De los croissants cubo al panettone de compango, la pastelería más innovadora de Gijón abre un nuevo local en la ciudad
GIJÓN
The Little Toffee estrenó hace apenas unas semanas su nueva pastelería en la céntrica calle San Bernardo, donde sus curiosas creaciones continúan siendo un éxito en ventas
06 nov 2024 . Actualizado a las 09:30 h.Los croissants en forma de cubo, los panteones de compango o las macetas de chocolate son algunos de los productos estrellas de The Little Toffee, un pequeño emprendimiento de dos jóvenes asturiano que estrenan ahora su segunda tienda en Gijón. Tras casi cinco años vendiendo sus dulces en la calle Fernando Villaamil, Gonzalo García y Alejandro Carmona decido ampliar el negocio con un nuevo local situado en la calle San Bernardo.
Gonzalo y Alejandro trabajaban desde hacía casi ocho años en la industria alimentaria, concretamente en el departamento I+D de una fábrica de postres. Fue entonces cuando decidieron empezar un negocio por cuenta propia. Su idea principal era ser asesores externos que desarrollaran productos para otras empresas, sin embargo, a pesar de ser «una idea muy molona, llegamos a la conclusión de que no éramos nadie. ¿Quién nos iba a contratar?», explica Gonzalo.
Tras darles muchas vueltas, los jóvenes asturianos llegaron a la conclusión que su punto fuerte era desarrollar productos, por lo que decidieron crear el que sería su primer lanzamiento. «Se trataba de unos vasitos de diferentes sabores que aún a día de hoy seguimos comercializando». Alejandro y Gonzalo contaron con la ayuda de Diego Verdú, en Oviedo, donde pudieron poner a prueba su idea. «Nos dieron la oportunidad de testear si el producto funcionaba en el mercado». Y así fue.
Tras el éxito de su primer dulce, los asturianos decidieron montar una fábrica. «Queríamos, dentro de nuestra medida, servir a cáterin aquí en Asturias. Pero cuando desarrollamos todo el plan de empresa vimos que había que hacer una inversión de la leche para montar una fábrica. Prácticamente, empezaríamos el negocio endeudados». Pero sus ganas de emprender no se detuvieron en ningún momento, un día buscando por internet Alejandro y Gonzalo dieron con la solución. «Un poco desesperados, de repente un día vimos el anuncio de este local —calle Fernando Villaamil, 7—. Vinimos a verlo sin ninguna esperanza, solo por probar». Los reposteros recuerdan entrar al local alumbrándose con las linternas del móvil debido a la falta de luz, sin embargo, para su sorpresa el establecimiento sobrepasó sus expectativas. «Contaba ya con mucha maquinaria que nos podía servir, lo que reducía mucho la inversión inicial».
Tras tomar la decisión definitiva y acondicionar el local a su gusto, el 4 de diciembre del 2019, se abrieron por primera vez las puertas de The Little Toffee, el primer día de vida de una pastelería que rompería con el concepto de la repostería tradicional en Gijón. Aunque su idea principal no era la venta al público, la distribución del local les hizo aventurarse y tomar la decisión de comenzar con la venta directa. «Aprovechamos esa primera Navidad, decidimos aventurarnos con el punto de venta y funcionó, por lo que dejamos un poco de la idea de los cáterin y los restaurantes», recuerdan.
Aunque el Principado cuenta con muy buena repostería tradicional, desde The Little Toffee siempre quisieron ser un poco disruptivos. «No tenía sentido que dos chavales jóvenes abrieran con el croissant o los productos de toda la vida. Quisimos darle una vuelta de tuerca más a la pastelería tradicional, manteniendo los sabores, pero innovando en formatos y texturas». Así surgieron algunos de sus productos más emblemáticos como el famoso croissant cubo que se encuentra disponible en cinco sabores: Clásico, Nutella, dulce de leche, Kínder y crema de Pistacho; estos dos últimos rellenos, asegura Gonzalo, están elaborados por los propios pasteleros, «con praliné y crema de pistacho».
Pero el croissant cubo no es el único producto de éxito en The Little Toffee. Cada año, cuando se acerca la época navideña, coincidiendo con la fecha de su aniversario, los pasteleros sacan a la venta un nuevo sabor de panettone, otro de los productos más vendidos de la pastelería. Este postre navideño cuenta ya con multitud de versiones obra de The Little Toffee, desde su sabor clásico, pasando por el panettone de fruta, el de chocolate, el de caramelo salado o el especial de carnaval relleno de casadiellas. Pero como no podía ser de otra manera, The Little Toffee ha querido arriesgar también con los sabores de esta creación; el que más llama la atención es sin duda el de sabor a compango, «es con el que más se nos fue la pinza, sin embargo, tiene sus adeptos».
La época navideña, aseguran, es la época con más ventas del año, aunque fechas señaladas como la reciente celebración de Halloween, el día del padre y de la madre y la pascua también atraen una gran cantidad de clientela a la pastelería. The Little Toffee también ha tenido la oportunidad de participar en grandes eventos como el festival Metrópoli en Gijón o el Mercadillo de Navidad de Oviedo, donde también estarán presentes este año. Además, han formado parte del 20 aniversario del Jardín Botánico Atlántico de Gijón. «Nos contactaron para formar parte del evento, fue cuando se nos ocurrió crear las macetas de chocolates —otro de sus productos más emblemáticos—. Molo mucho y además nos dio también un poco de visibilidad», comentan los pasteleros.
Ahora tras cinco años de éxitos, Alejando y Gonzalo han decidido ampliar el negocio. El pasado sábado 26 de octubre abrieron las puertas de su nuevo local ubicado en la calle San Bernardo. «Es verdad que en el actual estábamos un poco escondidos y quizá perdíamos esa venta por impulso». La inauguración fue todo un éxito, aseguran, e incluso, se dejaron ver algunos rostros asturianos conocidos como el influencer gastronómico Juli Avilés o el actor Diego Ross.
A pesar de la nueva apertura, Gonzalo y Alejandro no dejan de tener nuevos planes para el futuro. En sus próximos lanzamientos se encuentra una «antinovedad», explican. «Queremos sacar un croissant tradicional, aunque nos hemos hecho nuestro pequeño hueco con el croissant cuadrado también queremos demostrar que sabemos hacer una pastelería más tradicional». Además, desde The Lilttle Toffee no quieren perder la oportunidad de reivindicar el laborioso proceso de creación de este clásico producto. «Siempre pensamos en el croissant como uno de los productos más baratos de las pastelerías, sin embargo, es una elaboración compleja y de las que más curro lleva. Queremos reivindicar el valor que tiene, no solo por su elaboración, sino también por los productos y la materia prima con la que se fabrica», concluyen ambos.