El que fuera presidente de la Mutualidad relata en el documento, incluido en el sumario del «Caso Hulla», cómo hizo dimitir a Ricardo López Estébanez y a Alfredo Álvarez Espina al disponer de pruebas de que cobraban comisiones
02 jul 2018 . Actualizado a las 09:57 h.Entre los miles y miles de folios que componen el sumario del conocido como «Caso Hulla» hay un documento especialmente revelador al que ha tenido acceso La Voz de Asturias. Se trata de un manuscrito firmado por el propio José Antonio Postigo y plagado de faltas de ortografía y errores gramaticales en el que se declara conocedor de ilegalidades acaecidas en la dirección del Montepío de la Minería anteriores a 2002. El que fuera después presidente de la Mutualidad, concretamente entre 2006 y 2014, relata cómo hizo dimitir en ese verano de 2002 a Ricardo López Estébanez, entonces presidente del Montepío, y a Alfredo Álvarez Espina al disponer de «vídeos donde aparecen estos dos haciendo negocios donde esigian pagos, cenas y comidas…» (sic). Al parecer, esos folios manuscritos habrían sido encontrados durante el registro del chalet que Postigo tiene en Mayorga, Valladolid. Están descritos como una especie de memorias, para justificar sus movimientos y para proteger a José Ángel Fernández Villa y a su familia, según él mismo detalla.
Folio a folio
El manuscrito, difícil de seguir en ocasiones precisamente por esas faltas de ortografía, tiene dos fechas diferentes. Empieza el 1 de julio de 2002 con el relato de que cuando se entera «de que Ricardo y Espina y otros están forrándose en el Montepío inlegalmente pido que me den pruebas y sino que se callen pues de cuentos estoy arto» (sic). José Antonio Postigo explica que le contestan «que hay pruebas» y que le ponen como condición «que jamas puedo descubrirlo pues si no se beria obligado a desmentir cosas y destruir pruebas. Tenia que darle garantia que eso se respetaria le di mi palabra que seria asi pasase lo que pasase» (sic). Según continúa, le aportan esas pruebas, tantas que en una frase señala: «Tendría que escribir un libro para ponerlo todo». A partir de ahí, cuenta que el segundo paso que da es dirigirse a Espina «que al principio niega pero con las pruebas tan evidentes canta como un lorito» (sic), que se dirige «a otros los cuales se ponen muy nerviosos y eso me faborece las posiciones»(sic), y que «Ricardo niega pero cuando le ablo que los otros ya reconocieron y va haber careo se viene a bajo» (sic). «No me hizo casi nada para pillarlos», escribe también Postigo.
El manuscrito continúa con fecha 9 de julio de 2002 y pone como lugar de referencia el Hotel Aitana (Madrid). Esta hoja comienza señalando que a las 12 horas había quedado «en el Cuzco con el presidente del Montepio para que se Fuera o si no presentaria Todo lo que Tengo se presenta con su mujer a lo cual me negue» (sic). Según relata unas líneas después «Fue Totalmente bochornoso» (sic). Lo siguiente que escribe Postigo en un nuevo párrafo es que se vieron y que les propuso dos alternativas. Lo cuenta en estos términos: «A las 13 horas nos bimos los Tres en mi HoTel para buscar solucion les dije que solo habia dos soluciones: 1) presentarme en el juzgado y puesto que no lo habia hecho hera solo por una razon que hera el sindicato, la Institucion pero sobre Todo que no se convirtiera Todo como el caso Campelo pues no me Fio de ninguno y que si ocurria algo yo personalmente me hacia responsable de Todo para no mezclar a otras personas puesto que no sabian nada y hera yo solo el que estaba al Frente de lo que habian hecho Ricardo y Espina» (sic). La segunda solución que les propone es que dimitan de manera inmediata. Así lo exprensa: «Que me entreguen la dimisión cada uno de puño y letra y que pusiera la causa que quisier pero no me serbia el alargarlo pues podian hacer mucho daño» (sic).
Las dos dimisiones
Parece surtir efecto: «Espina en el mismo Hotel en un Folio blanco me hace entrega de la Dimision suya y que yo le ponga la Fecha», aparece en manuscrito. Sin embargo, el otro implicado intenta ganar tiempo y quiere hablar con su mujer antes de dar ningún paso. Pero Postigo reconoce que le presiona: «Ricardo se hace de rogar mucho que Tenia que consult a la mujer que que garantia Tenia que dimitiendo yo no siguiera con el tema le dije que ninguna que solo hera mi palabra y que hiciera lo que quisier pero que yo no estaba allí negociando si no dandole la oportunidad que no se merecia y lo tomaba o lo dejaba pero si lo dejaba que entrarian en escena otros que el sabia que estan como ellos» (sic). Esa táctica de Postigo, sigue diciendo en el manuscrito, surte efecto: «Al final me dio su dimisión Tambien a mano en un Folio donde la fecha que me pidió hera el 2 de Agosto de 2002» (sic).
Efectivamente en el sumario de la «Operación Hulla», con un paginación anterior al manuscrito de José Antonio Postigo, aparecen dos páginas, la primera con la dimisión de Ricardo López Estébanez y una segunda con la renuncia, en teoría de Alfredo Álvarez Espina, que aunque está firmada no especifica su nombre. Ambas hojas ponen como fecha de la firma el 2 de agosto de 2002, aunque en el pie de las mismas se indica «9/7/02 Hotel AITANA» coincidiendo la letra de escritura de esta ubicación con la puesta por Postigo en su manuscrito.
Ese documento escrito por el que a partir de 2006 sería el presidente del Montepío de la Minería continúa diciendo, tras la explicación de las dimisiones de Estébanez y Espina, que aún tendrían que hacerlas oficinales y que las hojas firmadas son una mera estrategia para que no se vuelvan atrás: «Es simplemente porque no me Fio de vosotros que hagáis alguna cosa rara y si eso es asin yo utilizaria las dimisiones y Todo lo que Tengo contra ellos» (sic).
Por qué lo escribe
Esa especie de memorias no contienen ni siquiera todos los detalles. Postigo lo explica: «Todo esto que describo es muy resumido de las conbersaciones pues mi unico objetivo es solucio- lo mejor que se y que no le siga teniendo pagar siempre los platos rotos al mismo pues siempre utilizan su nombre sin que esta person sepa nunca nada y no quiero que bajo nungun concesto nadie empañe su nombre porque no lo merece y Tdo lo que somos se lo debemos a el, que el lo a dado Todo por los demás y nunca se lo agradece nadie si no Todo lo contrario lo culpan de Todo lo malo sin saverlo el» (sic). Esto se corresponde al penúltimo párrafo y parece estar restando responsabilidad a un superior y apunta su jefe de entonces José Ángel Fernández Villa.
El escrito concluye con un párrafo más explícito. No querría que la información que conoce saliera a la luz para evitar que su familia, amigos y, sobre todo, Villa lo pasen mal por ello: «Yo espero que esto nunca se tenga que leer pues si se lee es que yo he muerto y no quiero que nadie de mi Familia o mis amigos lo pasen mal pero particularmente para Jose Angel que me perdone si no lo e hecho bien pero solo lo ago asin para que nadie nunca le pueda decir nada pues para mi es muy difícil que por primera vez le oculto algo pero es mejor que no sepa nada yo asumo esa responsavilidad porque creo que para mi es un honor hacerlo asin con Todos los riesgos pero no me Importa porque creo en unas Ideas que nunca nadie me va hacer cambiar» (sic). Así concluye el manuscrito que en la parte de abajo y a la derecha firma Postigo.
Las hojas siguientes a este manuscrito en el sumario, en tanto que tienen una paginación correlativa, son una enumeración que comienza con un «IMPORTANTE M. M. Asturiana» sobre las teóricas pruebas que le habían facilitado a Postigo. En esos folios se hace referencia en cinco apartados a vídeos y grabaciones en diferentes lugares y fechas y una breve descripción de lo que contienen. En la primera, a modo de ejemplo, se cita a dos personas que en una entidad bancaria guardan «en un Bolsa Dinero 82 mill» (sic).