A una semana de la Nochebuena y a dos de la Nochevieja la sexta ola de la pandemia sigue su curso ascendente y es evidente que tiene que ser un motivo de preocupación para todos. De lo más hablado y comentado estos días es sin duda la cancelación de eventos, sobre todo comidas y cenas de empresa, cuyas características (en sitios cerrados y sin mascarilla) aumentan la probabilidad de contagios y aunque a todos nos gusta juntarnos con la familia y con los amigos, hay actividades que se pueden posponer perfectamente. Ser cauto y responsable no quita que no se pueda hacer nada. A diferencia de hace un año que se pedía por activa y por pasiva ‘salvar la Navidad’, en este 2021 sin duda alguna las vacunas han ayudado muchísimo a que tengamos la vida un poco más normal evitando muertes y casos graves que colapsarían nuestros hospitales. No obstante, un efecto claro del momento que vivimos es que se ha desbordado la demanda de test de antígenos en las farmacias y cada vez más comunidades autónomas se apuntan a aplicar el llamado ‘pasaporte covid’ para que se exija en bares, restaurantes y locales de ocio. Pongamos el acento en cuidarnos y en cuidar a los demás por encima de cualquier cosa.
Otra pandemia que no cesa es la que tiene que ver con la salud mental. Mucho se ha hablando en este 2021 de la depresión, del insomnio, de la ansiedad y de los diferentes trastornos que nos impide vivir una vida en condiciones. Ya hay datos del primer año de la era COVD: 11 personas en España se suicidan cada día. No podemos abrir los ojos solamente cuando se conocen casos de famosos, como ha sido esta semana el de Verónica Forqué. Desde que hay estadísticas, el año 2020 ha sido el que ha batido todos los registros anteriores. Son casi cuatro mil casos que convierten al suicidio en la primera causa de muerte no natural en España, golpeando especialmente a la franja de edad que va de los 15 a los 29 años. En ello parece haber una clara relación con la situación económica, el desempleo y problemas familiares y sociales que terminan por provocar a esas personas una situación insostenible. Hay que escucharlas y ayudarlas para que sanen y sigan sus vidas lo más dignamente posible.
La corrupción es una pandemia detestable pero a mi manera de ver es peor negar que exista aun cuando hay sentencias que lo confirman. La actuación del ex presidente Rajoy en la comisión de investigación en el Congreso sobre la Kitchen fue ridícula y una nueva falta de respeto a toda la ciudadanía. Negó la existencia de una caja b en el PP pese a haber ya tres sentencias que lo demuestran (al mismo estilo que Aznar hacía en su día diciendo que había armas de destrucción masiva en Irak). Por mucho libro que escriba para adultos sus malas maneras justifican con creces la moción de censura que provocó su salida de La Moncloa. Con su comparecencia solamente resta que se apruebe un dictamen por parte del Congreso, pero es evidente una vez más que el señor Casado debería limpiar de verdad su casa y no quedarse en una simple mudanza de la que por ahora nada se sabe. Y ya no lo digo por el PP, sino por la propia democracia, porque si vuelve la derecha a gobernar algún día en España, al menos que no nos hagan dudar de su honradez.