Ziganda: «Los jugadores de un solo perfil están pasados de moda»

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

José Ángel Ziganda, en El Requexón
José Ángel Ziganda, en El Requexón Tomás Mugueta

Finalizada la primera vuelta en Segunda División, La Voz de Asturias entrevista al técnico del Real Oviedo

23 dic 2021 . Actualizado a las 12:34 h.

No es José Ángel Ziganda (Larraintzar, Navarra; 1966) un entrenador muy dado a dar entrevistas. El Cuco se maneja bien en sala de prensa, pero más allá de esos obligatorios encuentros semanales con los medios, su lugar está en el césped. Concretamente, y desde hace ya casi dos años, en el de El Requexón. Ahí, ordenando, exigiendo y ensayando sobre el rectángulo de juego, puede estar horas. Por eso hay que aprovechar este momento de análisis sosegado al término de la primera vuelta en Segunda División. LA VOZ DE ASTURIAS charla con el técnico del Real Oviedo sobre el trabajo realizado desde el verano, los nombres propios de la temporada y lo que todavía puede mejorar el equipo azul. 

—¿Cuánto se parece el Oviedo actual al Oviedo que imaginó cuando empezó la pretemporada?

—Hay cosas de las que estamos muy contentos por cómo se está comportando el equipo y luego otras que son mejorables. Nos gustaría darle una continuidad a las cosas buenas que hemos hecho, que es lo más difícil de todo. Defensivamente somos un equipo bastante bueno, al menos hasta ahora.

—¿Y en fase ofensiva?

—En algunos partidos hemos sido capaces de hacer un fútbol hasta atractivo, y en casi todos hemos sido muy firmes en la manera de comportarnos, tanto en los malos momentos como en los buenos. Hay cosas a mejorar, evidentemente. En algunos momentos nos ha faltado cierto fútbol y tener el control del juego. Eso nos ha costado, pero nada que sea ajeno a lo que es el día a día de un equipo de Segunda División y a la primera vuelta que hemos visto.

—Siempre se habla de los problemas del Oviedo en el ataque posicional, ¿es algo común en esta Segunda División?

—Sin duda, es algo general. Y no solo en esta categoría, en todas. Hay equipos que, por plantilla, se manejan bien en partidos espesos y trabados y aprovechan momentos muy puntuales de sus jugadores, pero el resto tenemos dificultades importantes a la hora de desmontar una defensa de diez jugadores fuertes y bien preparados tácticamente. Las mismas dificultades que planteamos nosotros al rival cuando no tenemos la pelota son con las que nos encontramos después a la hora de atacar.

—Novenos, 29 puntos y a dos del playoff, ¿cómo valora esta primera vuelta?

—No le doy más vueltas a si pudiésemos llevar más puntos o no, le damos vueltas a si somos capaces de mejorar el equipo y podemos darle una continuidad a esas cosas buenas que tenemos. En eso pensamos. Tenemos una plantilla concreta y venimos jugando de una forma determinada, aunque tenemos otras opciones que podemos y vamos a explorar. A partir ahí, dependiendo del partido y de los momentos de forma de cada futbolista, hay que seguir interiorizando la idea, dar una productividad a ese juego y, claro, ganar partidos.

—¿Se puede ser optimista con este Oviedo?

—Optimistas sí e ilusión toda la del mundo porque vemos que, en el fondo, somos un equipo muy ordenado, comprometido y duros en casi todos los contextos posibles. Si partiendo de ahí somos capaces de evolucionar y sacar otras cosas buenas que tenemos… por qué no ilusionarnos.

—¿Cuáles son los partidos que más rabia le han dado de esta primera vuelta?

—Tengo marcados esos encuentros del Carlos Tartiere en los que íbamos por delante y no fuimos capaces de sacarlo: Lugo, Sporting, Las Palmas, Girona… Alguno se te puede escapar, siempre pasa, pero sí que esos partidos siempre salen a la palestra cuando estoy de tertulia con el cuerpo técnico.

—El Oviedo arrancará la segunda vuelta jugando contra los cuatro primeros clasificados.

—Es bastante curioso, sí. Hace poco decía que los objetivos finales se pelean en los ocho o diez últimos partidos de Liga y no cambio mi opinión. Eso sí, somos conscientes de que este mes de enero va a ser muy importante. A ver si somos capaces de no desengancharnos. Son rivales muy fuertes y tendremos que hacer muy bien las cosas para sacar puntos. También te digo, cuando volvamos de vacaciones y comencemos a entrenar el domingo solo habrá una palabra: Ponferradina. Hay que centrarse en un único objetivo y es ese, luego ya veremos por qué somos capaces de pelear. Somos optimistas y trabajaremos con ilusión para pelear por algo que estimula a todo el oviedismo.

—En pretemporada trabajó un 4-3-3, comenzó la Liga así y luego cambió al 4-4-2, ¿por qué?

—Es un poco de todo. Primero por disposición de plantilla, porque entre unas cosas y otras hemos estado muy justos en el centro del campo. Y por rendimiento de jugadores, claro: Obeng empezó muy bien la temporada y luego llegó Borja Bastón, probamos con los dos y vimos que funcionaba más o menos bien la mezcla. Nos da cosas y nos quita otras, pero en esa suma/resta nos sentimos fuertes. Ahora, con la incorporación de Luismi y esperemos que pronto la de Javi Mier, vamos a explorar otras vías de las que creo que podemos sacar cosas. Veremos cuánto de eficaces podemos ser jugando con un delantero referencia y tres en el centro del campo.

—¿Esta apuesta por el centro del campo de tres jugadores tiene como fin último recuperar a Luismi?

—No, es independiente al momento de Luismi. El día de Valladolid se juntó el rival que era con que por semana ya vimos mejor a Luismi. Y que Jimmy y Brugman están muy bien, claro. Coincidió un poco todo. Era un buen partido para probar. Luismi, como se pudo ver, ya está para jugar en el esquema que sea, ha evolucionado respecto al último mes.

—Brugman y Jimmy pasaron a ser interiores, ¿qué les dice por semana?

—Son jugadores que se pueden adaptar esa posición y que entienden el juego. Dentro del juego posicional tienen que manejar la fase defensiva y creo que lo están interiorizando muy bien. En fase ofensiva perdemos a un jugador como Obeng que es muy incómodo para el rival y siempre carga el área, así que los interiores tienen que manejar los pasillos. Uno u otro tienen que compensar y en Zorrilla, por ejemplo, fueron capaces de dar profundidad y llegar en el momento justo.

—¿Se imaginaba que Brugman iba a ser este futbolista?

—Lo conocía, pero no en profundidad. Cuando salió el nombre como opción enseguida me puse a verlo y pensé que a ver si teníamos la suerte de traerlo. Se había ido Tejera y un futbolista como Brugman, con ese pie, ese poso y esos fundamentos nos podía dar mucho. Y ahí está. Tiene muchísima calidad, llega al área y nos da pausa. Está haciendo una gran primera vuelta y esperemos que siga yendo a más en la segunda.

—La otra pieza es Jimmy, ¿cómo le ve en el rol de capitán?

—Tengo la sensación de que ha aceptado ese papel y lo lleva con gusto. Es una de esas personas que demuestra haciendo, no es de dar la nota públicamente o de alzar mucha la voz, aunque tiene la suficiente personalidad y sensatez para hablar de temas serios con una madurez impropia para la edad que tiene. Es un chico sereno, formado y con saber estar. La capitanía de Jimmy se demuestra en el campo, con ese ese picar piedra, siempre estando en todos los sitios para dar una ayuda o una cobertura. Siempre a expensas de lo que necesita el compañero, principalmente porque entiende el juego y luego no se guarda un esfuerzo con tal de ayudar al compañero.

—¿Y en el vestuario?

—Fuera del campo es igual. Cuando en años anteriores pasó por momentos difíciles nunca alzó la voz ni bajó los brazos, siempre sumó. En un vestuario es muy importante tener a gente que, cuando no juega, es capaz de mantener el nivel en los entrenamientos. Es una persona muy respetada porque no queda otra que respetarle, ha sabido estar en las malas y ahora en las buenas. Siente mucho el escudo y el color azul, así que todos estamos muy contentos por su renovación.

—La presión es una de sus obsesiones, ¿cuesta convencer al futbolista cuando plantea ese trabajo sin balón?

—Hoy en día, los jugadores tienen que ser lo más completos posibles. En el máximo nivel, ya no hay jugadores de un solo perfil. Esos están pasados de moda ya. Y hablo de los dos, eh, los que manejan solo la faceta ofensiva y los que solo manejan la defensiva. Si no das un mínimo en los retornos costará meterte porque te quedas atrás, acabas jugando con nueve. Y lo mismo en el otro lado, si no tienes un mínimo de pie y asociación también te quedas atrás. Es cierto que a algunos jugadores ofensivos les cuesta más ese trabajo defensivo, ya que exigir ese trabajo continuo no es fácil, pero en ese sentido el equipo es bastante solidario. Hay unos con unas condiciones que les cuesta menos y otros con otras condiciones que les cuesta más, pero en líneas generales todos se amoldan bien.

—El Oviedo domina el juego directo, pero también intenta iniciar en corto, ¿esto último depende más de la calidad del futbolista o de la confianza?

—Depende de lo que trabajamos, de las condiciones del futbolista y del momento concreto por el que pasa el futbolista. En función del partido, de la presión del rival, de cómo estamos nosotros… decidimos. Hay días en los que estamos más acertados y con más confianza y sale, pero en otros no tanto y tampoco pasa nada por iniciar en largo, trabajar esas segundas jugadas y a intentar tenerla en campo rival.

­—Hábleme de esa pareja que forman David Costas y Dani Calvo.

—Hasta ahora se están compenetrando muy bien. No se conocían y son bastante diferentes, pero ahí están. David puede tener más capacidades para salir en conducción, pero Dani tampoco le hace ascos a sacar el balón jugado e incluso en un perfil que no es el suyo, el izquierdo. Están mezclando bien.

—Otro nombre propio, Viti. Al margen de la confianza y la regularidad, ¿en qué ha mejorado?

—Conmigo lleva casi dos años, pero debutó con el primer equipo en 2016 o así. Imagino que está en ese punto de madurez física y mental ideal. También sabe que esta es una temporada muy importante para él porque acaba contrato, y en esos momentos uno también debe dar ese paso adelante y dar el máximo que uno tiene. «Este es mi año y no tengo más excusas», esa es la clave. Se tenía que abrir paso y lo está haciendo.

—¿Por qué Bastón ha recuperado su mejor nivel y la temporada pasada Leschuk no acabó de explotar su faceta rematadora?

—Son jugadores muy diferentes, no tienen nada que ver. Leschuk no es un goleador al uso, creo que es más un segundo punta capaz de generar mucho en campo rival: fija centrales, es duro en el juego directo, gana segundas jugadas… A partir de ahí, genera muchas superioridades, pero necesita otro tipo de atacante a su lado. Bastón es otra cosa. No renuncia al juego físico y al contacto, pero su principal virtud es la finalización. En el área es muy certero y ve gol con facilidad.

—Su alegato en defensa de los canteranos hizo mucho ruido, ¿tenía ganas de pronunciar esas palabras?

—Creo en la cantera, es de donde vengo y es mi educación futbolística porque he estado casi el 90% de mi carrera en Osasuna y Athletic, trabajando en ambas canteras. Creo en ello, pero aquella respuesta no vino por ahí.

—¿Y a qué vino esa respuesta entonces?

—Los Jimmy, Viti, Borja, Lucas o Javi Mier son jugadores que, a veces, no se les reconoce la importancia que están teniendo en esta plantilla y, sobre todo, la que pueden tener de aquí en adelante. Como no se peinan raro, no llaman la atención en sus declaraciones y su comportamiento es el adecuado, parece que no se les valora. Me apetecía dedicarles esas palabras porque creo que se las merecen. Igual no son más que los demás, pero tampoco son menos que el resto. No sé, igual en otros lugares el jugador de la casa está más valorado y reconocido de lo que son estos chicos actualmente. Tampoco llevan mucho tiempo, pero actualmente es lo que veo. Son chicos que merecen la pena y un valor importantísimo en este club.

—Una más personal. Cuando estuvo sin equipo viajó a Inglaterra y vio trabajar a varios compañeros. ¿Bebe mucho de otras técnicas de trabajo?

—Me gustan muchos entrenadores, pero no me comparo con ellos porque lo que intento hacer es adaptarme a la plantilla que tengo y sacarle el máximo rendimiento. Me gusta muchísimo el fútbol y puedo ver entrenar al Manchester City y demás equipos Premier y quedarme con detalles, pero futbolísticamente no veo algo extrapolable a lo que hacemos aquí.

—Coincidió dos temporadas en el Athletic con Marcelo Bielsa, ¿cómo lo vivió?

—Tuve la suerte y el lujo de poder conocerlo y trabajar con él. Coincidíamos y hablábamos de cuándo en cuándo y el poder hablar de fútbol con Marcelo es uno de los mayores privilegios que cualquiera puede tener en su carrera deportiva. Sí que hay tareas suyas que he podido adaptar a nuestros entrenamientos. Para mi gusto es, sin duda, el entrenador más emocionante y diferente que existe en el mundo del fútbol.

—Superará a Miera como el técnico del Oviedo con más partidos en Segunda: 78. ¿Le sorprende la cifra?

—Sí, muchísimo.

—¿Esa cifra habla bien o mal de un club con 39 temporadas en dicha categoría?

—Pues… [ríe]. Lo ideal sería que haya técnicos y jugadores con continuidad en un club. No sé si es una gran noticia, pero si ha ocurrido así será por algo.