El entrenador de Argentina, que recibió duras críticas hasta de Maradona, dio un recital en el Mundial, con tres esquemas tácticos diferentes desde cuartos hasta la final
19 dic 2022 . Actualizado a las 16:56 h.« Scaloni es un gran muchacho, pero no puede ni dirigir ni el tráfico. ¡Cómo le vamos a dar la selección argentina a Scaloni! ¿Estamos todos locos?». Diego Armando Maradona pasó a la historia por ser uno de los mejores futbolistas, pero como vidente no se habría ganado la vida. El Pelusa no se mordió la lengua a la hora de calificar al que entonces, en el 2018, era el nuevo seleccionador argentino. «Scaloni dice que está preparado, pero nunca lo vi hacer un gol para Argentina. Con todo respeto, ¿eh? Como pibe, vamos a comer un asado, pero como director técnico y de la selección, no», apostillaba el mítico 10.
Lo de Maradona solo es un ejemplo. En medio del enfermizo fanatismo que siempre acompaña la Albiceleste, leyendas y periodistas se lanzaron a por Lionel. Más aún cuando en el 2019 Argentina perdió la final de la Copa América contra Brasil. Scaloni ni siquiera tuvo el respeto de sus compañeros de profesión. «Si dentro de un año está en la sub-20, yo me como un chancho crudo», dijo el excéltico Coudet, del que se desconoce a estas horas qué tal lleva la digestión.
Tres años de decisiones
Aunque comenzó como interino y sin saber muy bien cuánto iba a durar en el cargo, la Scaloneta (nombre con el que la hinchada se refiere a este equipo) se fue forjando a fuego lento y con decisiones que para nada resultaron populares. Nahuel Molina y Rodrigo de Paul fueron apuestas personales suyas. Como también supo tener la calma necesaria como para tener sin convocar a Messi durante seis partidos, tras el batacazo del Mundial 2018, para que el rosarino se fuese enchufando poco a poco. Al otro Lionel, el que luce la 10 de la Albiceleste, se le achacaba que no jugaba igual que lo hacía en el Barça y Scaloni ha sido el único seleccionador que ha sabido generar ese ecosistema necesario a su alrededor para que brille, incluso ahora que está en el ocaso de su carrera.
También fue polémica su decisión de darle los guantes al Dibu Martínez. «A mí y al Cuti (Romero) no nos conocía nadie. Tal vez alguien pensaba que era más inglés que argentino. Le doy las gracias a Lionel, gracias por apostar por mí cuando nadie me conocía», reconoció el arquero a ESPN hace dos meses. Scaloni creó su ejército y sus guerreros dieron la vida por él.
Incluso durante el Mundial dio un recital en la toma de decisiones. Fue inteligente para variar su plan sobre la marcha, dándole espacio a jóvenes como Enzo Fernández, Mac Allister y Julián Álvarez; y manejó la pizarra como nadie. Tres centrales contra Países Bajos en cuartos, un 1-4-4-2 ante Croacia en semifinales para fortalecer la medular y un 1-4-3-3 en la final con Di María como novedad y héroe. Nada mal le ha ido a este pibe que no valía ni para dirigir el tráfico.