El chef asturiano advierte: «Va a ser una mezcla de crisis al unísono: la sanitaria, la económica y la humanitaria»
12 abr 2020 . Actualizado a las 19:41 h.José Andrés tiene clara cuál es su misión: «Que nadie pase hambre». El chef español, portada de la prestigiosa revista Time de este mes de abril, cree que la pandemia del COVID-19 nos enseña que igual que «no hay muro que detenga el virus, tampoco hay muro que detenga el hambre». Por eso, desde su ONG World Central Kitchen trabaja a destajo para cumplir con sus planes de dar comida hasta a 5 millones de personas diariamente si la crisis así lo requiere. Ahora mismo reparte por el mundo junto a socios locales más de 125.000 comidas diarias. Su objetivo es repartir sólo en España 40.000 diarias y tiene proyectos de contingencia a nivel internacional para ofrecer medio millón.
Y, si la cosa se pone muy fea, llegar a esos 5 millones. Para ello es capaz de instalar una cocina en medio de un devastado Haití o, como ahora en tiempos del coronavirus, en un campo de béisbol de Washington. «A fin de cuentas a mí lo que me importa es que nadie pase hambre, lo digo como ciudadano del mundo y creo que mucha gente compartirá esta simple idea. Porque el mundo está demasiado interconectado y funcionará mejor si no solo me va bien a mí, sino si también a todos los que me rodean», explica José Andrés en una entrevista con Efe, líder latino en EE.UU. muy alejado desde siempre de las tesis de inmigración y muros del presidente Donald Trump.
Desplegado en España
José Andrés lleva más de media vida en Estados Unidos, pero siempre tiene un ojo puesto en España. Con la crisis del coronavirus no ha dudado en poner toda la experiencia de su fundación en catástrofes y situaciones de emergencia para ayudar a los que ahora lo pasan mal en su tierra. Este fin de semana abre cocina en Cádiz, que se sumará a las que ya funcionan en Barcelona, Madrid, Sevilla, Huelva y Valencia, siempre con el apoyo de cocineros locales, uniéndolos a las iniciativas de bancos de alimentos, ONG locales o a servicios municipales.
«También tenemos una alianza muy buena con Correos o los Bomberos de Madrid, para llevar comidas casa a casa o a hoteles que alojen médicos», un despliegue para el que el cocinero asturiano cuenta «con la indudable ayuda de chefs españoles, solidarios como ninguno». Pero como buen empresario que es, José Andrés también sabe contar con el sector privado, obtener el apoyo de grandes y pequeñas empresas, y se muestra entusiasmado con las últimas colaboraciones de la cadena hotelera NH o de la distribuidora alimentaria Makro.
Preocupado por Latinoamérica
«Hay una emergencia sanitaria que debe ser nuestra prioridad número uno, luego hay la crisis económica, que debe tener una solución cuando acabe la sanitaria. Pero luego vendrá a la vez una crisis humanitaria porque los países más pobres del mundo van a sufrir muchísimo», alerta José Andrés, a quien preocupa muchos países de América Latina y de África, sin olvidar los 40 millones de personas -muchas de ellas latinas- que en Estados Unidos tienen problemas de alimentación. «A mí me preocupa España, me preocupa América, me preocupa la comunidad latina en España, en Estados Unidos y me preocupa toda Latinoamérica. Yo creo que vamos a ver momentos duros, que va a ser una mezcla de crisis al unísono, la sanitaria, la económica y la humanitaria todo a la vez», advierte.
«En lugares como Haití y otros de Latinoamérica -vaticina- vamos a ver a la gente más necesitada y de pocos recursos... que en algún momento puede estallar en algún lugar». José Andrés, que procura siempre ser optimista, asegura que la pandemia también es una «oportunidad» para que el mundo se dé cuenta de que «vamos a necesitar a ese mundo rural, que es muy importante y que parece que cada día son más pobres; nos hemos de preocupar de que ese mundo sea próspero porque lo vamos a necesitar en el futuro». «Mucha gente que trabaja en el campo son inmigrantes, muchos de ellos son indocumentados en Estados Unidos. Nos pasa lo mismo en España (...) No puede ser que nuestras sociedades funcionen a costa de usar a esa gente, mal pagar a esa gente, utilizar indocumentados y luego no reconocerlos. Yo espero que esto lo aprendamos», reflexiona.
«¿Portada del Time? Ni la he visto en papel»
«Que un cocinero salga en un lugar tan icónico como la revista Time… Pues si te lo pones a pensar no tienen ningún sentido, pero así están los tiempos», reflexiona José Andrés, que no ha tenido tiempo de ver físicamente la publicación ni de leer el reportaje sobre él de una cabecera que lo considera una de las cien personas más influyentes del mundo. Sobre todo le parece sorprendente esa notoriedad para un cocinero si no es por tener el mejor restaurante del mundo, que espera «tenerlo algún día», apunta José Andrés, quien en todo caso sí valora que esta historia se la podrá contar en el futuro a sus nietos. Pero para él lo más importante es que esa privilegiada portada pone en valor su profesión, «le da importancia a la alimentación, que es inmigración, economía, hambre, problema social, oportunidad, inversión, negocio, turismo, ciencia, cultura....es absolutamente todo, incluso es seguridad nacional».
Un empresario comprometido
José Andrés no es solo un cocinero, es un empresario de éxito. Pero como todos está sufriendo las duras condiciones de la pandemia, que ha destrozado la restauración. Él tiene 16 restaurantes de propiedad en EE.UU. más algunos otros a medias con hoteles. Los empleados directos de su empresa, los que llevan sus establecimientos, son más de 1.600 y a todos ellos les ha pagado el sueldo durante cinco semanas, además de los beneficios sociales, es decir, el seguro médico, algo muy importante en un país donde la asistencia sanitaria pública es casi inexistente.
«Yo fui de los primeros en cerrar y convertir mis restaurantes en comedores sociales. Nosotros como compañía hemos hecho un esfuerzo como Dios manda, pero no todos pueden», apunta el chef español, quien cree que con esta crisis la gente se dará cuenta «de lo importante que son los restaurantes», porque emplean «a mucha gente». «Somos una de las industrias que más empleamos, que más riqueza redistribuye, porque de cada euro o dólar que se gasta en un restaurante más del 90 % se reparte a cada rincón de la economía local....Sin restaurantes, América y España vamos a ser mucho más pobres», avisa.