Los problemas se acumulan en el equipo catalán, con el expresidente Rosell en prisión incondicional por blanqueo y la sentencia del Supremo que confirma los 21 meses de cárcel a Messi por fraude fiscal
03 dic 2018 . Actualizado a las 17:51 h.A la espera de que mañana (21.30 horas, Telecinco) dispute la final de Copa y pueda endulzarlo, el cierre de temporada del Barcelona solo puede tildarse de nefasto. Ayer llegó la guinda: la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela decretó prisión incondicional para el expresidente Sandro Rosell, sospechoso de haber cobrado comisiones ilícitas de la venta de los derechos televisivos de la selección brasileña. Su delicada situación judicial se une a los asuntos pendientes de dos de los cracs azulgrana, Messi y Neymar, pero también a los procesos que han rodeado al sillón presidencial en los últimos años, pues Núñez ingresó en prisión, mientras Laporta y Bartomeu tienen casos abiertos.
Detenido el martes en Barcelona, Rosell declaró ayer ante la jueza por sospechas de presunto blanqueo de 15 millones de euros junto al expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, que no está acusado. Tras su declaración, Lamela decretó la «prisión provisional comunicada y sin fianza» para Rosell ante el riesgo de fuga, de destrucción de pruebas y de reiteración delictiva. Presidente del Barça entre el 2010 y el 2014, Rosell conoció al expresidente de la CBF cuando trabajaba como gerente de Nike en Brasil. Ambos dejaron sus cargos en medio de enredos judiciales.
Los problemas judiciales de Rosell toman el relevo de los de Messi, después de que el Supremo confirmase el pasado miércoles la condena a 21 meses de prisión y una multa de 2,09 millones de euros al delantero, la misma pena que le había impuesto la Audiencia Provincial de Barcelona por cometer tres delitos de fraude fiscal.
El crac argentino no es el único integrante del vestuario barcelonista con problemas judiciales. Se cerró el caso Neymar I después de que el Barça reconociese un delito de fraude fiscal en el fichaje del delantero y pagase una multa de 5,5 millones de euros, pero sigue pendiente de juicio el caso Neymar II, por el que se acusa a Rosell, Bartomeu y al propio futbolista de estafa y corrupción. Pero el cúmulo de escándalos en el Barça viene de antes.
José Luis Núñez fue condenado en el 2011 por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por el soborno a inspectores de Hacienda para que hicieran la vista gorda con sus empresas. Y a Laporta lo señala su relación con un magnate de Uzbekistán. El expresidente azulgrana fue demandado por un empresario que le reclamaba el 10 % de los beneficios de estos negocios y, aunque ganó el juicio, tuvo que admitir que su despacho había cobrado 10 millones de euros. Por su parte, a Bartomeu le salpica la petición por parte de la empresa DIS de ocho años de cárcel por estafa y corrupción también derivados de fichaje de Neymar.
La fundación del astro argentino, bajo la lupa por posibles irregularidades
A Messi se le acumulan los escándalos. El siguiente quebradero de cabeza que el crac del Barcelona puede sufrir procede de la Fundación Privada Leo Messi, encabezada por el futbolista, su padre, Jorge Horacio Messi, y su hermano Rodrigo. Según las memorias aportadas por la propia oenegé al Protectorado de Fundaciones de la Generalitat, hay numerosas lagunas.
La fundación se constituyó en el 2007 con el objetivo de la asistencia a niños con necesidades, pero no fue registrada en la Generalitat hasta el 2013, justo cuando se comenzaron a investigar los problemas de Messi con Hacienda. Así, se desconocen sus movimientos económicos durante los seis primeros años. Y en los posteriores las cuentas cuadran.
Entre las irregularidades, destapadas por ABC en su edición de ayer, destaca que la Fundación Privada Leo Messi cuenta con 6,6 millones de euros en los bancos: más de 5 millones en efectivo y más de un millón en inversiones a largo plazo. Este dinero figura como remanente de ejercicios anteriores y equivale a las ganancias de tres años. La ley establece que las oenegés deben invertir al menos el 70 % de sus ingresos.
Financiada por el Barça
Las fuentes de financiación de la fundación del crac argentino se reducen mayoritariamente al Fútbol Club Barcelona. Este dinero no paga impuestos, siempre que se destine a fines sociales. En el 2014, todos los ingresos de la oenegé de Messi (1,4 millones de euros) llegaron del equipo en el que juega. El argentino destinó a proyectos sociales 352.000 euros, entre ellos 75.000 para un programa contra la mortalidad infantil en África, pero gastó más en asesores (abogados, consultores, etcétera) y en el alquiler de la oficina, en el número 682 de la Avenida Diagonal de Barcelona: 439.414 euros.
Lionel Messi ocupa el cargo de vocal de su fundación. Las otras tres personas que la manejan son su hermano Rodrigo, presidente; el padre de ambos, Jorge Horacio Messi, también vocal; y Florencia Parisi, cuñada de Messi y esposa de Rodrigo, que ejerce como secretaria.