Borja Bastón, capitán del Real Oviedo: «Este derbi puede decidir mucho de cara al futuro»

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Real Oviedo

La Voz de Asturias entrevista al delantero oviedista horas antes de disputar el sábado su sexto derbi ante el Sporting

07 feb 2024 . Actualizado a las 08:54 h.

Dos temporadas y media, 102 partidos oficiales y 39 goles después, Borja Bastón (Madrid, 1992) afrontará este sábado su sexto derbi asturiano. El capitán del Real Oviedo, que suma siete tantos y es el tercer jugador de campo -solo superado por Abel Bretones y Dani Calvo- con más minutos de la plantilla azul en el presente curso, habla con LA VOZ DE ASTURIAS sobre su rol en el Oviedo de Carrión, las críticas y su trayectoria ya centenaria en la entidad oviedista. Y sobre los derbis claro: ya ha jugado cinco y no ha perdido ninguno, con dos triunfos y tres empates.

—Llegan al derbi tras empatar en casa ante el Eldense.

—Lógicamente no era el resultado que queríamos, porque una victoria hubiese supuesto entrar en playoff y seguir con la buena dinámica de victorias en casa. Hay que valorar también que el equipo, tras no estar a su nivel en el primer tiempo, tras el descanso si lo dio todo para conseguir los tres puntos. Se generó runrún en el Tartiere y hubo muchos acercamientos, pero todo se complica cuando hay tanta gente en el área. Sumamos y seguimos metidos en la lucha.

—¿Qué le pareció el penalti?

—Yo es que estoy acostumbrado a estar todo el día en esas batallas con los defensas. Hay agarrones por todos lados y un día te lo pitan y otro no, pero creo que el del domingo era claro. Le gané la posición y estaba por delante, con todo a favor para poder rematar. Dumic me agarra del hombro y me acaba arrollando. Era bastante claro, pero como el árbitro no lo pitó, hay que esperar al VAR, tardan unos minutos y al final no sabes lo que puede pasar.

—Desde el primer segundo cogió el balón, y eso que en el campo había compañeros que ya marcaron este curso desde los once metros.

—Estaba tranquilo, la verdad. Para los penaltis hay una lista y el primero soy yo. Paulino y Colombatto como dices ya los habían tirado, pero yo no estaba en el campo en ese momento. Estaba tranquilo y esperando a que el árbitro señalase el penalti, relajándome. En esos momentos ya solo piensas en intentar meterlo.

—¿Necesitaba ese gol?

—Lógicamente un delantero siempre quiere meter gol y aportar. Lo último lo intentamos hacer de muchas maneras que son menos vistosas y elogiables por la gente, pero también es aportar. El gol, claro está, era muy importante para el partido.

—Cazorla acarició el 2-1…

—Esa falta… En cuanto el árbitro la pitó me puse como un loco, le dije a Santi que la iba a meter. Igual estaba un poco lejos y no era el sitio más apropiado, pero es que tiene tanta calidad que sabes que la puede meter perfectamente. Y era el día, necesitábamos un gol y sería el primero suyo. Una pena que diese en el larguero.

—Más allá de todo lo que significa, a veces uno se olvida de lo que todavía puede aportar Cazorla.

—Qué te voy a decir. Santi, estando parado en una baldosa, te mueve el equipo de un lado a otro. Todos los pases son precisos, cambios de orientación al pie, controles que le permiten no perder un segundo, te encuentra entre líneas y recibes en ventaja… Nos aporta muchísimo en ese tipo de partidos. Tú a Santi le ves entrenar y vamos. Lo da todo, trabaja, se tira al suelo, es competitivo… Su calidad jamás se pondrá en duda, pero es que además tiene un hambre tremenda y es de admirar porque ya lo ha conseguido todo. Eso nos contagia al resto también.

—Volvamos a usted. ¿Está siendo el Bastón más diferente desde que llegó a Oviedo?

—Pues bueno… Entiendo perfectamente que a los delanteros se les juzgue por los goles, es normal. Soy delantero y llevo toda mi vida siendo delantero, sé que se vive de eso. Pero también sé que hay que aportar mucho más. Recuerdo mi temporada en el Leganés, que jugué mucho y metí solo cinco goles. Y yo considero que hice buen año porque aporté al equipo en muchas facetas.

—¿Y en qué facetas está aportando ahora en el Oviedo?

—Goles, descargas, abrir espacios para los compañeros… Cuando juegas solo arriba estás muy referenciado por los dos centrales rivales, a veces hasta por tres. Ahí tu trabajo también tiene mucho que ver con hacer partícipe a los compañeros de segunda línea. Son cosas que a lo mejor no se valoran, pero el que lo tiene que ver es el míster y parece que lo está viendo. Dicho todo esto, hay que intentar meter goles porque vivo de ello.

—¿Está siendo para sus compañeros de ataque lo que Obeng fue para usted en la 21/22?

—Pues no lo sé, la verdad. Samu (Obeng) hacía un trabajo muy bueno, a mí me venía muy bien jugar con un delantero como él y ya no porque fuese Samu. Cualquier delantero que fije a los centrales y haga que las marcas se repartan ya te ayuda mucho, te da más libertad. Contra el Leganés, por ejemplo, jugué ante tres centrales. Te fija uno y cualquier desmarque que puedas tirar a cualquiera de los lados está vigilado por los otros centrales. Ahí el trabajo se centra en llamar la atención para que los Sebas, Masca o Paulino aprovechen el espacio.

—Viendo lo que tiene alrededor... ¿cree que lleva pocos goles?

Llevo siete goles. Me gustaría llevar más, pero tampoco creo que sea una cifra mala. El equipo está ganando y si no marco yo marca Sebas, Alemao, Masca o Paulino. Eso es bueno, porque estamos sumando muchos en dicha faceta. En la 21/22 con el Cuco, por ejemplo, yo metí muchos, pero la segunda línea no metió tantos. El caso es que el equipo marque.

—¿Le duele o le dolió estar discutido?

—A ver, ya lo dije en su momento, yo intento no leer ni ver nada. Intento abstraerme de todo y estar bien para ayudar al equipo. Lógicamente, cuando me preguntáis tantas veces por esto es que hay críticas o dudas en el exterior, seguramente sea así, pero a mí solo me queda seguir trabajando. Creo que he demostrado todo aquí en Oviedo, nadie me puede reprochar nada en el aspecto de intentar hacerlo bien y ayudar al equipo siempre que puedo. También te digo, tan mal no lo estaré haciendo cuando estoy jugando bastante y el equipo está arriba. [risas]

—Luis Carrión.

—No lo conocía personalmente, aunque sí sabía de su trabajo por coincidir contra sus equipos. Antes de que llegase me habían hablado muy bien de él en lo futbolístico y también en lo personal, pero ha superado todas mis expectativas. Es súper cercano y aterrizó en Oviedo con unas ganas increíbles y una mentalidad ganadora tremenda. Eso no es fácil en un club así y nos lo ha transmitido desde el principio. El equipo estaba bastante tocado anímicamente y el primer día nos dice que esta plantilla era para estar arriba e intentar hacer algo bonito. Estábamos con tres puntos y Carrión nos decía que había venido a Oviedo para ascender, así que imagina lo que llamó la atención.

—¿Se esperaban que el cambio para mejor fuese tan rápido?

—Es que era complicado, porque veníamos de un estilo que es radicalmente opuesto a lo de ahora. El míster llegó un miércoles, dos días antes de jugar ante el Valladolid, y en el primer entrenamiento ya propuso lo de ahora aquella mañana. Lo empezamos a hacer y claro, eso parecía un suicidio. Todo el mundo quería jugar desde atrás y en el mismo entrenamiento se veían goles que vamos. Pasó un día, pasó otro, perdimos contra el Valladolid pero creo que ya dimos un pequeño paso hacia delante, y luego ya ante el Eldense todo se vio reforzado. Hemos ido a muerte con él y, encima, también nos ha dado resultados.

—Esta es su sexta semana de derbi asturiano.

—Cada derbi es diferente. Lógicamente, el primero es el primero y lo vives todo a la expectativa, a ver qué pasa y a ver qué me encuentro. Fue pronto, además, en la jornada 9 o así. Poco a poco te cuentan y vas sabiendo todo lo que representa para la gente este partido. Este derbi del sábado, con los dos equipos luchando por meterse arriba, creo que puede ser un partido que decidir mucho de cara al futuro. Queda mucha liga, pero lo creo de verdad y ojalá caiga de nuestro lado.

—¿Qué se juegue en febrero y no en abril o mayo puede hacer que haya menos presión y se vea un partido más abierto?

—Pf, no. No sé qué partido saldrá, pero al final creo que tanto la posición en la que vayan los equipos como la fecha en la que se jueguen no afecta porque esto no deja de ser un derbi. Juegas con una intensidad y una presión añadida, es diferente a todo lo demás. Es muy especial.

—Ahora es capitán y uno de los veteranos. ¿Recuerda cómo vivió los días previos a su primer derbi?

—De aquel primer derbi recuerdo mucho a Ziganda, fíjate. Flipaba con cómo se tomaba la semana del derbi, lo vivía de una forma especial y era capaz de transmitírtelo. Luego veías a los de la casa, que se les ve en los ojos las ganas de ganar. Son gente de aquí, que su vida está en Oviedo y tienen familia y amigos que son del Oviedo, eso se nota mucho. Me lo transmitieron en mi primer derbi y ahora, que ya llevo unos cuantos, esto lo sientes tuyo y quieres ganar por encima de todo. Con las mismas ganas que uno de la casa, vamos.

—¿Ya se ve capaz de inculcarle a los nuevos lo que significa esto tanto como los canternos?

—A ver, tanto no. Eso se lleva dentro también y los Jimmy, Lucas o Viti lo tienen dentro. Es diferente, pero sí estoy preparado para inculcar algo al resto. Los nuevos llegan y de lo primero que te preguntan es que cómo es el derbi. Es así. Todo llama la atención porque es muy diferente a lo que han podido vivir, es el ambiente que todo futbolista quiere vivir.

—¿Cuánto cambia jugar un derbi como visitante?

—No sé qué decirte. En casa tienes a tu gente, pero fuera a mí el ambiente hostil también me motiva. Te hace sacar cosas de ti que en otros escenarios son inimaginables.

—Se habla mucho del recibimiento cuando juegan en Oviedo. ¿Cómo viven el de Gijón?

—La verdad es que chillamos más los que estamos dentro del autobús que los que están fuera [risas]. Nos escuchamos a nosotros pegando voces y dando golpes a los cristales, es un momento de adrenalina tremendo. Ahí ya te metes en el partido y sabes a lo que te vas a enfrentar. El trayecto por la carretera es tranquilo, pero cuando te acercas al estadio ya empiezas a ver a la gente… y eso está bien.

—Usted ya ha jugado dos derbis en El Molinón.

—El primero es el primero. Nosotros llegábamos en una racha muy buena, no quedaban demasiadas jornadas y luchábamos por meternos en el playoff. Encima estuve metido en la jugada del gol, así que el recuerdo es mejor todavía. Fue una victoria muy importante, también por cómo había ido la semana. Al de la temporada pasada nosotros llegamos bien, pero sí que es verdad que estábamos lejos del objetivo. Y ellos bueno, podían meterse en problemas, pero la situación no era urgente. Yo venía de lesión y sabía que no iba a ser titular, así que lo viví más desde la banda.

—Hace unas semanas se convirtió en centenario con el Real Oviedo.

—Cumplir 100 partidos fue muy especial, así lo sentí. Llevo mucho tiempo en el fútbol, pero es que al haber pertenecido a un club grande (Atlético de Madrid) nunca estuve más de un año en el mismo equipo. Pasé de casi no tener arraigo por las ciudades o los equipos a lo que vivo ahora en Oviedo. Siento esto como si fuese mi casa, y también di el paso de quedarme cuando pude irme. En su día lo hice porque creía que se podía hacer algo grande y ojalá sea así.

—¿Qué vestuario se encontró en 2021 y cómo es ahora?

—Desde que llegué me sorprendió la cercanía y el buen rollo que se desprendía, de verdad. En las buenas y en las malas, que nos ha tocado vivirlas varias veces. Eso que vi al llegar en 2021 es lo que hemos intentado transmitir en los años siguientes, mantener el vestuario unido pasase lo que pasase. Creo que lo hemos logrado y es una de las claves de que el Oviedo siempre salga a flote.

—En esto del brazalete siempre ha ido de la mano con Jimmy.

Cuando salí capitán me sorprendió, eh. Al final llevaba tiempo en esto del fútbol e intentas transmitir y ayudar con tu experiencia, pero lo hice aquí y lo hubiese hecho en cualquier lado. En la 22/23 salí capitán junto con Jimmy y fue un orgullo. Jimmy me sorprendió desde el primer día. No se le puede recriminar nada y de esos futbolistas no hay tantos. Se deja todo, ya en los entrenamientos, juega bien, está unos meses en el banquillo y cuando lo vuelven a poner vuelve a jugar bien. Le ponemos ejemplo siempre que podemos. No es una persona que hable mucho y llame la atención por eso, pero lo que dice lo dice con mucha sensatez y siempre dispuesto a ayudar.  

—La última. En julio dijo que le sorprendió Álex Millán, ¿cómo ha visto su recuperación?

—Ha sido increíble, la verdad. Ha tenido una recuperación muy buena. Es un tío trabajador, luchador y nos ha apoyado durante toda la temporada. Desde el principio de Liga ha viajado con nosotros, siempre ha querido estar cerca. En pretemporada me sorprendió porque no lo tenía muy controlado, creo que nos puede aportar mucho. Ahora tiene que ganar ritmo y eso lleva un tiempo, pero ojalá pueda aportar en este final de temporada. Todos estamos muy contentos y le tenemos cariño en muy poco tiempo, lo ha pasado mal y se merece disfrutar.