El Vetusta le dedica el ascenso a su capitán: la historia de Nacho Estrada, más de una década en el Real Oviedo
AZUL CARBAYÓN
El centrocampista del Real Oviedo y uno de los líderes del vestuario del filial azul lleva tres meses sin jugar debido a una infección que le obligó a pasar por quirófano y que le tuvo más de una semana ingresado
15 abr 2025 . Actualizado a las 10:54 h.El domingo, cuando el champagne ya era el protagonista absoluto sobre el césped del Carlos Tartiere, la plantilla del Real Oviedo Vetusta se unió para elevar al cielo a un chaval tímido y que celebraba con ellos vestido con su chándal azul. Era Nacho Estrada (Oviedo, 2004), capitán de este histórico Vetusta y que, tras más de una década en El Requexón, acaba de vivir los tres meses más difíciles de su vida. Durante el curso el filial hubo varias lesiones importantes -Adri Fernández, Pelayo García, Castri o Sidi-, pero la del '8' fue la más complicada. Y todo empezó con un simple golpe entrenando.
Un pinchazo que lo cambió todo
Primeras semanas de enero. El Vetusta de Roberto Aguirre entrenaba en el campo nº2 de El Requexón y Nacho Estrada, centrocampista del filial azul, sufrió un golpe en la rodilla. El típico choque rodilla con rodilla que te deja KO unos minutos pero que luego te permite continuar, vamos. El capitán del Vetusta siguió entrenando, pero el dolor no se fue. «Seguí entrenando, pero el dolor estaba ahí y tuve que parar. Aunque no estaba bien, en los siguientes días volví a entrenar y en una de esas se me hinchó la rodilla. Paré otra semana y no me bajaba la inflamación, así que me pincharon para drenar la rodilla y sacar el líquido», cuenta Nacho Estrada a LA VOZ DE ASTURIAS.
Ese pinchazo lo cambió todo. Era un 18 de febrero. «Desgraciadamente, en ese pinchazo se me infectó la rodilla y a los dos días me subió la fiebre. Fui a Urgencias y allí ya decidieron que me tenían que operar ese mismo día», explica el capitán del Vetusta. El sábado le pincharon por primera vez, el domingo una segunda y el martes estaba en Urgencias. Nacho Estrada tuvo que ser operado y estuvo ingresado una semana. Después, dos semanas de reposo absoluto en casa y un mes de antibióticos. La avería era importante. Estando ingresado, por ejemplo, recibió la visita de su excompañero y amigo Lucas Laso, ahora en el Numancia. No fue hasta hace semana y media cuando el canterano quitó las muletas y pudo acudir al Lealtad-Vetusta que se jugó en Villaviciosa.
«Hay que ir poco a poco, porque no es una lesión común y hay que ver cómo responde la rodilla. De momento va bien, pero ya me dijeron que con esto de las infecciones hay que tener mucho cuidado. Hasta después de salir de quirófano, cuando me dijeron que todo salió bien, me avisaron de que había que ser precavido. Ha sido una incertidumbre constante», narra Nacho Estrada.

«Si hablamos de talento individual, es de los mejores que he visto siempre en el fútbol asturiano»
Los que empiezan ahora a seguir a la cantera del Real Oviedo en general o al Vetusta en particular no lo conocerán, pero hablar de Nacho Estrada es hablar de uno de los futbolistas más talentosos que han pasado por El Requexón en los últimos 20 años. El ovetense llegó a la casa oviedista en su segundo año benjamín, pero los técnicos que trabajan día a día en el fútbol asturiano ya lo conocían cuando el balón era más grande que él. Uno de esos técnicos era Álex Díaz, ahora miembro de la secretaría técnica del Real Oviedo.
«Entrenaba al prebenjamín A del Astur y Nacho era minibenjamín, tenía solo 5 añinos y no estaba ni federado. Al segundo entrenamiento que le vi con los prebenjamines de primer año, pedí que viniese a entrenar con nosotros y Nachín no quería, era muy tímido. No fui capaz de que viniese, hasta que jugamos un torneo en mayo de cara a la temporada siguiente y ahí ya dio el visto bueno», cuenta Álex Díaz a LA VOZ DE ASTURIAS. El ovetense, que mantiene con el futbolista una relación especial ya que son más de diez años a su lado, habla de Nacho y las anécdotas fluyen una detrás de otra.
«Era un escándalo. Le llegaba el balón a la altura de las rodillas y todo el mundo alucinaba», explica el entrenador carbayón. Para poner en contexto a la gente, situémonos en 2011. El San Félix de Lugones organizaba un importante torneo de prebenjamines y el Astur de Álex Díaz participaba junto a los mejores equipos de Asturias. Nacho Estrada, de primer año, ya daba exhibiciones en cada partido y ese Astur llegó a la final ante el Real Oviedo. El joven ovetense iba a ser elegido mejor jugador del torneo, mientras que el pichichi iba a ser Álex Oyón, ahora jugador del primer equipo del Sporting y por entonces canterano del Roces. De un año más que Nacho Estrada, recuerden, sumaba cuatro goles más que el ahora capitán del Vetusta.
Álex Díaz avisó. «Les dije que ojo con el premio a máximo goleador, que todavía quedaba la final. Los organizadores me dijeron que era imposible que un guaje le metiese cinco goles al Oviedo», narra el técnico. Hizo bien en avisar, ya que el Astur ganó 7-1 al Real Oviedo y Nacho Estrada metió cinco goles. Dos años después, el ovetense fichó por el Real Oviedo para liderar a la generación del 2004 en su campeonato de España benjamín.

El ascenso, desde otro prisma
La historia de Álex Díaz y Nacho Estrada no acabó en ese Astur prebenjamín, ya que años después el primero fichó por el Oviedo para dirigir a esa generación en alevines. El equipo estaba formado y fue quemando etapas hasta llegar al Vetusta -Nacho se asentó en el filial de la mano de un Jaime Álvarez que siempre le cuidó- e incluso el primer equipo. Yayo, Mario Fuente, Charbel, Osky, Marco Suárez, Carlos Ballestero, Mario Sánchez... Son muchos los nombres, pero los únicos que siguen en la casa son Nico Pereira -que está firmando un gran final de temporada tras unos años marcados por las lesiones- y el propio Nacho Estrada.
«Cuando estás fuera tratas de sumar de la forma que sea, porque quieres seguir formando parte del equipo. He estado implicado todos estos meses y me siento muy querido y valorado en el vestuario. No lo vives todo al 100%, claro, pero disfruté igualmente del ascenso. El domingo fue un día muy feliz», explica el capitán del Vetusta. Cuando le mantearon sus compañeros, Nacho solo escuchaba al médico gritar «cuidado, cuidado con la rodilla». Estudiante de fisioterapia, Nacho Estrada solo ha podido jugar 8 partidos en la presente temporada, ya que nada más comenzar la liga sufrió una lesión muscular en su cuádriceps. «Estaba en mi mejor momento físico, pero golpeando el balón me rompí el cuádriceps. Eso me mató. Cuando volví pues claro, no es fácil entrar en un equipo que empieza a ganar y a ir rodado», comenta.

Centrocampista zurdo, de puro talento, este curso le tocó junto a Iván González liderar un equipo que bebía de muchas fuentes. Cinco fichajes foráneos y experimentados, siendo Diego Tejón el único asturiano, los que ya estaban en el descenso del curso anterior y esa generación del 2005 tan loca como explosiva que llegaba desde juveniles. «Cuando ganamos tantos partidos en el primer tramo de la segunda vuelta sabíamos que el tema ya estaba. Si no perdíamos en esos duelos directos ya lo teníamos y encima los ganamos. No esperábamos ser tan superiores, pero se dio así. Alcanzamos un punto en el que íbamos a los partidos sabiendo que íbamos a ganar», narra Nacho Estrada.
¿Y ahora qué? «A ver si para la temporada que viene puedo estar bien, el objetivo es llegar para la pretemporada o por ahí. Espero tener la confianza del club para renovar y así poder recuperarme bien en casa. Si todo se da bien, ojalá disfrutar del año que viene en Segunda RFEF», concluye Nacho Estrada. Canterano del Real Oviedo, capitán del Vetusta y, no lo olviden, «uno de los grandes talentos del fútbol asturiano de los últimos diez años». Eso sí, él nunca lo reconocerá.