La cuenta real y la parodia del movimiento contra la oficialidad en Twitter compiten en la extravagancia de sus argumentos
07 nov 2017 . Actualizado a las 17:14 h.También internet tiene sus leyes. Una de ellas, la Ley de Poe, (no relacionada con el escritor gótico del siglo XIX) establece que «en la ausencia de un guiño o indicación que lo aclare, es difícil o imposible distinguir entre una postura ideológica extrema y la parodia de esa misma postura cuando se argumenta en foros de internet». Ocurre que en las últimas semanas, después de que el último congreso de la Federación Socialista Asturiana aprobara una enmienda para dar respaldo futuro a la oficialidad de la llingua, y con los círculos más conservadores de la capital encendidos por el anuncio del gobierno municipal de reconocer la toponomia tradicional de Uviéu, se creó en redes sociales, pero singularmente en Twitter una cuenta del «Movimiento social contra la cooficialidad del bable y en defensa de la libertad lingüística» a la que siguió el nacimiento casi instantáneo de la parodia Contra la Oficialidad. Pero, ¿es posible distinguirlas?
Fue el propio concejal del PP y exalcalde Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, quien sugirió que por el camino de la demanda de la oficialidad de la lengua asturiana se podría terminar en el independentismo unilateral y calificó al actual alcalde. Wenceslao López de «Puigdemont asturiano». La cuenta parodia sugiere que con la enseñanza reglada de la llingua los alumnos podrían terminar luchando por el estado islámico.
Pero la cuenta real en contra de la oficialidad siempre adelanta a los chistes de quien quisiera parodiarla. Por una lado equipara la normalización gramatical y ortográfica del asturiano a la creación del monstruo de Frankenstein.
También cree que la enseñanza en las aulas es una ejercicio de «ingeniería social»
E, incluso, además de la Ley de Poe, logra cumplei la Ley de Godwin, otra norma de internet que establece que «a medida que una discusión en línea se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se mencione a Hitler o a los nazis tiende a uno».
Todo en menos de una semana de existencia. Llama «batasunos» a los defensores del asturiano, equipara la labor de la Academia de la Llingua a la de un laboratorio, e incluso enlaza un mapa de la extensión del dialecto asturleonés del latín como un ejemplo de «imperialismo».
La cuenta parodia ha tratado de hacer analogías entre la defensa del asturiano y la campaña de Hazte Oír contra los niños transexuales.
Y preguntarse en tono jocoso si acaso alguna vez alguien dijo «perrín» en Asturias.
Pero la cuenta real del movimiento contra la oficialidad esgrime como argumento que pudieran llegar a imponerse obligatoriamente la «enseñanza de bailes regionales»
Es insuperable.