Lo que no depende del resultado: contracrónica del ascenso perdido del Real Oviedo

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Un aficionado del Oviedo sujeta una bengala a la llegada del autobús del equipo al Tartiere
Un aficionado del Oviedo sujeta una bengala a la llegada del autobús del equipo al Tartiere Real Oviedo

24 jun 2024 . Actualizado a las 22:13 h.

«Estoy yendo en el coche y ya estoy llorando como un niño pequeño». Eran las 16:28 cuando Javi Moreno, canterano del Real Oviedo, excapitán del Vetusta y ahora en el Arenteiro, me enviaba dicho mensaje. No había podido ir a Barcelona y se estaba perdiendo lo que se estaba viviendo en la previa de Cornellá, pero daba igual. Para eso están los vídeos. En Cornellá sí estaban Josín o Emilio Morilla, también canteranos y también excapitanes del Vetusta. Y Diego Cervero y Esteban, leyendas del Real Oviedo. Y Adrián López -uno de los canteranos más ilustres de la historia de El Requexón- o Mossa, historia de los derbis. Antonio Rivas, aquel que dirigió la nave cuando casi no había nave que dirigir, y Carlos Muñoz Cobo, el ídolo de todos que apenas podía caminar por la plaza. Ocho oviedistas más, exactamente iguales que los más de mil que los acompañaban.

Todo lo que se ha generado en el último mes se hizo fuerte -más fuerte todavía- en la Plaça de la Sardana de Cornellá. Si uno caminaba por la plaza y rascaba de forma individual sí encontraba los nervios y la tensión propios de una final por el ascenso, pero como colectivo todo era alegría. Alegría e ilusión por volver, que puede parecer que es lo mismo que ascender, pero no. Eso lo sabe el oviedismo. Podía ser o no el día, pero como para no pensar lo primero después de todo lo vivido estas semanas. 

Nacho Blanco, oviedista que vive en China y que se metió horas y horas de avión para estar en Barcelona y volver al país asiático este mismo lunes, no paraba de abrazarse con todo el mundo. «¿Sabes lo más bonito de todo? Que la mayoría son caras conocidas. De muchos no me sé ni el nombre, pero los conozco de haber compartido grada con ellos en Arteixo, Caravaca o Zamora», decía. Las caras de siempre. La juventud que llega fuerte y ha visto poca gloria y los que disfrutaron de Primera para luego salvar un club cuyo destino lógico era la extinción. Los guiños del '#ProudOfYou' hechos persona en la figura que nunca falla de Sid Lowe, y en la de Spencer Owen, que no quiso perderse un momento que per se ya era histórico. Todo se llevó a la máxima expresión en este último mes y alcanzó su cima emocional en una plaza de Cornellá. 

Durante los partidos pasan cosas que, dependiendo del resultado, se pueden utilizar de una forma u otra. Pueden ser hazañas épicas si se gana y tonterías sin trascendencia si se pierde. El caso es apuntarlas y luego ya se verá. Colombatto ganó el primer duelo del centro del campo a Keidi Bare y se tiró el suelo para conservar el balón. Leo Román jugó en corto con sus centrales hasta en cuatro ocasiones mientras Braithwaite presionaba como un salvaje y la afición del Espanyol se mostraba muchísimo más nerviosa que el propio portero del Real Oviedo. Estas dos acciones, en caso de ascenso, igual hubiesen servido para explicar el empate o triunfo final. Pero no, se perdió, así que se van al cajón del olvido para no volver nunca.

Lo que no depende del resultado final son las lágrimas en la grada visitante de Nacho Estrada, canterano azul y jugador del Vetusta que viajó a Barcelona junto a su familia. Tampoco depende del resultado final las lágrimas de Yayo, canterano azul, capitán del Vetusta y casi miembro del primer equipo que, tras ver el partido con los no convocados, bajaba las escaleras de la grada dirección al vestuario, desconsolado y sin saber muy dónde estaba ni quién era. Del resultado final no depende todo lo vivido en el oviedismo en este último mes. Igual para conseguir el ansiado ascenso había que pasar por esto. O no, y esta era la mejor oportunidad de los próximos años. Nadie lo sabe. Lo que todos sabemos es que el oviedismo necesitaba estas semanas, aunque no lo supiese. 

El partido fue malo, pero no es un lunes este para analizar nada. Este es un lunes para llorar, pasar el duelo y pensar en el martes. A ver si llega pronto.