Hoy se ha ido una de nuestras militantes historicas, Anita Sirgo, una mujer que ya era feminista incluso antes de que en este país se hablara de feminismo. Es muy difícil escribir algo de una persona querida y admirada, de alguien que ha tenido tanta presencia en nuestra organización, en nuestras vidas, porque sus pasos han dejado muchas huellas: en la política de IU, sin duda, pero también en lo personal, por su capacidad de compromiso, y su disposición a la movilización en la defensa de las causas justas, de la libertad, de los derechos de todos y todas.
Recordar a Anita es hacerlo de la huelgona del 62, cuando gracias a mujeres como ella, el movimiento obrero logró levantar la voz en pleno franquismo y puso en jaque al régimen del sátrapa, con unas movilizaciones que, desde las Cuencas, trascendieron a toda Asturias y a toda España, con un impacto mediático internacional.
Su compromiso por la libertad y por los derechos de la clase trabajadora, su republicanismo, entendido como el de una sociedad más igualitaria y solidaria, por un modelo más humano, le venía desde la cuna. Las consecuencias de la sublevación fascista, de la guerra y de la posterior represión franquista, la vivió en primera persona, con un padre que tuvo que echarse al monte, como guerrillero, y de una madre encarcelada por sus convicciones políticas, una situación que la hizo madurar muy pronto. Viviendo con sus tíos, siendo aún una niña, actuaba ya como enlace con la guerrilla, una responsabilidad que cumplió también, luego, dentro del Partido Comunista, con quien colaboró de forma activa, en España y en París, donde tuvo que exiliarse durante algunos años, perseguida por el franquismo.
Ya en democracia, Anita mantuvo siempre vivas sus convicciones de izquierda, colaborando casi hasta sus últimos momentos en todas aquellas actividades que desde IU se organizaban. Su presencia en manifestaciones, concentraciones y actos de reivindicación y memoria forman parte de ese compromiso que guiaron sus días.
Quiero, desde estas líneas, reconocer el valor de Anita Sirgo, curtida en el compromiso activo con la democracia y la defensa de los derechos de la clase trabajadora. Como coordinador de Izquierda Unida, en el nombre de toda la militancia, y en el mío propio, quiero trasladar hoy nuestro cariño y nuestro calor a su familia, a sus camaradas. Hoy nos deja una enorme mujer, una querida compañera, totalmente comprometida con la lucha política, social, sindical; hoy se va una de esas personas que son fundamentales para hacer del mundo un mejor lugar para vivir.
Hasta siempre compañera. Nos quedará siempre tu huella, tu legado, que seguirá en nuestro corazón, en nuestros pensamientos y en nuestras acciones.
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