El defensa, nuevo futbolista del Arenteiro, repasa para La Voz de Asturias sus últimos años como jugador azul: «siempre intenté dar lo mejor de mí para ayudar al equipo»
06 jul 2023 . Actualizado a las 15:17 h.En la playa, con sus amigos y disfrutando de un día de verano, así se enteró Javi Moreno (Oviedo, 2000) de su vuelta al Real Oviedo. Su agente le llamó, le dijo que el club azul estaba interesado y el central no dudó: daba igual que otros filiales del fútbol español hubiesen puesto sus ojos en él o que otros equipos de Primera RFEF estuviesen atentos a su situación, la decisión ya estaba tomada. Verano de 2021.
Partida... y regreso a casa
Dos años antes, la situación fue bien distinta. Javi Moreno, en El Requexón desde benjamines y casi siempre luciendo el brazalete de capitán, finalizaba su etapa de juveniles y se enfrentaba al filtro más importante de cualquier cantera del fútbol profesional. Fue entonces cuando el Real Oviedo optó por la cesión. «Lo recuerdo triste, porque había jugado todo en División de Honor y la idea del club era subir al Vetusta», comenta Moreno a LA VOZ DE ASTURIAS. El Oviedo le ofreció ir al Praviano... y apareció el Llanes. «Era un equipo fuerte de Tercera y decidí desvincularme», añade el ovetense.
Javi Moreno puso rumbo al oriente asturiano y allí estuvo a las órdenes de Luis Arturo, extécnico del Vetusta. El zaguero fue titular desde el primer día en Tercera y cuajó dos grandes temporadas en su debut como futbolista sénior. «Fue, sin duda alguna, una de mis mejores experiencias en el fútbol. Supe cómo funcionaba un vestuario y aprendí muchísimo», recuerda el futbolista.
De vuelta al verano de 2021, poco antes de que a Javi Moreno le sonase el móvil mientras estaba en la playa con sus amigos, en los despachos del Carlos Tartiere se llevó a cabo una reestructuración del Vetusta tras el descenso del filial a Segunda RFEF. Protagonismo para los jugadores formados en El Requexón, regreso de los canteranos que estaban en Tercera -Javi Moreno entre ellos-, fichajes de jóvenes asturianos como René y ascenso de los juveniles más prometedores. Así se forjó el Vetusta que acabaría dirigiendo Jaime Álvarez.
Otra vez el Oviedo, otra vez capitán
«Debo ser la única persona del fútbol asturiano que se enfadó con él durante un partido», así empieza Javi Moreno cuando se le pregunta por su relación con su técnico de las dos últimas temporadas, Jaime Álvarez. El central conoció al entrenador durante un Covadonga-Llanes y de ese pisotón y posterior rifirrafe -del que se acordaba Jaime- pasaron a ser entrenador y jugador. O entrenador y capitán, bueno.
El filial oviedista, que arrancó la temporada con ilusión y una plantilla joven y muy oviedista, sorprendió a todo el fútbol asturiano. El Vetusta lideró la Tercera desde el principio y la diferencia con el segundo llegó a ser de más de diez puntos. «Yo no tenía dudas. Teníamos un bloque bueno, se hicieron buenos fichajes y tenía esperanzas de que saliese buen año, aunque igual no tan buen año. De las primas de ascenso no hablamos hasta que quedaban pocas semanas para acabar la Liga», explica Moreno.
Un debut soñado
Entre medias, allá por diciembre de 2021, Javi Moreno vivió el momento con el que todo canterano sueña cuando pone un pie en El Requexón. El Oviedo jugaba el viernes de Nochevieja ante la Ponferradina, el Cuco Ziganda tenía muchas bajas debido al coronavirus y le faltaba un lateral derecho. Moreno, que no había entrenado con el primer equipo casi nada en los meses anteriores, fue llamado a filas. «No contaba con debutar, para mí entrar en la convocatoria era un sueño, pero según avanzaba la semana y veía lo que había me fue entrando el gusanillo», recuerda el ovetense.
«¿Qué pasa si te pongo el viernes?», preguntó Ziganda. «Que sería la persona más feliz del mundo, míster», respondió Javi Moreno. Un día antes del partido, concentrados en el hotel, el Cuco le confirmó que iba a ser titular. «Se lo dije a mis padres, a un amigo, apagué el móvil y me puse a jugar a la Nintendo Switch con Javi Cueto», recuerda el defensa. Moreno fue titular, jugó una primera parte más que buena y cumplió con uno de los sueños de su vida. «Lo intento recordar y lo veo todo difuso, el orgullo era tremendo. Era lo que buscaba desde pequeño, incluso antes de entrar en el Oviedo con 8 años», finaliza Javi Moreno.
El ascenso, las lesiones y los últimos meses
El brazalete y la personalidad salió a relucir en las últimas semanas de esa 21/22. El vestuario del filial estaba tocado tras una serie de desgracias personales que golpearon de lleno a varios jugadores de la plantilla, los azules perdieron una ventaja de 11 puntos quedando y encaraban la última jornada de Liga sacándole un solo punto al Sporting B. «Los que éramos un poco más mayores teníamos la conciencia tranquila y sabíamos que aprovecharíamos la oportunidad, pero si a alguien le debemos el levantar aquel vestuario y darnos ánimos es a Andrés Vallina, nuestro segundo míster», explica Javi Moreno.
El Vetusta ascendió a la épica, con un gol de René en el descuento que sirvió para ganar al Colunga y ante un Tartiere entregado a sus guajes. En esta última 22/23, con un Vetusta igual de joven y con un par de retoques, el equipo sufrió al principio. El juego ahí estaba y los partidos se competían, pero los resultados no llegaban. A partir de diciembre todo cambió. «La temporada anterior afrontamos situaciones difíciles y el equipo maduró, eso nos sirvió en Segunda RFEF. La dinámica era mala, pero había que transmitir calma porque la imagen era buena», comenta el futbolista ovetense.
Si el pubis castigó a Moreno en la 21/22, el tobillo fue el encargado de hacerlo en la 22/23. Javi estuvo casi cuatro meses de baja -desde finales de noviembre a principios de marzo-, empujó desde fuera y regresó para intentar colar al Vetusta en el playoff de ascenso. Quién sabe si, las lesiones le hubiesen respetado, ahora pudiese tener un hueco junto a Lucas Ahijado en el primer equipo. «Me he comido mucho la cabeza con estas lesiones, pero el fútbol es así. Lo pasé mal, pero siempre intenté dar lo mejor de mí para ayudar al equipo», finaliza Moreno.
El ya futbolista del Arenteiro -recién ascendido a Primera RFEF- afirma que es fundamental que se siga confiando en «un cuerpo técnico del que no se puede dudar», le desea la mayor de las suertes a sus compañeros y encara esta nueva etapa de su vida y carrera: «es momento de dar un paso adelante e intentar buscarse la vida en este mundo del fútbol. Estoy muy ilusionado». Palabra de capitán del Real Oviedo.