La artista italiana relata en un documental cómo hubiera sido su vida si no hubiese ganado el festival de San Remo y desvela la cara b del éxito
15 abr 2022 . Actualizado a las 09:29 h.A Laura te la imaginas como es. Cercana, cariñosa, extrovertida, generosa, muy creativa, soñadora y emocional. Es pura impulsividad. Y te gusta ver que cumple, e incluso supera, las expectativas al verla en acción. Porque se muestra imperfecta y eso se agradece siempre. Ella ha decidido mostrar su vida en Amazon Prime con Laura Pausini. Un placer conocerte. Pero también quiere enviar un mensaje. Si no hubiera ganado el festival de San Remo en 1993 y no hubiera sido famosa, ella habría sido feliz igualmente. Tenía muchos planes b. Se habría dedicado a la arquitectura o tendría un taller de cerámica. Habría tenido un hijo de nombre Marcello y viviría en su querido Solarolo, un pequeño pueblo del norte de Italia, a 40 kilómetros de Bolonia.
Pero la pasión por la música, que heredó de su padre, la llevó a convertirse aquella noche de 1993 en la mujer más famosa de Italia con apenas 18 años. Fue La Soledad quien le trajo la fama. Pero también reconoce en este documental que llegó a sentirse muy sola. Una soledad insoportable que fue muy evidente una noche del 2006. Durante una velada que tenía que ser mágica, al recibir un Grammy por Escucha. Pero cuando llegó a la habitación del hotel estaba sola, «en un agujero negro». El camarero decidió traerle una botella de champán para celebrar el premio, pero Laura no tenía con quién brindar, «ni a quién besar», dice en una entrevista en la revista YES de La Voz. Sintió la verdadera soledad. «Me di cuenta de que no había dado el valor suficiente a mi familia y a mis amigos», explica.
Cuando Laura comenzó a tocar el cielo con la música, fue cuando realmente se dio cuenta de la importancia de echar raíces. De valorar a los suyos. A su padre, que no puede ser más entrañable; a su madre, que es la más cerebral y práctica de la familia y que nunca quiso que su hija se dedicara a la música ni fuera famosa; a su novio-marido, Paolo Carta, a los hijos de él, que disfrutan de las veladas con su hermana pequeña; a Matti, que se fue con Laura para Milán cuando la fama cambió su vida y sigue formando parte de la familia; a las sincronettes, las amigas de Solarolo con las que a pesar de la distancia y los años siguen sincronizadas, a su hermana Silvia, a Andrea, a Franco... Este es su verdadero éxito. Por eso, lo exhibe orgullosa en este documental.
Pero, por encima de todo, está su hija. A Paola ya la quiso muchísimo antes de que llegara a su vida. Laura cuenta que llegó a pensar que no podía quedarse embarazada porque no se merecía tener más fortuna en la vida: «Sufría muchísimo. Pensaba que tenía tanta suerte en el trabajo que por eso no podía conseguir ser madre». Pero durante un concierto llegó el milagro. Laura sintió algo. Al día siguiente se hizo una prueba de embarazo y dio positivo. No se lo podía creer.
En este documental que te pellizca el alma, también hay palabras de recuerdo para Giuseppe, el gran amigo de Laura que se murió hace unos años. Y el sentimiento encontrado que tuvo esa misma noche en la que dejó de respirar. Laura tuvo un gran conflicto entre atender a su público o quedarse con su amigo mientras daba su último suspiro. Decidió lo primero. Y durante su actuación lo verbalizó. Supo que murió cuando ella iba de regreso a su casa.
Laura nos regala los grandes momentos de su vida. Y los más difíciles. Pero también hay cosas que se echan de menos en este documental.
¿QUIÉN ES MARCO?
Te quedas con las ganas de conocer a Marco, el hombre que inspiró la canción que la llevó a la fama. Cuenta en la misma entrevista de La Voz que estaba entre el público en la escena final en la que ella interpreta una canción de Whitney Houston, pero que era muy evidente presentarlo: «No lo hemos sacado porque era muy obvio. La Pausini hace una película y nos presenta a Marco». De él dice que siguen siendo muy buenos amigos y que fue su primer novio. «Fue la primera persona que me enseñó qué significa amar y también qué significa sufrir, porque me traicionó. Por supuesto, sabe que él es el de la canción. Y desde hace 29 años sigue diciéndome que no es cierto que me traicionó, pero yo le digo que sé con quién fue y que si quiere, le digo el nombre», confiesa en la entrevista. Pero esa traición fue la que le permitió ser quién es ahora. Y es consciente de que a él le han ofrecido mucho dinero por hablar y siempre se ha negado. Tampoco menciona a sus otras exparejas. Y te quedas con ganas de conocer esa parte de ella. Pero esa ausencia se llena con grandes momentos y recuerdos de la vida de esta gran artista. Y con el reconocimiento de quién es y será el gran amor de su vida, Paolo Carta. El padre de su hija y la persona que con solo mirarla, ella ya supo que era familia. El filme termina con Laura en la gala de los Óscar, nominada por Mejor Canción Original. No gana y a su padre se le nota la decepción. A Fabrizio te lo llevarías a casa. No puede inspirar más ternura. Pero ella sabe que ese fracaso es una gran lección para su hija. «Su madre ganó y perdió porque así es la vida». Y saca del bolsillo de su Valentino la varita mágica que le regaló su querido Giuseppe. Le acompaña en los momentos importantes. Él es su hado padrino.