Así es la Universidad Laboral, el edificio más grande de España
22 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.A las afueras de Gijón se levanta uno de los edificios más enigmáticos del Principado, así como el más grande de España. No es un palacio, pues su historia no es la de un cuento de hadas, ni la de una familia monárquica de la Edad Media que destinó sus esfuerzos en crear un hogar a la altura de su nobleza. Tampoco es una iglesia, aunque, si bien por su extensión, de 270.000 metros cuadrados podría ser una catedral. Es un monumento declarado Bien de Interés Cultural desde 2016, ni más ni menos que la Universidad Laboral, aunque actualmente se denominada la Ciudad de la Cultura. Se trata de la Universidad Laboral.
Motivos de su construcción
La idea de crear la Universidad Laboral surge en el año 1940 tras una fatídico accidente laboral (de ahí su nombre) en una mina de la cuenca del Caudal. Ante este suceso, José María Fernández «el Pontico», que trabajaba como minero industrial ideó la creación de un orfanato con la intención de ayudar a todos los huérfanos de la mina. Así comenzaron a construir esta monumental obra de arquitectura en 1946. Unas obras que finalizarían en 1956 de la mano del arquitecto madrileño Luis Moya Blanco. Durante el proceso de construcción, se descartó la idea del orfanato que había impulsado la obra en un primer momento.
Una arquitectura inspiradora
Una de los principales atractivos de la Universidad Laboral es su enorme fachada y su particular ubicación. Luis Moya Blanco, optó por colocar la entrada en el sentido contrario de la ciudad, es decir, que para acceder al interior del edificio hay que rodearlo para apreciar toda su grandiosidad. Exactamente igual que el Panteón de Atenas, del que tomó las inspiración. Otro de los aspectos arquitectónicos que más destacan es la torre, debido a sus dimensiones, acordes con el tamaño de la obra. Su altura es de 129,25 metros y de nuevo, el referente estético está inspirado en otras construcciones como el Faro de Alejandría, la Giralda de Sevilla o la torre de Hércules.
Una vez rodeado el edificio, una inmesa puerta nos descubre el atrio corintio, o lo que es lo mismo, un patio rectangular rodeado de columnas de granito. Esta está coronada con un escudo con águila, yugo, y flechas sostenido por dos ángeles, en alusión a los blasones y escudos que se encuentran en las fachadas de las casas y palacios renacentistas. Después, una segunda puerta, justo al otro lado del patio que lleva a uno aún más grande con soportales en los que se diseminan los distintos habitáculos de La Ciudad de la Cultura. 150 metros de largo y 50 de ancho, como si de una plaza mayor se tratase, pues, además de por sus medidas su función es idéntica a la de las plazas españolas, reunir los edificios más emblemáticos: la torre, la iglesia, el teatro, la dirección y las aulas en las que se producen las actividades lúdicas.
El edificio más grande de España alberga la iglesia más grande del mundo
Esta espectacular construcción alberga la iglesia más grande del mundo con esa forma. Su planta elíptica es de 807 metros cuadrados, dispuestos para acoger a mil alumnos. Su belleza hace que sea la más fotografiada del conjunto arquitectónico debido a sus adornos de estatuas y mosaicos junto con pequeñas pinturas. Su rica decoración exterior contrasta con la del interior, más sencilla y solemne que presenta un altar bajo baldaquino, presbiterio, arco triunfal, ambones, coro de cantores, nave amplia y galerías superiores.
Un teatro a la altura del Panteón
Después de la iglesia, el teatro es la construcción de mayor interés del conjunto. De nuevo los referentes inspiracionales del autor vuelven a estar muy presentes. La fachada está hecha según el modo helenístico con un cuerpo superior constituido por una columnata de orden corintio y el interior por columnas de orden toscano. El Panteón de Atenas toma el protagonismo otra vez, o en este caso las medidas, pues las del teatro son prácticamente las mismas. En el frontón central se puede observar un gran escudo de España de 7,80 metros de ancho y 5 de altura, obra de Manuel Laviada.
Su magnífica acústica se debe a su restauración, en la que se utilizó el sistema «Copenhage» que consiste en un método de ordenación de láminas de mandera dispuestas en canales verticales sobre fibras de vidrio que optimizan el sonido. Además fue el primer teatro climatizado de Europa, lo que hace que su aforo de 1.426 personas estén a gusto disfrutando de funciones y conciertos que siguen muy vigentes en el panorama cultural actual.