Marco Santurio, presidente del Comité de Árbitros de Asturias: «No hay un problema grave de agresiones, pero sí de violencia verbal»

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Imagen de un árbitro durante un encuentro.
Imagen de un árbitro durante un encuentro. Fernando Bizerra Jr | EFE

La Federación ofrecerá «asistencia jurídica» al colegiado agredido el pasado fin de semana en un partido de fútbol sala

01 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«El árbitro expulsó al jugador por insultarle, y en vez de retirarse fue a por el colegiado, lo empujó y lo tiró al suelo». Así relata Marco Santurio, presidente del Comité de Árbitros de Asturias, la agresión sufrida el pasado fin de semana por Carlos Manuel González-Posada. El impacto contra el suelo le provocó una rotura de cadera por la que tuvo que ser evacuado al Hospital de Jarrio, en primera instancia, y al Hospital San Agustín de Avilés después, para ser intervenido quirúrgicamente.

«Se presentó la Guardia Civil para tomar declaración al agresor y a los testigos», comenta Santurio, quien asegura que el árbitro se encuentra ya en proceso de recuperación tras haber recibido el alta médica la tarde del martes. «Anímicamente está bien, pero aún en cierto estado de shock», añade el Presidente del Comité. 

Según explica el dirigente del colectivo arbitral asturiano, el agresor se expone ahora a una sanción federativa tras haber sido expulsado ya del equipo en el que militaba, el Arenas de Manzaneda. «En función del informe médico y las lesiones del árbitro, se puede llegar a sancionar al jugador para siempre, es una falta muy grave», explica Santurio. 

En el plano de la justicia ordinaria, el colegiado presentará la denuncia ante la Guardia Civil y recibirá «asistencia jurídica» por parte de la Federación ante el previsible juicio. Santurio se muestra muy satisfecho con la decisión tomada por el club del agresor al tramitar su baja federativa de forma inmediata: «Se agradecen este tipo de reacciones porque no siempre es así, a veces se culpa al árbitro de la agresión».

Respecto a los episodios violentos que en ocasiones salpican el mundo del deporte, Santurio no cree que sea un problema alarmante: «Cada fin de semana tenemos 700 partidos en Asturias, más de 20.000 por temporada, y las agresiones se cuentan con los dedos de una mano». Sin embargo, sí considera que existe «un problema con la violencia verbal que sufren los colegiados, y que alcanza hasta los partidos de prebenjamines». 

Santurio muestra su malestar ante los insultos y vejaciones que reciben a menudo los árbitros, en ocasiones menores de edad. Para la protección especialmente de estos últimos, la Federación implementó la pasada campaña un protocolo de violencia verbal por el que los árbitros menores deben portar un brazalete especial y que ha endurecido las sanciones para unos comportamientos que deben mantenerse alejados de la práctica deportiva.