El colombiano se reivindica y sale victorioso del Izoard y el Galibier
25 jul 2019 . Actualizado a las 20:29 h.El colombiano Nairo Quintana (Movistar) ganó en solitario la decimoctava etapa del Tour de Francia, la primera del tríptico de esta edición en los Alpes, el jueves en Valloire, en una gran jornada para los 'escarabajos', con Egan Bernal (Ineos) situándose en la segunda plaza de la general.
Tras sufrir en la parte final del Galibier y recuperar en el descenso final, el francés Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step) pudo mantener el maillot amarillo. «De amarillo a tres días de París, nunca lo imaginé, hay mucha expectación, pero intento que no me afecte todo lo que me rodea», señaló el número 1 en la clasificación de la UCI.
Quintana, que lanzó un ataque decisivo en el Galibier, logró así su tercera victoria de etapa en un Tour de Francia (las anteriores las logró en 2013 y 2018), superando en esta etapa de 208 kilómetros, que había comenzado en Embrun, al francés Romain Bardet (AG2R-La Mondiale) y al kazajo Alexey Lutsenko (Astana), segundo y tercero. «Hemos trabajado a conciencia y bien, hemos seguido adelante y no hemos dejado de insistir. Sabía que podía ser un buen día para mí», dijo Quintana nada más finalizar la etapa. «Estas montañas nos tratan muy bien, puedo respirar más limpio, sin alergia», añadió.
Actuación para el recuerdo Tras renunciar hace unos días a sus pretensiones en la general, Quintana demostró su categoría de estrella mundial con una actuación para el recuerdo, colándose en la escapada buena del día y guardando fuerzas para dar el hachazo definitivo en el último puerto.
«Era importante estar en la escapada. Nairo ha ido muy bien, y que suba en la general tácticamente nos viene muy bien para lo que queda», señaló su compañero Mikel Landa. Quintana le adelanta y es séptimo a 3:54 de Alaphilippe.
Bernal fue el otro gran nombre del día. El colombiano, de 22 años, hizo daño con su ataque en la parte final del Galibier y supo mantener la renta en el descenso, logrando una treintena de segundos con los otros 'gallos'. Ahora es segundo a 1:30 de Alaphilippe, mientras que su compañero Geraint Thomas es tercero a 1:35. «Todo puede pasar, creo que estoy ahí, aunque ganar el Tour es algo complicado», dijo Bernal. Rigoberto Urán, otra vez con los mejores, completó el gran día del ciclismo colombiano, consolidando su novena plaza, a 5:33 del líder.
Antes, tras casi 50 kilómetros disputados, se completó el gran movimiento de la jornada, una amplia escapada salpicada de nombres importantes sin aspiraciones en la general. Quintana, Bardet, Greg Van Avermaet, Sergio Henao e incluso el velocista argentino Maximiliano Richeze se fueron al frente en busca de gloria. Por detrás el Movistar guiaba pelotón, metiendo mucho ritmo, lo que en un principio parecía jugar en contra de Quintana si albergaba alguna esperanza de dar un salto enorme en la general. «Veíamos a algún hombre importante sufriendo», justificó luego Landa. «Luego paramos», añadió.
En el Col de Izoard, penúltimo del día, coronó en primera posición el italiano Damiano Caruso, al ganar en el esprint a Bardet, que se hizo con el maillot de lunares de líder de la montaña. Y por fin llegó el mítico Galibier, con sus interminables 19 kilometros y una cima a 2.642 metros. Tras el grupo de Quintana y Bardet, de once miembros, el pelotón de favoritos estaba a cinco minutos y medio.
A falta de siete kilómetros para coronar, Quintana se levantó de la bicicleta y asestó el ataque definitivo. Bardet salió a la caza del colombiano, que coronó la cima del Galibier con 1:43 sobre el francés. Por delante, 19 kilómetros de descenso, con lluvia en su parte final. Nada pudo frenar la resurrección de Quintana.
Otras tres cimas para el viernes El viernes tendrá lugar el segundo capítulo del tríptico alpino con una etapa entre Saint-Jean-de-Maurienne y Tignes. El pelotón habrá de afrontar tres subidas en la Haute-Maurienne, un valle expuesto al viento, que conduce a Iseran, con sus 2.770 metros. Los 12,9 kilómetros (al 7,5%) de su vertiente sur, han sido pocas veces visitados por el Tour, que ha pasado solo en siete ocasiones por su cima.
El descenso lleva sin transición al ascenso final de Tignes, duro sobre todo en su primera parte. Esta subida de 7,4 kilómetros al 7% concluye con dos kilómetros en ligero falso llano. «La dificultad es que a los pies, ya estamos a 1.800 metros», señaló Thibaut Pinot, el hombre más fuerte en los Pirineos. «Vamos a medir el efecto de la altitud en el organismo antes de las primeras rampas, estamos a mucha altitud», subrayó.
Tignes recibirá al Tour por segunda vez, doce años después de la victoria, a olvidar tras su escándalo de dopaje, del danés Michael Rasmussen, que pocos días después fue sancionado.