Laura Pausini: «Marco sigue diciéndome que no me traicionó, pero yo sé con quién fue»

CULTURA

Estrena película sobre su vida en Prime Video y en lugar de tocar cielo, demuestra que ella es más de echar raíces. Una italiana con mucha morriña, que está deseando cantar en Galicia: «Me encantaría poder hacer uno, dos o tres conciertos ahí»

07 abr 2022 . Actualizado a las 08:57 h.

Diez minutos con Laura Pausini (Faenza, 1974) es como darle un trago a un buen vino Chianti, de la Toscana, y no poder seguir saboreando la copa. Te quedas con ganas de más. Pero el estreno mundial de su película Laura Pausini. Un placer conocerte el 7 de abril en Prime Video, ha creado tal expectación que la italiana realiza un auténtico maratón de entrevistas a medios de comunicación de todo el mundo. Y aun así, no pierde la sonrisa ni el buen humor. Aparece en la pantalla del ordenador, sentada sobre un sofá oscuro mientras se ve su nombre iluminado con luces de neón al fondo. Diez minutos es tiempo suficiente para ver que su espontaneidad y su frescura no son impostadas. Que sigue conviviendo con ella aquella niña ingenua y soñadora que vivía en Solarolo, un pequeño pueblo a 40 kilómetros de Bolonia, y que cantaba por las noches en el piano bar con su padre porque la música era su pasión. Laura Pausini hace un repaso por estos 29 años de carrera, pero también se hace una pregunta. ¿Qué habría sido de Laura si no hubiera ganado el festival de San Remo de 1993 con La soledad.  Para ella, la respuesta es evidente. No tendría fama, pero seguiría siendo feliz. Sería arquitecta o alfarera, tendría un hijo llamado Marcello y seguiría viviendo en su amado Solarolo, porque esta italiana de corazón sabe muy bien el significado de la palabra morriña. «Cada vez que no me siento bien, tengo que volver a casa», dice en la película. Un documental que te pellizca el alma por su sencillez y, a la vez, por la grandeza de esta italiana que tiene mucha verdad.

—¿Por qué haces una película sobre ti misma?

—Amazon Studios me preguntó en el 2018 si quería hacer un documental y durante dos años les dije que no, porque pienso que las personas que escuchan mi música o se acercan a ver cosas mías son personas que me siguen, que ya saben quién soy, tienen interés por mí. Y, sinceramente, no tengo muchas cosas escondidas que la gente no conozca aún. Entonces, les dije que no podía ofrecer un documental normal porque ya se sabía todo de mí. Pero justo antes de que Italia cerrara por la pandemia, en febrero del 2020 me volvieron a preguntar: «¿Has cambiado de idea? ¿Quieres hacer el documental?». Y les dije que dos días antes de ese encuentro había soñado algo y que me gustaría explicarlo. Les leí lo que había escrito en el teléfono una noche sobre lo que ahora podéis ver, que son las dos Lauras que viven en paralelo [la que ganó el festival de San Remo y la que sería si no lo hubiera ganado] y que en muchísimas cosas son idénticas.

—Es un regalo para tus padres, una enseñanza para tu hija, para ti, para tus fans....

—Quería hacer esta película un poco para mí porque son 29 años [de carrera] y me imagino en mi cabeza quién sería yo [si no hubiera ganado el festival de San Remo]. Afortunadamente, he podido concretarlo y revivirlo durante dos meses en las grabaciones. Yendo al lugar donde pienso que hubiese sido mi casa, con un hijo que creo que se llamaría Marcello... Todo lo que ves es lo que creo que sería. Y también lo hice por mi hija por que pudiera ver imágenes de mi carrera, de Laura, su mamá, la verdadera, y pudiese comprenderlo. Pero también por tantas personas que me siguen y porque en la vida sentirse realizado y feliz no es sinónimo de fama. Estoy convencida de que la fama es una consecuencia de mi destino, pero yo no he buscado la fama para ser feliz. Quizás era otra época. Pero hoy prácticamente todos los chicos que conozco están buscando ser famosos a través de redes sociales, incluso sin tener un talento. Parece que les estamos enseñando que ser conocidos es la meta para llegar a la felicidad.

—Entiendo que no estás nada de acuerdo...

—No, no lo creo. Puedes pensar que es fácil porque como soy famosa..., pero yo también me acuerdo de cómo era no ser famosa y mi carácter era igual. Por eso, se ven algunas escenas en las que canto en un concierto que se llama Amiche Per l'Abruzzo o en Sound of change live que son benéficos, mientras la otra Laura [la ficticia] ayuda a sus amigas a que no pierdan el restaurante. Porque los principios son los mismos. O como cuando se me ve cantando en el restaurante Destinazione paradiso, mientras la Laura famosa interpreta la misma canción en un estadio. Me gusta la idea de poder mostrar algo en lo que creo firmemente. Somos seres humanos y nacemos con capacidad de hacer muchas cosas. Y, a veces, nos olvidamos de eso, porque nos enseñan que la meta final es ser ricos, famosos y ya. Pero, ¿quién te dijo que sea así? Yo tengo un ejemplo muy importante [en el que fijarme], que es mi madre. Ella es maestra de italiano y no es famosa, nunca ha querido ser famosa y nunca ha querido que yo fuera famosa. Y todas las veces que la veo me doy cuenta de lo feliz que ella es así. Alguien que tú amas tanto y ver que se siente realizada, feliz, y que tiene todo lo contrario que se enseña a día de hoy, es un pilar en el que deberíamos fijarnos. Disculpa que hablo mucho... [se ríe].

«Me acuerdo de cómo era cuando no era famosa y mi carácter era igual»

—¿Qué fue de Marco? Toda España quiere saber qué pasó con él... ¿Lo has vuelto a ver? ¿Él sabe que esa canción iba dirigida a él?

—Bueno, Marco fue mi primer novio. Por eso le dediqué una canción tan importante. Fue, verdaderamente, una historia que me cambió la vida. La primera persona que me enseñó qué significa amar y también qué significa sufrir, porque me traicionó. Por supuesto, sabe que él es el de la canción. Y desde hace 29 años sigue diciéndome que no es cierto que me traicionó, pero yo le digo que sé con quién fue y que si quiere le digo el nombre [se ríe]. De hecho, acabamos de hablar de eso hace poco. Porque somos muy amigos. Además, estuvo en la grabación de algunas escenas. Cuando canto la canción de Whitney Houston [en el restaurante], él estaba ahí. No lo hemos sacado porque era muy obvio. La Pausini hace un filme sobre su carrera y finalmente presenta a Marco.

—Pues nos habría gustado conocerlo...

—¿Sabes? Admiro mucho que sea muy reservado y eso me gusta. Porque aunque le han ofrecido mucho dinero aquí en Italia para presentarse, nunca lo ha querido hacer. Y también me encanta que seamos tan amigos y cómplices de esta historia que los dos hemos vivido. Yo le digo siempre: «Gracias por traicionarme, porque si no, no estaría aquí haciendo una película o cantando en un estadio».

—Hay un momento en la película en que te dan un Grammy y dices que cuando llegas al hotel te sientes sola porque no tienes con quién compartirlo... ¿Te refieres al otro gran desengaño que has tenido en tu vida o es por otro motivo?

—No, eso fue en otra época. Yo no he tenido tantos novios, y los que he tenido me han durado bastante tiempo. Imagínate que ahora mi novio, que prácticamente es mi marido, llevo 17 años con él. Antes tuve una historia de cuatro años y antes, otra de diez. Estas personas fueron importantes en mi vida, incluimos a Marco. Cada uno me ha enseñado una cosa muy diferente. Sobre todo, que cuando se viven algunas cosas importantes en la vida, el premio verdadero es tener a alguien a tu lado que amas y te ama. Y yo, en aquel momento, no tenía a nadie que me hiciera sentir amada y al que pudiera dar amor. Recibes un premio tan importante y el presidente de Italia te organiza un reconocimiento nacional tan importante..., pero no tenía con quien besarme. Entendí que había dedicado demasiado tiempo a todo lo que era mi trabajo y no le había dado importancia a los valores más personales. No sabía cómo arreglarlo, porque mi trabajo me daba tanto amor..., pero siempre estaba lejos de todos, porque cada dos días cambiaba de país, nunca estaba quieta. Y encontrar una persona que te ama cuando tú nunca estás es muy difícil.

—Después de Raffaella Carrà eres la italiana más querida en España.

—Raffaella es un icono para todos y para mí también. Hablé con ella en el pasado sobre este asunto porque habíamos leído en alguna parte que me llamaban la Raffaella morena y ella decía que le encantaba que me llamaran así. Raffaella también nació en mi misma región, entonces teníamos muchísimas cosas en común. Obviamente, yo no tengo la capacidad que ella tenía de bailar porque era una artista completa. Y siempre fue supercariñosa conmigo, especialmente en los últimos diez años.

—Me refería a que eres muy querida en España.

—Sí, sí. Lo sé y lo agradezco muchísimo. Y agradezco mucho también la manera en que España ha honrado a Raffaella. Porque ha demostrado, disculpa que me emocione, un verdadero respeto por una persona que no ha nacido ahí, pero que España la ha considerado como si fuese suya. Y eso es muy bonito [se limpia una lágrima].

—¿Conoces Galicia?

—No la conozco muy bien.

—Pues tienes que venir.

—Por favor. No tengo gira este año, espero que el próximo. Y me encantaría que Galicia me invitara para hacer uno, dos o tres conciertos ahí porque me encantaría conocer más de mi España. Yo la siento mía. Y no conozco todo.