La Policía detenía hace justo una semana a la presunta autora de un asesinato que presenta características comunes a los asesinatos de recién nacidos que describen los estudios científicos
28 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hace justo una semana la Policía Nacional de Gijón, tras una exhaustiva investigación, detenía a una joven de 28 años, Sivia A. M., como presunta autora del crimen del recién nacido cuyo cadáver aparecía en un contenedor del barrio de Nuevo Roces de Gijón el pasado 2 de agosto. Desde entonces se encuentra en prisión por orden de la jueza, que decretaba el secreto sumarial para afianzar las investigaciones recabadas durante casi dos meses. Hasta que no se levante ese secreto, no se podrán confirmar de manera oficial al menos estas cinco incógnitas.
1. ¿Por qué?
El asesinato de un hijo o hija a manos de un progenitor se denomina filicidio y, cuando se comete en las primeras 24 horas de vida de un recién nacido como fue el caso de Nuevo Roces, se llama neonaticidio. Un embarazo no deseado es uno de los riesgos comunes del neonaticidio. Así se recoge en el artículo Filicidio, infanticidio y neonaticidio: estudio descriptivo de la situación en España entre 2000-2010 (Company & Pajón & Romo & Soria, 2015), que se publicó en el número 57 de la revista Criminalidad de la Policía Nacional y que es una de las pocas investigaciones que se han realizado en España sobre este tipo de crímenes tan poco habituales.
Otros riesgos comunes del neonaticidio, según recoge este estudio, son ser una mujer joven de estatus socioeconómico bajo, la ausencia de cuidados prenatales y la no existencia de una relación de pareja estable, que no es el caso puesto que Silvia A. M. vivía con su novio desde hace dos años en un piso de la calle en la que se encontró el cadáver del bebé. La relación con su novio, que también fue detenido en un principio y puesto en libertad aunque vinculado a la causa, se había iniciado hace siete años.
El estudio menciona también diversas investigaciones precedentes realizadas en otros países, basadas en crímenes similares cometidos en determinados periodos de tiempo, en las que algunos autores llegan a la conclusión de que la dinámica familiar es fundamental ante una conducta filicida. En este sentido, la literatura científica señala que es frecuente la existencia de psicopatías en quienes atentan contra la vida de sus hijos, aunque el trastorno mental no es la única causa.
Esa literatura científica también indica que el neonaticidio se presenta en contextos diferentes y, según algunos estudios, las agresoras suelen ser madres de edad joven. Hay estudios que llegan a la conclusión de que «la personalidad de estas jóvenes neonaticidas se caracteriza por la presencia de dificultades sociales y posibles rasgos de depresión. Asimismo es probable que vean su papel como madre amenazado por terceras personas o por la ausencia de habilidades maternas». También, según la literatura científica, «intentan evadir la estampa de la ilegitimidad de su embarazo, tienen personalidades inmaduras y se ven superadas por la maternidad».
2. ¿Cómo y por qué se oculta un embarazo?
Este tipo de crímenes no son comunes, pero hay varios precedentes incluso en España en los que las agresoras consiguieron ocultar sus nueve meses de embarazo a su entorno más cercano e incluso a las personas con las que convivían. El embarazo, como ya se ha mencionado, se podría haber ocultado por ser no deseado.
En el caso de Nuevo Roces, el padre del novio de la presunta agresora afirmó que ella había conseguido ocultar su estado incluso a su pareja aduciendo que tenía problemas y pérdidas. En base a estas declaraciones, nadie en la familia tenía conocimiento de su embarazo. Ni siquiera su novio. Nadie en su entorno sospechaba su presunta relación con el bebé que había aparecido muy cerca de su casa.
Silvia A. M., que no es de complexión delgada, solía vestir ropas holgadas. La literatura científica también dice que un neonaticidio es el crimen de un hijo «más difícil de prevenir debido a la naturaleza clandestina del embarazo, al mantenerse en secreto y evitar la búsqueda de apoyo por parte de las madres».
3. ¿Actuó sola?
El testimonio del suegro de la presunta asesina así lo apunta: su hijo no estaba en casa con ella cuando dio a luz y supuestamente cometió el crimen. Su horario de trabajo es de siete de la mañana a siete de la tarde. Además, las fuentes oficiales de la Policía Nacional no aportaron más datos sobre la autopsia del cadáver del recién nacido que el hecho de que presentaba diversas heridas cometidas con un objeto punzante. Hay que recordar, además, que el cadáver apareció en una mochila que había sido tirada al contenedor de basura, que llamó la atención de un vecino que estaba rebuscando durante la madrugada en los contenedores de la zona.
Es interesante mencionar también lo que dice la literatura científica respecto a las madres neonaticidas: en la mayoría de los casos «actúan solas habiendo vivido el embarazo en secreto» e «intentan ocultar su embarazo y los cadáveres depositándolos en la basura o en ríos, si bien algunas avisan a las autoridades». Y otro dato: la segunda conducta criminal más frecuente en los neonaticidios, según algunos estudios realizados en el extranjero, es el apuñalamiento. En el caso de los neonaticidios cometidos entre 2000 y 2010 en España fue la tercera conducta criminal.
4. ¿Cómo se vuelve a la rutina tras un crimen así?
Como señala la investigación publicada sobre los filicidios en España, este tipo de crímenes generan un fuerte rechazo en la sociedad. Hay personas que incluso muestran ese rechazo a través de las redes sociales, cuestionando por ejemplo cómo, tras cometer un crimen tan atroz, se puede volver a la rutina como si nada hubiera ocurrido y muestran sorpresa ante semejante sangre fría. Pero también en los estudios científicos que analizan estos crímenes se explica que «las mujeres neonaticidas jóvenes, tras dar a luz, tienen una pronta recuperación física y emocional que les permite continuar con sus actividades rutinarias».
5. ¿Cómo dio la Policía con la presunta autora?
El puzle parecía casi imposible de resolver. Se pidió colaboración ciudadana y se peinó el barrio de Nuevo Roces, así como clínicas y otros centros relacionados con los cuidados prenatales en la ciudad, en busca de pistas que ayudasen a la investigación. Pero también se tomaron muestras de todo lo que estaba dentro del contenedor en el que apareció el bebé y en el entorno, con métodos que la propia delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, calificaba esta semana de punteros, al estilo de la serie televisiva CSI. Y se pusieron todos los medios posibles para resolver cuanto antes un caso considerado de máxima prioridad que, finalmente, encajó a tan solo unos metros del contenedor.