Los artistas llegaron al Palacio de Congresos y Exposiciones FIBES de Sevilla antes de la entrega de premios
12 feb 2023 . Actualizado a las 13:46 h.El 2022 ha sido el gran año del cine español. Y la edición número 37 de los Premios Goya se ha hecho eco del fenómeno. Como novedad, incluyó a cinco nominados por categoría en vez de los cuatro habituales. Esto, además de enriquecer la propuesta, hizo que más artistas se congregan a la entrada. Antes de la gala, los invitados desfilaron por la alfombra roja situada en el exterior del Palacio de Congresos y Exposiciones FIBES de Sevilla.
Uno de los looks más aclamados fue el de la presentadora, Clara Lago. La actriz llegó de negro, con un vestido-túnica transparente y de pronunciado escote firmado por Dior. Lo combinó con sandalias de Aquazzura y joyas de Bvlgari. Juana Acosta eligió un vestido con falda de tul transparente en rosa claro adornado en el pecho con una gran flor firmado por Giambattista Valli. Acompañó el estilismo de bailarina con joyas son de Cartier y unos zapatos de Martinelli.
Otra de las habituales en las alfombras rojas, Nieves Álvarez, llamó la atención con un vestido marrón y blanco que terminaba con un gran volante en la parte superior. La pareja formada por Macarena Gómez y Aldo Comas no pasó desapercibida. La actriz se decantó por un modelo de Teresa Helbig con capucha rosa y el artista apostó por un traje de Juan Avellaneda con una langosta pintada en la espalda.
La gallega Cristina Castaño, al estilo Hollywood clásico, lució un vestido de pedrería plateada con una gran apertura en la espalda. Remató el look con una redecilla en la cabeza y joyas voluptuosas. Eduardo Casanova fue otro de los protagonistas más aplaudidos. A diferencia del resto de hombres que pisaron la alfombra roja, decidió arriesgar —como es de costumbre en él— con un traje dos piezas en negro y escote barco. Lo acompañó con unos guantes de encaje y bonita joyería plateada.
Tonos multicolor y reivindicación
«El corto es cine» se ha podido leer en el superlazo del vestido amarillo flúor de Esther Noriega con el que ha posado Carmen Córdoba, mensaje que también ha reivindicado Alicia Núñez, nominada al mejor corto de animación. Paloma Peñarrubia Ruiz y Vanesa Benítez Zamora, nominadas a mejor canción por La vida chipén, no han acertado con su vestuario, al igual que Sara Sálamo, con un vestido de transparencias que no convenció.
De blanco inmaculado han llegado las representantes a mejor cortometraje de ficción, Cuerdas, mientras que Ana Álvarez ha lucido un diseño abullonado de De la Cierva y Nicolás en color chocolate y Alfonso Bassave ha hecho gala de su elegancia con un esmoquin de Lander Urquijo.
Penélope Cruz, nominada a mejor actriz protagonista por su papel en En los márgenes, llegó de las últimas a la alfombra roja. Pasadas las nueve de la noche y a falta de una hora para que comenzara la ceremonia, la actriz lució un vestido negro con mangas de encaje y escote barco. Con el cuerpo ajustado, la falda caía con vuelo y volumen hasta el suelo. Lo importante, no obstante, estaba en el maquillaje. Presumió de que el colorete que llevaba se lo había puesto su hija, Luna.
«Estoy más nerviosa por la nominación de mi hermano que por la mía. Le he visto trabajar tanto, que preferiría que se lo llevara él», aseguró en referencia a la nominación de su hermano pequeño, Eduardo, por haber compuesto la banda sonora de En los márgenes. «La película representa una realidad que está ahí. Sabemos que no vamos a cambiar el mundo, pero dejamos algo. No puede haber familias con niños sin techo, es una realidad muy dura», alegó en referencia a la temática que aborda Juan Diego Botto en su debut cinematográfico.
Los favoritos reivindican el cine español
Susi Sánchez, una de las grandes favoritas para llevarse el Goya a mejor actriz de reparto, apareció vestida de blanco y negro con un blusa anudada al cuello. «Está dando tantas alegrías que todo el equipo nos sentimos sobrepasados», dijo sobre su película, Cinco lobitos. Es, además, la vicepresidenta segunda de la Academia. Aseguró que, tras el fallecimiento de Saura, el guion de la gala ha tenido que rehacerse. En parte, como homenaje.
Albert Bosch, Jordi Pujol y Anna Otin describieron su año como «espectacular», como «una buena cacería» y con «gratitud». Los tres actores son protagonistas de Alcarràs. Ninguno es profesional ni había tenido contacto con el cine antes de que Carla Simón se cruzara en sus vidas. «Volvía de trabajar, de coger fruta, y vinieron los encargados del casting a preguntarme si me quería presentar», relató Bosch. La película recorre los días de una familia en el rural, en un campo de melocotones. Pujol también recuerda cómo llegó al papel, cuando estaba una manifestación por la agricultura y, de repente, comenzó a hablar con una de las seleccionadoras. Otin, siguiendo el proceso, coincidió con ella «en el gimnasio, después de una clase».
Para Carla Simón es su segunda ceremonia, después de su aclamado debut, Verano 1993. Admite el contenido simbólico que para ella tiene la gala, necesaria para «cerrar el círculo». Recuerda como el retrato de Saura en Cría Cuervos ha sido fundamental para la directora. Sobre todo, en su anterior cinta. En la gala, «a pensar todos en Carlos Saura».
«Pienso que el año de Las niñas fue con fue, pero lo viví de una manera muy tranquila», dijo a su llegada Pilar Palomero, directora de la nominada La maternal. Ángela Cervantes, su protagonista, que opta a llevarse la estatuilla como mejor actriz de reparto, afirmó estar igual de nerviosa. No obstante, ambas recalcaron la suerte que era competir por el premio en un año en el que el cine español había llegado a niveles tan altos.
«Hay una cosa muy bonita, que todos esos premios se puedan repartir entre las personas que se han dejado la piel», dijo Álvaro Morte (La casa de papel), haciendo referencia al aumento de nominados por categoría. Para él, ha sido un año imbatible para el cine español. «Es un año de tan buenas pelis, que estar aquí es una fiesta», indicó Pol López, actor de la nominada Suro. «Hace falta un cine con una mirada propia y auténtica», prosiguió en un alegato por el cine español. «Estar acompañada en la categoría con amigas como Ana Castillo es precioso de vivir», indicó Vicky Luengo, nominada a mejor actriz protagonista. La artista incidió en la importancia de que las mujeres —Carla Simón, Alauda Ruiz de Azua, Pilar Palomero, etc.—, lleven las riendas de la producción nacional.
Laura Galán, nominada a mejor actriz revelación por Cerdita, apareció vestida de negro. Con un vestido largo de lentejuelas y escote a la caja, recordó la temática de su largometraje, dirigido por Carlota Pedrera. «Nunca he sufrido bulling, por lo que meterse en esas carnes fue un túnel oscuro y horroroso. También, para eso está el cine». La cinta, producida como una película de terror, ha roto la barrera de que las mujeres no puede hacer género.