza por el artículo que firmé el domingo último («El magistrado»). Estos «demócratas» no incluyeron la tortura previa. Bendito sea Dios. Vox, Dios en España, no deja a algunos medios de comunicación asistir a las ruedas de Prensa que convoca. Ayuso, que últimamente dice de Sánchez que es un «matón» y un «corrupto» (¿cómo su machote?), subvenciona con el dinero público a mediáticas plataformas-basura, las que repiten lo que a ella y a la miseria de «su» Miguel Ángel Rodríguez les salen de los bajos fondos. En Telemadrid, lo más bonito que se escucha sobre el presidente del Gobierno es «me gusta la fruta» y «perro». Y quien abra la boca, se queda sin lengua. Imagínense la que montaría el PP asturiano si la TPA siguiese los pasos de la que comparte lecho y terraza con bandera con un delincuente confeso. La caca, el pis, el escupitajo, el vómito y otros restos de esta pareja bendecida por el «sabio» pueblo acabaron en el restaurante que había en los bajos de su edificio, gracias a la chapuza que ordenaron hacer sin permiso del Ayuntamiento, habitado por el perrito faldero Martínez-Almeida, unir dos pisos para formar un dúplex. El matrimonio dueño del restaurante hubo de cerrar porque los olores no se iban. A la puta calle con una indemnización de mendicante. Pero es que a tantos y tantos madrileños lo que les va es la escatología, el maltrato y la humillación: cuando la víbora desenrolla su lengua, polucionan y humedecen. La mugre enhebra sus actos. Porque se suele hacer lo que se es. 

3. Los jueces «en conserva» se tiran de los pelos porque el Gobierno quiere retirar la potestad al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de nombrar magistrados, para ver si se van de una puta vez. Porque resulta que la Constitución obliga a reemplazar a los miembros del CGPJ cada cinco años, y estos togados llevan más de diez en sus sillones de mando. Nunca el PSOE puso obstáculo a su reemplazo cuando gobernaba el PP. A la inversa, siempre obstáculos, aunque nunca como ahora: cinco años y pico fenecidos, como las momias de los faraones egipcios que se exhiben en El Cairo. ¿Por qué? Porque el CGPJ elige a integrantes principales del Tribunal Supremo, de los Tribunales Superiores, de las Audiencias, etcétera. Por consiguiente, si yo, popular barriobajero, me niego a cambiar la composición, sigo teniendo el control del poder judicial, convirtiéndole así en mi brazo armado «sine die», algo así como un partido político afín, llamémosle, solo por llamarle algo, Partido Popular de la Verdad y la Justicia. Feijoo, Ayuso y tantos otros ultras por aquí y por allá saltan sobre el cuello de «Perro» Sánchez por querer acabar con esta aberración institucional e inconstitucional: amenazas, insultos…, le machacarían el cráneo si pudieran, que, visito lo visto en el Parlamento fascista italiano, terminará llegando al nuestro. Y es también muy profundamente revelador que esas momias del CGPJ no hayan seguido los pasos del que fuera su presidente, Carlos Lesmes, que abandonó su puesto porque no soportaba más el olor a podredumbre, pues el proceso de momificación fue una chapuza semejante a la del dúplex.  

4. Ortega y Gasset escribió una referencia al fascismo que es nuclear: «El fascismo y sus similares administran certeramente una fuerza negativa, una fuerza que no es suya: la debilidad de los demás. Por esta razón son movimientos esencialmente transitorios, lo cual no quiere decir que duren poco». Justamente, la debilidad de las masas que indica el filósofo, se ancla en la fuerza que esgrime el líder, una fuerza tan falsa como subyugante. La exhibición de poder puede alterar de tal modo a los individuos incapaces de no ser gregarios, que los convierte en jaurías, no de licaones, sino de humanos, ni más ni menos.